¿Alguna vez se sintieron tan miserables al punto de querer simplemente desear otra vida que las que le ha tocado? pues así me ocurre a mi, en estos momentos frente a mis padre y su esposa desearía dejar todo, pero lo haré de una manera épica, no me iré así sin mas, no, tendría que ser recordado tanto por los seres humanos tan humilde, notase el sarcasmo, que me tocaron como crianza, como el resto de las personas que hoy en día me conocen, por lo que tengo y no por lo que en realidad soy.
Todos se levantan de sus asientos y comienzan a salir del salón donde ya había culminado la junta, mi secretaria a mi derecha estaba recogiendo todos los vasos donde se tomo el café junto a la de mi padre, miro al hombre el cual se encuentra en la punta de aquella mesa, serio como siempre, mostrando su imponente faceta de “jefe superior”, claro que desde que el abuelo le concedió el puesto, el cargo de director vino con ello, todos en la empresa lo respetaban, hasta yo, pero eso cambiaría muy pronto ¿Por qué? Simplemente por estarme comprometiendo sin yo tener idea alguna, le dije que cuando surgiera tendría a una prometida que estaría a la altura de sus perspectivas, sin embargo, ni eso pudo respetar, no le basto hacer mi infancia, adolescencia y parte de mi adultez aburridas y prácticamente moldeadas a su antojo, si no que también decide con quien debería casarme, en esa cena solo me levante de la mesa, me disculpe con todos y me fui.
Es que vamos, eso era lo que le faltaba y ya paciencia no me quedaba, porque no pretendía tener a alguien a mi lado obligada, como también sin sentir nada, eso fue lo que hizo el con su ultima esposa, porque estoy mas que seguro que esta no lo hacia completamente feliz., Mi madre antes de morir me enseño que me debía casar por amor, lo se, suena muy “romántico o fantasioso” pero ese era su ultimo deseo, como también que la mujer que me llegara amar y con la que decidiera pasar el resto de mi vida me cuidase tanto como ella lo hizo con mi padre, así seria, no me importaría llevarle la contraria a mi portador de semen, no me malinterpreten pero es que desde que mama ya no vive se volvió un completo idiota y para completar se encontró una mujer, que no me cae mal, pero tampoco es la joya mas valiosa, igual que él, siempre ha estado por el dinero de mi padre pero este tan ciego no ve, prefiere consumirse en sus negocios.
— Fuiste muy grosero en la cena de ayer, con Olivia tuvimos que inventar la excusa y decir que desde temprano estabas algo distraído por asuntos personales, que por ello te retiraste, pero estabas ansioso por una nueva reunión y solo con la que sera tu futura esposa.
Fue lo primero que se digno a decir, solo alce mi ceja de manera divertida, maldad brillo en mis ojos, claro que lo sacaría de quicio, total su mujer tiene un hijo que podría ser mejor heredero que yo, cabe destacar que mi padre también lo considera como si fuera suyo, después de dieciocho años, prácticamente es de toda una crianza.
— Espera... ¿No eras tú el que me decía siempre lo muy mal que esta mentir? Vaya, Esteban, estas irreconocible, si la abuela te escuchara de seguro te castigaría.
Con mi dedo indice lo apunte sin dejar que la sonrisa saliera de mis labios, papá en esos momentos se notaba furioso, pero no decía nada ya que yo había salido del abuelo, bromista en momentos serios, por lo que si se quejaba de mi se estaría quejando de él.
— Señor, me debo retirar ya que le prometí a Ryan que estaría en su casa antes de la seis, y son las cinco y cincuenta, sabes que soy todo menos impuntual.
Me levante muy rápido del asiento donde me encontraba para salir de aquel lugar lo antes posible y no tener que aguantar su sermón, lo ultimo que escuche antes de llegar al puesto de mi secretaria fue mi nombre con voz firme, claro que me haría el sordo, a veces, cuando convivía con el era lo mejor, yo lo caracterizaba como un don, el simplemente no prestar atención cuando alguien te esta diciendo lo mal que lo estas haciendo.
— Katherine, cualquier cosa me lo comunicas a mi celular, hoy te puedes retirar temprano a casa.
Katherine era una chica que tenia veintiséis, trabaja con nosotros desde hace cuatro años y su labor como secretaria siempre era eficiente, por lo tanto quejas de ella no tengo, aunque cuando salia con Bianca estas se llevaban como perros y gatos. Bianca, hace mucho no la recordaba, ella era mi prometida hasta hace un año y medio, terminamos porque su vida siendo “la mejor modelo” la mantenía ocupada tanto así que un día llegue temprano a casa para hacerle una cena ya que cumplíamos seis años de estar juntos y pues la encontré con el que creí que era mi mejor amigo para aquel entonces ¿Qué fue lo que hice? Pues los deje ser feliz y hoy en día doy gracias de no haberme casado nunca, tal vez mi madre estuvo presente ahí también, se preguntaran ¿Por qué tomo todo como si no tuviera importancia alguna? Porque en los últimos quince años nadie me la ha dado ¿Para que yo entonces daré algo si no recibo lo mismo a cambio? No es estar dolido, pero lo que es igual no es trampa, tampoco me podía consumir en una relación fallida, simplemente hay que hacer borrón y cuenta nueva, hace mucho entendí que la vida sigue, sea con las mismas personas o no, en los mismo lugares o no, con la misma suerte o no.
El trayecto hacia la casa de Ryan no fue largo pero el trafico a esa hora infernal, ya que algunos volvían de su trabajo y otros apenas iban a cumplir turnos. Una vez frente a su apartamento mire la hora, seis en punto ¿Como lo hice? Pues me gustaban las carreras de coche desde mis diecisiete era mi pasatiempo favorito, claro que cuando cumplí los veintitrés el deber llamaba, así me fui alejando de ese mundo, sin embargo, aun quedaba algo en mi, cuando algo te apasiona no se podría olvidar de la noche a la mañana. Toco el timbre y en cuestión de segundos, Rea su hermana, me abre la puerta la saludo con un beso en la frente antes de entrar por completo al lugar y encontrarme con dos mujeres,un hombre, la mejor amiga de Rea, y Ryan en los sofás.