Capítulo LXXXVIII

En el capitulo anterior….

Ángela ha expulsado todo su poder de la sombra, el cual es capaz de matar a los vampiros solo con tacarlos.  Después de matar a las gemelas sus amigos tratan de calmarla para que no mate a Bend ni a Fernando.

Ángela estaba parada en frente de todos, los cuales se sentía atemorizados porque nunca habían visto a Ángela de esa forma.

-Ángela, cariño. Cálmate porque puedes lastimar a tus seres queridos. Mejor centra tu furia y controlala- dice Ketzy.

La joven oscura la escucha y sonríe moviendo la cabeza hacia la izquierda y con su mano derecha chasque sus dedos y le quiebra la pierna diestra. Ketzy grita del dolor –aaaah- agarrándose su pierna fracturada, pero Ángela lo disfrutaba al verla sufrir. La fénix adolorida reacomoda su pierna y se levanta; poco a poco se iba sanando.

El aquelarre de las gemelas había sentido la perdida de sus protectoras, por lo tanto, ya había preparado otro plan ante esta situación. Por medio de teletransportación, dos brujos llegan hasta el lugar de la pelea y aprovechan que todos tienen su atención en Ángela para atrapar a Fernando. Con su magia lo asfixian y le quieren dar de beber un líquido negro. Bend se da cuenta y usa su magia de hereje para tratar de detenerlos, pero ambos son mucho más fuertes que él ya que también estaban canalizando a todos.

-Ángel van a matar a Fernando, ayúdalo- grita Bend desesperado.

Ángela al escucharlo voltea su mirada hacia los brujos que intentaban abrirle la boca a Fer para que beba el líquido. La joven oscura con su mirada lanza a sus enemigos hasta los troncos de los arboles liberando a Fer.

Nadie toca a mi novio-  dice Ángela, caminando lentamente hacia ellos tirados en el suelo.

-Te mataremos a ti también, aunque no seas un ser inmortal, eres muy peligrosa para este mundo- dice Clarke, uno de los brujos mientras él y su amigo se querían levantar del piso, pero no podían, porque la magia de Ángela los retenía en el suelo.

Ángela extiende su mano izquierda y el frasco con el líquido negro flota rápidamente hacia ella. Lo observa y se le hace extraño unas letras en latín que tenia de inscripción.

-“aquae mortem”, ¿qué significa eso Bend- le pregunta a su profesor.

-¡Oh por Dios! Es el agua de la muerte, esa agua puede matar a los seres inmortales. Solo con una gota basta para llevársele la vida a un ser humano o arrancarle la vida de un inmortal- dice Bend.

-Veamos qué les hace a estos brujos- dice Ángela obligandolos a beber a todos dos el agua de la muerte.

Los brujos empezaron a envejecer muy rápidamente y la piel se les fue cayendo del esqueleto y hasta que se convirtieron en polvo.