Amor Elegido Al Azar

Capítulo 3. Ayudar a un desconocido por lastima.

¿Debería fingir mi muerte? No, sería privar el mundo de belleza, asome levemente la cabeza y vi a lo lejos a las pirañas a lo lejos con sus cámaras y sus pequeños micrófonos, además mamá haría otro escándalo, sacudí la cabeza, eso no funcionaria, Simon mi asistente estaba perdido, el maldito se había ido a recoger el equipaje y no volvió, lo busque con la mirada, pero no había nada, tampoco podía localizar a mi chofer o escolta, por lo general siempre estaban antes para que pudiéramos llegar al auto con seguridad. Calcule el tiempo que me tardaría llamar a un taxi y subirme a este, era demasiado, las pirañas me tragaría con solo descubrir para quien es el taxi, al menos esta vez estaban afuera del aeropuerto y no dentro igual que las otras veces. Escuché un leve bip, bop, era la notificación de mensajes de mi celular. 

“Jefe, tome las maletas y me fui adelante”

“Vi reporteros, no quiero más escándalos con su ilustre persona. Soy un hombre casado”

“También me lleve el escolta y el auto””Mi esposa e hija me esperan en casa”

Apreté el celular con mis manos muy fuerte, el maldito me dejo botado en el aeropuerto rodeado de reporteros, ni siquiera  sabía cómo era que había logrado salir a salvo, el maldito si que era escurridizo, bueno si él puede salir sin ser visto, yo tambien  lo haria con los ojos cerrados, que bueno que almenos mi celular y billetera aún permanecen conmigo, los hombre somos seres con bolsillos espaciosos, si fuera mujer, estaría en problemas, respire hondo y empecé a anotar en mi mente los movimientos de los reporteros, en un descuido me podria deslizar fuera de ellos. Mi celular volvió a sonar.

“Por cierto, descubrí que la señorita del avión vino de México a Canadá como estudiante de intercambio, es traductora e interprete, el lugar con el que hará el curso casualmente envío un auto particular a recogerla”

”Señor, mi consejo como hombre casado, es no desperdicie oportunidades para conocer a la chica”

Este tipo en verdad era un maldito, pero era el mejor maldito asistente y amigo de lo contrario no seríamos tan cercanos hasta el punto de confundirnos como pareja, era el único con el poder de conseguir información detallada en tan poco tiempo, también sabía como era que había logrado perseguir a Sakura, casarse con ella y tener una hija con la misma, todo antes de los veinticinco, así que seguiría los consejos de un bastardo experimentado.

“Por cierto, asegúrese de no actuar como un acosador, si lo hace, puede olvidarse de la chica” 

¿Acosador?¿Yo?Como si eso fuera posible, en toda mi vida nadie me ha tildado como acosador, al contrario, siempre ha sido todo lo contrario, las chicas se obsesionan tanto conmigo que terminan acosandome ellas a mí, un escalofrio paso al recordar a mi ultima acosadora, esa persona puso afrodisiaco en mi vino, no hace falta decir que termine en el hospital con una situación incómoda, desde ese entonces no tomo nada que venga de personas en las que no confio.

Hata ahora habia estado algo concentrado en las pirañas por lo que no me habia dado cuenta que la belleza a la que estaba persiguiendo, estaba justo frente a mi, le di una segunda ojeada, bonita, fue el pensamientos, cabello negro ondulado y ojos azules intensos, la vi sonreirle a la persona que esta al lado, a mi madre le iba a encantar si su personalidad era tan bonita como su sonrisa, sonrei inconscientemente con ella. Vi a otra persona acercarse a ella, un hombre con un pequeño cartel, su conductor al parecer, de inmediato ella lo saludó y luego se despidió de una pareja de canadienses, luego de su tía, ella se iría pronto, tenía que hacer algo en este momento. Como si el cielo me diera una señal, los reporteros corrieron por alguna parte, al parecer me habían confundido con alguien, me sentí ofendido, yo era inconfundible, pero los perdone ya que eso los alejo de mi.

La perdi por un segundo, pero la vi subirse a un auto negro junto al que era el conductor, no lo pense dos veces, no podia perder la oportunidad que Simon me habia dado, me lance al auto, freno sin menor percanse ya que apenas y habia arrancado, aprovechando el desconcierto que genero la situacion, abri la puerta trasera y me subí al auto, el auto no tenia seguro, esa era otra buena señal. Me quede medio estupido al verla por un momento y no sabia que decir ¿Hola, podemos compartir auto preciosa?, No eso definitivamente sonaba a acosador, ¿Le digo que sea mi novia y me ayude a desmentir que soy gay?, no, eso era incluso peor. Pensé rápido y recuerdo cómo era que Simon se había acercado a Sakura.

-Por favor, ayúdame o las pirañas van a comerme vivo - Señale afuera y la mire de la manera más lastimera que pude encontrar, el primer paso de acercamiento utilizado por Simon, era dar lastima, conmover el corazón de la dama.

-No, por favor bájese del auto- La respuesta de la chica había sido inmediata.

¿Qué debería hacer ahora? ¿Bajarme y gritarle a los medios que me había bajado del auto de mi novia?, no olvidalo, ni yo creería una mentira tan obvia, bueno en ese caso…

-¡Por favor!¡Te lo suplico! Si me echas ahora del auto mañana estaré en primera página, vine a hacer negocios, no patrocinar un escándalo.- Junte las manos a manera de súplica, Simon siempre había dicho que el orgullo era un asesino de relaciones.

Agache la cabeza en mis manos como para demostrar que en verdad necesitaba ayuda, con ese gesto la vi dudar, así que utilicé mi ultima tecnica,en vez mirarla directamente los ojos, los cerré fuertemente, como si esperara a que ella me condenara al escarnio público, eso diría mucho, ahora estaba apelando a su conciencia con mis gestos.




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