Amor de muerte

S E I S ≠

Entramos al lugar haciendo sonar una campanita de lo más de fastidiosa. No me sorprende que me haya traído al café donde trabaja, pues aquí le hacen descuento por ser empleado y al parecer le gusta traer a sus víctimas.

—¿Y si mejor caminamos?—me aventuro a preguntar—Este lugar huele a horrible café.

Veo como ríe y asiente a mi petición.

Caminamos un momento en silencio, pero ahora es él quién se aventura a hacer preguntas.

—¿Hace cuanto vives aquí?

—Desde que llegué a este asqueroso y horrible mundo, ¿Y tú?

Asqueroso y horrible son pocas palabras para lo que es.

—Hace cinco años. Vine para empezar mi carrera.

—Que bien—acomodo la mochila en mi espalda—¿Y tus padres?

Él mete sus manos en los bolsillos de su chaqueta y me mira por unos segundos, buscando que mentira decir.

—¿Tú tienes padres?

—Por supuesto, sino no hubiese nacido...pero murieron hace mucho—me hago la dolida.

Darian evitó mi pregunta, por lo que asumo que mis sospechas son totalmente ciertas. No somos tan diferentes, después de todo.

—En realidad...Mi padre mató a mi madre y luego se suicidó.

—La mía mató a mi padre y luego mi hermano la mató a ella.

—¿Que?—me hago la sorprendida.

Me encanta mentir. Desde pequeña he creído que las mentiras son mejor que la verdad. Las mentiras pueden evitarte muchas cosas, es una ayuda, ¿Por qué lo consideran malo entonces?

—¿Y que pasó con tu hermano?

—Fue condenado a cadena perpetua.

—Vaya...

Seguimos caminando hasta un gran puente que se eleva sobre el río que rodea el pueblo.

—¿Entonces quién te crió?

—Crecí en un orfanato hasta que tuve la mayoría de edad—encoje sus hombros restándole importancia.

Al menos eso no fue una mentira más. Seguro creyó que con ese dato de su familia y el orfanato yo caería en su trampa.

Nos quedamos un largo rato en el puente, observando el agua cristalina del río debajo de este. Ni siquiera hablamos más, solo nos quedamos ahí en la nada.

Aunque yo puedo asegurar que en mi silencio se podían escuchar muchas cosas, entre ellas el deseo de arrebatar el cuchillo que traía en su bota, enterrárselo en los ojos y luego degollarlo.

Que hermoso momento en el que ambos soñábamos como matar al otro.

 



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En el texto hay: asesinatos, romance, misterio

Editado: 28.05.2019

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