Los misterios de Adara me tuvieron muy pensativa por varios minutos, todo lo que yo hacía parecía automático, no recordaba en qué momento había desayunado, o simplemente cuándo había tomado mis cosas para irme, mi chaqueta, las llaves de mi auto, ahora estaba solo haciendo las cosas de manera sistemática, me preocupaba mi mejor amiga y su reacción ante una simple carta, ella nunca tenía secretos conmigo, la verdad no había secretos que ella pudiera ocultar, nada era un misterio, incluso sabía cómo sus padres se habían enamorado hasta tener una hija medio vampiro, pero una carta con solo esa frase posesiva era inaudito.
Llegué a mi trabajo y vi a Jung Kook sentado en su escritorio frente al mío por petición mía para dejar de tenerlo tan cerca, estaba agradecida de que anoche hubiera enviado a Ji Min para calamar mis nervios, aunque también la frase “como tu amigo vine a ver si estabas bien” me hacía sentir un horrible dolor punzante en el corazón, era como si me apuñalaran con una aguja tan delgada que penetraba la piel sin dañarla hasta destruir los latidos que me mantenían viva.
−Creí que después de ver a Ji Min anoche, estarías un poco más animada −dijo Jung Kook de repente, sacándome de mis pensamientos−. ¿Fue grosero contigo?
− ¿Alguna vez Ji Min es grosero con alguien de alguna manera? −pregunté, pero no tuve respuesta, así que seguí−. La verdad es que debo rendirme con él de una vez, no me ve de la manera que yo quisiera, solo soy su amiga.
−Mmm no es culpa de Ji Min, él es una persona muy tierna y amable, dudo que se dé cuenta de las miradas de las mujeres que lo ven caminar en las calles −respondió Jung Kook con una voz extrañamente cálida−. Quizás es cierto que Ji Min nunca te verá como más que su amiga, pero también es posible que quizás algún día lo hará, el problema de eso es que eres solo una humana.
−Gracias por eso.
−No me malentiendas −rio en un susurro−, me refiero a que eres efímera, si él tarda demasiado quizás tú debas casarte para tener una vida normal, envejecerás y tarde o temprano morirás, es la tragedia de enamorarse de humanos y no querer convertirlos, es la razón por la que no somos ni la tercera parte de la población mundial.
Lo pensé por un momento, asimilar sus palabras era duro para mi corazón ya lastimado de cierta forma, pero había mucha verdad en sus palabras, ellos eran inmortales, Adara era longeva y yo solo una humana mortal que solo viviría hasta los ochenta años siendo optimistas. Claro que todo eso estaba sujeto a la idea de nunca ser convertida en un vampiro, pero ¿era lo que yo quería?
Me senté en mi escritorio en cuanto me di cuenta que seguía de pie frente a mi silla pensando en lo que acababa de decir Jung Kook. Encendí la computadora y sentí la mejilla fría, no me había dado cuenta que me encontraba llorando en ese momento, rápidamente oculté mi rostro frente al monitor de la computadora para evitar que Jung Kook me viera, pero en ese momento una mano fría tocó mi mejilla cargando con la lágrima que había escapado de mis ojos, giré mi cabeza y era él, Jung Kook estaba a mi lado mirando la lágrima con una atención enigmática sobre si dedo, mis mejillas empezaron a arder en cuanto lo vi.
−Lo siento, no quise hacerte llorar, debí ser más cuidadoso con mis palabras −dijo acercando su dedo mojado por mi lágrima a sus labios−. Si te hace sentir mejor, puedes golpearme tan fuerte como puedas por mis idioteces, de todas formas, no me harás daño, pero al menos sabré que pasé un límite que no debo pasar.
−No lloro porque tus palabras sean hirientes, sino porque son ciertas −respondí con la voz más calmada que pude en ese momento−. ¿Puedo hacer una pregunta que quizás para ti sea intima?
−Claro, pero nada sexual.
Lo miré de reojo y me di cuenta que estaba bromeando, aunque preferí ignorar su broma.
− ¿Cómo te convirtieron? −pregunté y vi la confusión en su rostro−. Sé que el único que sabía fue tu hermano, pero me refiero a ¿quién o por qué te convirtieron?
−Oh bueno, la verdad no es algo tan sorprendente y mucho menos glamoroso −sonrió con tristeza−. Cuando yo tenía veinte años, conocí a unos amigos que no eran la mejor influencia del mundo, y mis padres me prohibieron hablar con gente así, por lo que mi rebeldía me llevó a hacer cosas que no debía, escapar de mi casa fue la peor de mis decisiones.
» Cuando estuve con esos amigos hice cosas como robar y fumar opio de China, hasta que una noche un robo salió mal y en el forcejeo que tuve con esa persona que traía mucho dinero, simplemente me dispararon y me dejaron en el suelo sangrando, me arrastré hasta una casa abandonada de una familia que había muerto en un incendio, no importaba porque iba a morir de todas formas, estaba equivocado.
» El olor de la sangre atrajo a una hermosa vampira que tenía la apariencia de una mujer de treinta años más o menos, la conociste en la fiesta, y ella al verme solo dijo que era muy guapo para morir, me mordió y se fue sin decir nada más. La conversión fue más dolorosa que el balazo, y grite por al menos cinco minutos.
− ¿Y solo te dejó ahí sin importar que no pudieras aguantar tu sed? −pregunté incrédula ante la sola idea de un chico de veinte años moribundo.
−Sí, la verdad es que es una mujer muy fría, no siente mucho cariño por sus convertidos −respondió Jung Kook pensativo−. Ella los ve como un vaso del que puede beber en caso de no tener un humano cerca, aunque yo fui más algo que ella deseaba tener, un chico guapo de veinte años que podía soportar su apetito sexual.