Capítulo 9: Decepción. Parte III
Gemma Stone.
Kara aparece al frente de mí y sonríe con mucho orgullo.
A pesar que Kara y yo no somos hermanas de sangre, siempre lo hemos sentido así. Desde que tengo uso de razón hemos estado juntas en todo momento, y me pone feliz saber que cualquier momento importante para ambas lo compartamos juntas, como mejores amigas que somos.
Siempre he admirado nuestra amistad, porque hay días en donde no podemos dar el cincuenta y cincuenta, a veces una da más que la otra y eso está bien.
Cualquier relación se trata de que si la persona no puede dar su parte, la otra lo hace por ambas, porque de eso se trata las verdaderas relaciones.
Este es como mi segundo lugar. Siempre supe que he pertenecido aquí con ella.
Por su parte, ella tiene un atuendo de dos piezas con partes doradas en ella, en su cintura y mangas.
Su hermoso cabello largo va recogido en una coleta alta dejándolo totalmente lacio, estira sus facciones. Haciendo que sus facciones se vean de manera delicada, perfecta.
Ella al ser alta, los tacones la hacen ver más alta de lo que ya lo es, haciéndola ver muy prominente y esbelta.
Puedo decir que Kara parece de esas mujeres que permanecen en un museo para ser admiradas, pero sin detallarla mucho para buscar imperfecciones.
—Pareces una diosa, toda irreal, Gemma —me halaga Kara sin dejar de escanearme de arriba abajo.
Siento mis mejillas arder y río avergonzada por lo que dijo.
—Gracias, realmente no creí que este fuera mi atuendo para modelar —le hablo sincera sin dejar de observarme en uno de los espejos grandes que se encuentra ahí.
—¡¿Qué dices?! —Pregunta como si me hubiera salido tres cabezas y me volví en una loca—. ¡Eres la hermosa reina de la noche! —exclama ella aplaudiendo.
La observo y río de nuevo.
—No me des todo el crédito —hago una expresión como si estuviera molesta, cuando realmente ni lo estoy, solo lo hago en broma—. Tú también estás maravillosa, el traje te queda perfecto, Kara —le halago esta vez yo, y ella da una vuelta para otorgarme una mejor visión de lo que es su atuendo.
Impresionada como Kara hace que unas prendas tan simples se vean extraordinarias.
—Te ves demasiado increíble, Kara —le sigo halagando con una sonrisa en mis labios.
—Gracias, gracias… —dice ella muchas veces.
Nos dirigimos hacia la entrada de la pasarela para que nos indiquen para comenzar a desfilar. En la espera llega Dakota, haciendo el ambiente pesado y quedando ambas en silencio.
La observo y detallo a la perfección su atuendo.
Ella lleva un vestido de princesa largo y no tan extravagante de la parte inferior. Lo que más resalta es el gran escote tipo ‘T’ que deja al descubierto su pecho, y claro no pudo faltar el dorado en líneas finas en el escote.
Unas trenzas completas definen bien su rostro y hacen ver delicada sus facciones. No puedo negar que se ve muy preciosa, parece toda una princesa.
Kara y yo le sonreímos con amabilidad, ella hace lo mismo observándonos.
—Los dioses del olimpo olvidaron a sus esposas —es lo que dijo sin dejar de jugar con los anillos que adornan sus manos.
A pesar que la presencia de Dakota me genera escalofríos, su comentario hace que me sienta más conforme de lo que estoy con mi atuendo que desfilaré en esta noche.
Nos sentimos halagas y Kara le asiente estando un poco de acuerdo con ella.
—Aquí no se necesita a ningún jodido Dios —es lo que responde con mucha seguridad en sus palabras.
Uno de los momentos más agradable de lo que son las pasarelas es cuando se entablan nuevas amistades, porque no solo se amplía la vida social de uno sino también la laboral.
Realmente me siento muy cómoda aquí.
Las tres reímos y paramos cuando nos informan que es hora de cerrar el show.
Entrelazamos nuestros brazos, quedando Dakota en el medio por ser la más baja entre todas, Kara se encuentra a su lado izquierdo y yo a su lado derecho.
Su agarre en mi es fuerte, un poco rustico hasta podría decir, trasmitiéndome un leve escalofrío. Ignoro el hecho de que solo son suposiciones mías.
Salimos las tres entrelazadas de los brazos hacia la pasarela donde nos reciben con muchos aplausos, halagos y gritos eufóricos. No pudo el haber sido captadas por las cámaras de lo increíble que estamos luciendo.
Las tres caminamos con toda la seguridad del mundo, haciendo lo que más nos apasiona.
Por un momento estando ahí olvidé todo lo que ha ocurrido en mi vida.
Al llegar al final, las tres posamos juntas y no dejamos de sonreír de lo orgullosa que nos estamos sintiendo.
Al cabo de unos minutos, la primera en retirarse y hacer su salida triunfal fue Kara, donde muchos aplausos la despidieron. Sigue Dakota después, y para finalizar fui yo. Todo salió de manera exitosa, como lo esperamos.
Cuando entramos detrás de los bastidores no pudieron faltar el gran recibimiento de alaridos eufóricos, aplausos y halagos por las demás modelos y trabajadores, por el gran trabajo que hicimos en el escenario.
El recibimiento fue tan conmovedor y cálido que me siento tan feliz de ser parte de todo esto del modelaje.
Abrazamos al diseñador por habernos dado la oportunidad de modelar una de las marcas más reconocidas del mundo. Él se sintió tan feliz de que nosotras hayamos desfilado sus atuendos, y que nos incluiría en los trabajos futuros que a él se le ocurran, quedó muy encantado.
Nos obsequia los atuendos alegando que es algo que nos merecemos, y que lo guardemos como recuerdo de una noche mágica e increíble como está.
Al final terminamos de conversar y nos fotografiaron por última vez para hacer más publicidad de los atuendos.
Kara y yo tomamos la decisión de ir a celebrar una pasarela tan exitosa como esta, ya que no podemos pasarla de desapercibida el triunfo de cada una.