— Entonces en tu sueño te pusiste esto — Fernanda señalo un conjunto sobre la cama y asentí — De acuerdo, entonces te pondrás esto — Me lanzo una prenda tras otra.
— Vimos la película de historias cruzadas — Asentí — Bueno ahora veremos Buenos vecinos dos — Fruncí el ceño y ella se encogió de hombros — ¿Qué?
— Nada
— Tenemos que hacer todo lo contrario a lo que paso en tu sueño para que no se cumpla, porque esos sueños tuyos son proféticos. — La mire divertida — Pero yo sé que quieres que este se cumpla
La mire incrédula y le lance una almohada — No digas tonterías
Fernanda rio y me lanzo la almohada de vuelta — Por nada del mundo sueltes tu móvil de acuerdo — Asentí
(…)
Reí por una escena de la película y mi móvil empezó a repicar — ¡Fernanda! ¡Mi móvil está sonando!
Fernanda salió del baño apresuradamente — Muy bien contesta, tú puedes
Tomo el móvil y conteste — Hola mamá ya voy para allá, dile a la Sra. Catherine que si puedo cuidar a Nahomy te cuidas adiós — Colgué la llamada
— Estuvo perfecto Sam, de acuerdo — Fernanda me miro de pies a cabeza — todo es distinto — Su mirada se detuvo en mi cabello ¿Cómo ibas peinada?
— Mi cabello estaba suelto
Quito una liga de su muñeca — Entonces te hare una coleta
— Olvidas que tengo una super marca morada en mi cuello
Agito su mano restándole importancia y continuo peinándome — Lo puedo cubrir con maquillaje
— No hay tiempo Fer
Hubo un silencio — Cuando la Sra. Catherine se vaya, mete una cuchara en la nevera por diez minutos y luego la pones sobre tu cuello y ¡Ta dan! Adiós marcas no deseadas en el cuello — Me voltee y me guiño un ojo
(…)
Agite un poco mis manos estaban sudadas por los nervios y no quería que el móvil se me cayera, toque el timbre y trague grueso. Samantha tu eres fuerte, valiente, nada de lo que paso en el sueño va a cumplirse.
La puerta se abrió. Un par de ojos verdes me miran divertidos, bajo un poco la mirada y sus labios se elevan formando una media sonrisa — Hola guapa — Mi cuerpo se inundó de nervios y mi móvil cayó al piso
— H-Hola — Aclare mi garganta — Hola — Salude sin importancia y recogí el móvil — ¿Dónde está Nahomy?
— ¡Sam! — La pequeña salió a abrazarme se separó de mí y vio a Alexander — No molestes Alexito — Tomo mi mano y me guio a su habitación.
— Espera voy a tomar algo de agua en un momento te alcanzo, de acuerdo
— De acuerdo —Vi a Nahomy alejarse dando pequeños saltitos.
Camine a la cocina y abrí gaveta tras gaveta en busca de una cuchara
— ¡Aja! — Levante mi brazo con la cuchara en mis manos y la metí en la nevera
Luego de jugar por diez minutos con mi móvil sentada en la isla de la cocina saque la cuchara de la nevera y ahora la sostengo sobre la marca morada en mi cuello.
Revise mi Instagram, Facebook, Wattpad para pasar el rato pero parecía que el tiempo cada vez iba más lento y tenia de que Alexander me viera y mi sueño se cumpliera.
— ¿Qué haces? — Brinque del susto y la cuchara resbalo de mis manos haciendo un sonido incomodo al impactar con el suelo. Tierra trágame.
— N-Nada — No ahora por favor, porque tartamudeo. Me puse de pie, levante la cuchara la puse en el lavabo con la mirada de Alexander sobre mí, camine a la salida de la cocina y antes de salir hablo.
— Espera…
Se paró de la silla y se posiciono frente a mí, era alto y eso me encantaba. A decir verdad todo me encanta pero no lo voy admitir. Existe algo que se llama orgullo señores, algo de lo que estoy llena.
Se fue acercando lentamente a mi cuello, intente pararlo poniendo mis manos en sus anchos hombros pero no funciono. Con sus manos tomo las mías y las acomodo alrededor de su cuello para después colocar las suyas en mi cintura, su aliento me hacía cosquillas y de pronto escuche un gruñido.
Sacudí la cabeza tratando de olvidar el fragmento de sueño que llegado a mi mente
— No, Nahomy me espera en su habitación — Camino hasta posicionarse frente a mí, mi corazón se aceleró. Su gran tamaño hacia que yo pareciera un minion.
— ¡Sam! — Nahomy entro a la cocina y Alexander se alejó. Solté un suspiro de alivio — Quiero pizza
Sonreí, tome mi móvil y pedí la pizza. Parece que todo va de maravilla, no hay rastros de mi sueño.
El timbre sonó — Llego la pizza ahora vuelvo — Nahomy bajo de mi regazo y se sentó en el sofá de la sala.
Abrí la puerta con una sonrisa — Aquí está la pizza que ordena…— El chico me inspecciono — ¿Chica del club?