Amor Elegido Al Azar

Capítulo 1. Antes de un nuevo comienzo.

¡Santo Dios! Lo logré, rodé varias veces en mi cama mientras sostenía los boletos de avión, me prometí a mi misma no celebrar hasta que tuviera los boletos en las manos, después de haber trabajado los últimos 5 años como esclava por fin logré pagar un semestre de intercambio a Canadá, esta era la oportunidad que estaba esperando para poder cambiar mi vida y dar el giro de destino que necesito, estudie y trabaje como si no hubiera un mañana para poder vivir un par de meses fuera de mi país.

Tampoco es que no me guste mi país, México es precioso, pero no quiero desperdiciar el resto de mis veinte tratando de encontrar un trabajo de por vida  y un marido, que era lo que me repetía a diario mi mamá después de graduarme como traductora e intérprete hace medio año. Mamá era del tipo tradicionalista, en plan, graduate,  entra a una buena compañía, encuentra un buen hombre, cásate con él, compra una casa y un auto, para luego dedicarte a ser madre y ser buena ama de casa, sin olvidar tus responsabilidades con mi trabajo.

Puede que se deba al hecho que apenas me acerco a la mitad de mis veinte, pero definitivamente el plan de mi madre no era el mío, claro que yo también soñaba con casarme con él indicado y tener una vida estable, pero eso lo pensaré después de cumplir los 28 años cuando sienta que es hora de sentar cabeza.

Hasta entonces quería ser un poco egoísta y conseguir mis sueños, quiero estar segura de mi misma antes de depositar mi vida y confianza en alguien más. Mi madre por poco se desmaya cuando le conté que había renunciado a mi trabajo y me iba de intercambio a Vancouver a hacer un curso de un semestre sobre intérpretes de negocios, dijo que ese dinero lo pude haber utilizado para la cuota inicial de un apartamento o de un auto. 

Al final mamá tuvo que aceptar cuáles eran mis sueños y mis decisiones,yo esperaba una mejoría para mí vida con el viaje, además logré conseguir un permiso de trabajo de la embajada por si se me presentaba la oportunidad de trabajar allí, de esa manera con mi experiencia y estudios ya no me podrían ignorar, solo por ser joven e inexperta. Es cierto que solo hasta los veinte años logré ingresar a una compañía como secretaria mientras estudiaba y antes de eso tuve que hacer una variedad de trabajos a medio tiempo, también mientras estudiaba, pero no me importó, conseguí lo que quería, aunque casi me quedo calva del estrés.

Besé los boletos y finalmente los guarde en la mesita de noche junto a mi cama, hoy mi única tarea era ir por los boletos de avión, el resto del día me la pasaría en mi cama durmiendo y en la noche prepararía la cena junto a mamá, después de ahorrar dinero hasta casi enloquecer, considero que merezco un descanso aunque sea solo por esta semana antes de ir  a Vancouver, en realidad me hubiera gustado mucho renunciar antes, pero no soy rica, así que necesitaba ahorrar dinero en la mayor cantidad posible, no sabía cuanto tiempo me llevaría encontrar empleo en Canada, asi que era mejor tener algo ahorrado para no morirme de hambre durante al menos el primer mes. Me recosté en mi suave cama y pronto cerré los ojos anhelando el mañana, día a día me había prometido que cuando llegara el momento lo iba a disfrutar a lo máximo.

También consideraba que viajar a Canadá durante un tiempo iba a aportar algo positivo a mi currículum, después de todo como intérprete es muy valorado conocer diferentes culturas y aun mas me ayudaría a perfeccionar mi pronunciacion de ingles, me hubiera gustado poder viajar a algun otro pais luego de ir a Canada, pero lamentablemente mi presupuesto era escaso, sólo podía elegir un destino, eso era todo, había sido años difíciles, pero ahora sentía que finalmente todo estaba en su lugar.

Abrí los ojos al  sentir la vibración de mi celular junto a mi, revise el identificador de llamadas y vi el nombre de mi tía Rosa, conteste de inmediato o de lo contrario tendré que escucharla la siguiente hora quejándose de mi y de cómo su sobrina favorita ya no quería hablar con ella, la tía Rosa era única y tenía el factor drama muy calado en su sangre desde su nacimiento, ella era un alma juvenil atrapada por el pasar de los años, no era mentira decir que todas las travesuras de mi infancia eran en un noventa porciento culpa de la tía, como aquella vez que me dijo que pusiera el hámster y la rana en la cena de navidad, antes que la cena se sirviera un par de animalitos brincaron a la mesa y espantaron a todos, no cabe mencionar que la muchos evitaron comer esa noche.

-¡Dani! ¡Tu madre me contó todo preciosa! ¡Vas a Canada a conocer un guapo extranjero!.- Me reí de la Tia Rosa, ella sabía lo mucho que quería esto.

-Voy a adquirir conocimiento y habilidades, no por un novio.

-Si, si, lo que tu digas.- Escuche la música de fondo que tenía la tía de fondo a todo volumen, en este momento sonaba “Last friday Night”  de Katy Perry.

-No entiendo como tu y mi madre son hermanas.

Siempre se lo decía, mamá era más del tipo conservador de seguir el camino de la vida por el cual nos adoctrinan, mi tía por otro lado era lo opuesto, un alma libre y salvaje  que no conocía los límites, ni las responsabilidades tampoco, por desgracia.

-Eso no importa. Lo que en verdad importa es si llegas a conocer un guapo hombre maduro, entonces debes presentarlo a tu tía.

-¿Qué hay del joven de mi edad con el salias? - El último novio de mi tía tenía 24 años.

-Me canse del colágeno y el de mi dinero.




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