Había llegado el lunes, mi entrada era a las siete de la mañana, pero me levante a las 5 AM, ordene mi cuarto luego la casa, hasta hice el aseo, hice mi desayuno, luego me bañe, cepillé mis dientes, me puse el traje, era una falda rosada con detalles negros, la blusa que tenía por debajo era negra y la chaqueta era igual que la falda, mis tacones eran negros me alisé el cabello con una mini plancha, me maquille, pero no tanto, algo que no me dejara de ver tan simple, me coloque brillo, cogí el bolso,(estaba listo desde anoche, con las cosas que necesitaba),Salí de casa, observe el reloj de mi muñeca y marcaban las 6.30 AM así que decidí emprender mi viaje hasta el hospital
Una vez allí, salude al recepcionista, y le mostré mi certificación, a los minutos llego David, me enseño mi consultorio y a las personas que tendría como paciente, cuando caminaba sentía una mirada penetrante, así que deje de darle importancia, a las 9 AM debía de presentarme a mi grupo de pacientes, llegue a mi consultorio, entre, y había veinte personas en total, se pararon de sus asientos, yo les dije que no era necesario que no era alguien importante, llegue a mi escritorio y me senté sobre él, no quería parecer una Dra. Remilgada, me pare de la mesa y empecé a caminar, cuando hablo muevo mis manos, es como que ellas remarcaran lo que digo.
Luego de mi presentación, me senté y empecé a llamar a uno por uno de mis pacientes, sentía que cuando hablaba tenía una mirada de penetrante, así que mire buscando la persona, cuando me quede hipnotizada por un hombre de unos 27 años, con una espalda ancha y unos hombros fuertes, sus ojos eran de color miel, su cabello era entre café y rubio, era tan hermoso, me pregunte -¿cuál fue su problema para acabar aquí? Cuando lo nombre, Antonio Salvatore, el camino hasta mi escritorio, me estiro la mano y se la recibí, me preguntó:
-¿Te gustó lo que viste hace unos minutos?
Le respondí: - ¿Q…Qué? Obviamente está mirando a la señora detrás de ti que se veía preocupada, no por ti, calma ese ego niño, el notó que estaba nerviosa y tartamudeando y sentía que mis mejillas estaban rojas
El me respondió: eres un libro, y se cómo leerte, hasta pronto Emile; dicho esto se retiro
Hice el mismo proceso con el resto de los pacientes hasta terminar, luego salí a buscar una información en la secretaría, luego regrese a mi puesto, y empecé hacer mi trabajo, cuando vi que el reloj marcaba las 12:30 PM, cerré mi consultorio, me dirigí al comedor, algunos de los doctores, me vieron extrañados, ya que teníamos un comedor para nosotros, pero aun así fui por mi almuerzo como una paciente más
Me senté en una mesa alejada, almorcé, repose, fui a mi consultorio, hice lo que tenía pendiente, ordene todo, y empecé a recoger todo para así marcharme, cerré la puerta y camine lo más despacio, tenía una felicidad tan grande, porque ya todos mis esfuerzos estaban dando frutos.
Editado: 04.07.2020