Capítulo 7. ¿Cita doble?

¡Ay Dios Mio! El día de ayer casi muero a manos de una banda de criminales, la verdad estaba muerto de miedo, estaba a punto de hacerme pipi en el momento en que sacaron armas, luego de no aceptar que  les había ganado jugando a las cartas, obviamente también había estado muy nervioso jugando a las cartas. Por supuesto, en verdad sabía jugar muy bien a la cartas, eso junto al ajedrez eran mis especiales gracias a mi abuelo que me había instruido desde muy pequeño en ello, el decía siempre me decía que si en verdad quería hacerse cargo del negocio  familiar, debía conseguir convertirme en uno de los mejores negociantes. Pero a su vez me decía que para convertirme en uno de los mejores negociantes debía ser capaz de desempeñarme en distintas  áreas, en diferentes disciplinas y roles sociales. Así que siguiendo las palabras  de mi abuelo, aprendí todo lo que pude para no quedarme corto frente a alguien más que pudiera convertirse en mi competencia, claro que gracias a eso también logre posicionar mis vinos como unas de las mejores marcas. Todos estos años había trabajado más duro que nadie, hasta el punto en que pude llegar a sentirme agotado, al menos ahora sabía que todo había valido la pena, pero claro ahora que mi vida profesional estaba estable, mi familia se había empeñado en que era hora que me dedicara a mi vida personal y consiguiera una esposa.

El sonido de mi celular, me hizo dar cuenta que llevaba un  buen tiempo mirándome al espejo con la cara embarrada de crema para afeitar, sacudí mis pensamientos tome una toalla húmeda y que quite el excedente de crema para afeitar, salí a buscar mi celular desde donde sea que sonaba, mire el identificador y este  mostraba nada más y nada menos que uno de los más grandes karmas de mi vida, mi hermana. Quería colgar la llamada sin siquiera contestar, pero al final me arrepentí y conecte la llamada, lo primero que escuche fue su grito al fondo, como lo suponía, igual a mamá, aleje el celular un poco de mis oídos para no quedar sordo con los gritos de las mujeres de mi familia, muchos decían que el estrés los dejaría calvos, pero en mi caso parecía que iba dejarme sordo, suspiré para mis adentros,  para escuchar a mi hermana hablar como loro sin siquiera respirar.

–¡Hermano! ¡Voy a morir!¡Tienes que ayudarme¡Soy tu única hermana- No lo creía, él que realmente estuvo a punto de morir ayer fui yo, esa era mi fuente de pensamientos desde la noche anterior.

-¿Por qué vas a morir? - Me atreví a interrumpir y preguntar

-¡¿Cómo te preguntas porque?! Voy a morir de hambre por que no tengo nada de dinero, tambien voy morir de cansancio por tener que caminar y tomar transporte público, sin mencionar que voy a morir  humillada porque mis conocidos me están viendo en este estado, doy lastima, ni siquiera pudo tomar un taxi para ir a donde quiero ir cada vez que lo quiera, incluso no puedo reservar en mi restaurante favorito por que no tengo el dinero para hacerlo, ¡Incluso me prohibieron entrar a mis otros apartamentos!, exceptuando mi apartamento principal, no tengo donde quedarme, ¡Es tu culpa!¡Solucionalo!

-Primero que nada hermanita, respira; segundo, ahora estoy teniendo serios problemas por tu culpa y tu gloriosa declaración a los medios, esto lo hago por tu bien, no puedes ir por la vida haciendo un desastre solo por que no se cumplen tus caprichos, te consentimos demasiado, ahora eres una niña malcriada, si esto sigue así, tu sola podrías acabar el negocio de la familia, así que ahora debo re-educarte, demuestra que eres útil y te devolveré todo.

Colgué, era mi turno de respirar, mi hermana era un maldito desastre, si no hacía algo ahora, ella podría ocasionar incidentes más grandes, también me preocupaba que esa tonta no fuera capaz de subsistir por sí sola. Mejor me olvido de mi tonta hermana, hoy era un dia importante, es la primera vez que me encuentro con Daniela en una situación que no sea “Coincidencia” necesitaba dejar una buena impresión en ella el dia de hoy, este era el primer paso para poder lograr un acuerdo favorecedor para ella y para mi. Mi objetivo de hoy era lucir aun mas encantador que de costumbre, me bañe, afeite con delicadeza, incluso ahora elegí el atuendo apropiado, algo que me favorece, me hiciera lucir encantador, pero no como un mujeriego. Me termine de arreglar el cabello y me di cuenta que lucía perfecto, le mande un beso y guiño al guapo tipo frente al espejo y salí de la habitación, tenía que comprar un par de cosas antes de verme con mi chica, además ella tampoco me había confirmado la dirección aun.

Estaba en una pequeña tienda cuando recibí el mensaje que esperaba, la dirección del restaurante parecía ser el de un restaurante de comida Italiana, sonreí mientras tome lo que tenía en la mano y lo puse en la pequeña canasta roja que tenía en la mano con otra serie de elementos escogidos por mi, verifique la hora y me di cuenta que estaba a tiempo para comprar lo último que necesitaba, me dirigí a la caja registradora y pague por ello, la cajera sonrió un poco al ver las cosas que había comprado, pero no hizo comentario alguno, solamente los registro, la ventaja de haber malcriado a mi hermana menor, era que sabía cómo tratar y cuidar de las chicas, eso era algo que había aprendido a experiencia pura, no había otro aprendizaje como eso. las chicas eran increíblemente delicadas y fuertes por igual, sonreí, tome las cosas y las lleve conmigo.

Para cuando compre lo que me hacía falta, la  hora de mi cita estaba cerca, inicialmente había quedado con Daniela en el restaurante, pero ese no era mi estilo, por lo que le mande un  mensaje poder recogerla, hoy no utilice guardaespaldas o conductor, por lo que solo seriamos nosotros dos en el auto para que no se sintiese incómoda, sonreí una vez más cuando ella sin pensarlo demasiado me envio la direccion del lugar donde estaba, gire en el retorno y fui a recogerla en donde estaba sin que esperara demasiado. Hoy era este tipo de días en los que sentía que nada podía ir mal y que todo iba a ser grandiosamente perfecto, si hoy era ese tipo de día, confiaba  en ello, pero claro mi Karma existencial no me iba simplemente a soltar y ahora me estaba intentado arruinar por completo.