Amor de jefe /myg

Capitulo 15

Los siguientes días parecían ir más lento de lo normal, incluso la hoja de un árbol caía más rápido. Amelia al parecer había olvidado su parte del trato y por lo tanto la no tan amigable conversación que tuvimos de una u otra manera parecía afectar a Eun-tak, eso me partía el alma pues no sabía cómo explicarle sin afectar la imagen que tiene de “tia Amelia”. Tengo un objetivo claro y es que se lleven bien, al menos para que el tiempo que yo pasé ausente no sea tan malo y solitario para él. 

Acerca de Min, pues... Todo igual, el sigue respirando y yo también, no deja de llamarme con excusas de trabajo nisiquiera cuando estoy en casa y es más insoportable que nunca, eso hace que olvidar el suceso de la semana pasada sea imposible, es una molesta figura en mi cabeza que no deja de dar vueltas. Kim sigue insistiendo en molestarle en cualquier ocasión acerca de su supuesto amorío y eso es algo que agradezco, tener tan siquiera algo con que divertirme es reconfortante. 

La bañera está llena de espuma y el agua se desborda de ella, «luego tendré que limpiar». El patito amarillo de goma se unde y vuelve a salir cuando escapa de las manos de Eun-tak.

— Noona mira mis dedos— me enseña sus deditos que ahora están arrugados por todo el tiempo que ha pasado dentro del agua.

— Ahora eres un anciano— peino su cabello mojado hacia atrás y hace un mohín al escuchar lo que dije.

— Listo, la hora del baño termino— apreto sus adorables mejillas y sonríe.

Se sale de la bañera y yo busco una toalla — ¡No me mires!

— Okey, okey. Está bien— miro hacía otro lado y al mismo tiempo lo cubro con la toalla.

»— Dices que eres un niño grade pero aún te gusta que te bañé— acomodo las pantuflas en el suelo y se las coloca.

— Es que cuando tú lo haces yo puedo jugar al mismo tiempo— me responde con una sonrisa y levanta sus cejas. 

— ¡Tú!, Te aprovechas de mi amor pequeño hamster— le apunto con el cepillo de dientes cubierto de pasta dental.

Ambos nos lavamos los dientes y cuando volteo a ver a Eun-tak está cubierto de espuma de la pasta dental alrededor de su boca y finge tener un reluciente bigote bastante señorial.

— Ahora si soy un anciano— coloca la mano en su espalda y finge dolor e imita una voz bastante otoñal.

Me río de su gracia pero le ordenó terminar de lavarse y así lo hace. Seco su cabello con dulzura y le coloco la pijama o mejor dicho solo le coloco la camisa porque el señor adulto dice que puede hacerlo solo.

Una vez en la cama ya estamos listos para dormir, o al menos él porque yo prefiero quedarme despierta un rato más. 

No tarda tanto en quedarse dormido, solo después de dos cuentos y una canción, nada complicado, para nada.

Tani tiene 8 años y eso hace que sea más sencillo, no tengo que lidiar con un adolescente mal humorado o un bebé al cual tendría que cuidar las 24 horas del día. La mayor parte del día la pasa en la escuela y luego haciéndole quien sabe que travesura a Amelia, luego estoy yo que paresco tener la mente de una niña, aún me gusta jugar con el y reírnos por todo.

La verdad es que pasar tiempo con él es sanador. Es la única persona a la que amo con todo mi corazón y velo para que esté bien. Gran parte de mi vida la dedique a él y lo sigo haciendo, quiero ser esa persona en la que puede confiar y buscar un apoyo porque se que aunque él no pregunta mucho por nuestros padres llegará un tiempo donde lo hará y quiero que esté seguro de que todo lo que digo es cierto.

El tema de mi familia parece algo bastante complejo pero la realidad es que no es algo por el cual tallarse tanto el cerebro. Nuestro papá era irlandés y mi mamá si era originaria de Corea del Sur, una mezcla bastante peculiar pero para nada rara, él era escalador de montañas y ella enfermera, se conocieron en un evento internacional para aficionados a la pintura en óleo.

Era un 22 de diciembre cuando un accidente provocado por una conductora ebria acabo con sus vidas y con las esperanzas de mi hermano y mías de crecer junto a ellos. Ningún castigo fue suficiente para eso.

Termino de arroparlo y apago las luces de la habitación donde más tarde yo también dormiré.

Que quedó en la sala viendo un programa de televisión aleatorio ya que ni cinco de atención le estoy dando, hoy debía aprovechar mi dia libre.

Reviso mi celular y tengo varios mensajes de «Señor dramas» porque así es como tengo agregado al fastidioso de Min.

 

 [22:55 pm] Estoy Afuera de tu apartamento.

[22: 58 pm] ¿Por qué no me contestas? 

[23:15 pm] ¡sal ahora mismo!.

[23: 20 pm] ¡Malena!.

[23: 23 pm] ¡trae tu trasero aquí ahora mismo!

[23: 25 pm] ¡Llevo media hora esperándote!.

[23: 30 pm] ¡Suficiente! Ya verás.

 

Me levantó del sofá de un respingo y miro el reloj en la pared, el último mensaje fue enviado hace quince minutos. Oficialmente estoy muerta, no hay manera de hacer entrar en razón a una persona tan terca como él. Intento enviarle unos mensajes en modo de respuesta pero no lo recibe. Me dejó caer de nuevo sobre el sofá con la angustia en mi garganta.

¿Como esperaba que contestara tan rápido?, ¿Cree que no tengo otras cosas aparte que hacer?. No estoy dispuesta a soportar todos sus caprichos. Hoy es mi día libre y por lo tanto...

El timbre de la puerta suena y me levanto a abrir porque se que Amelia ya llegó de dónde sea que estaba.

Cómo quisiera que esto solo fuera un sueño. 

Amelia está tomada del brazo de Min y se ve tan contenta de que él esté aquí. Yo por otra parte quiero arrancar todos y cada uno de los cabellos que cuelcan de su tonta cabeza.

— ¿Que haces aquí?— me cruzó de brazos.

— oh querida, yo lo encontré afuera y me preguntó por ti, yo le dije que eras mi sobrina y que vivíamos juntas— me responde Amelia con su actitud condescendiente.

— No se supone que solo irías a comprar pan— le doy una mirada queriendo asesinarla interrumpiendo su relato.




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