“Solo otro más”. Dijo Venus juntando ambas manos, esperando a que de ellas naciera una luz celestial o un cuerpo incoloro. Ya que no tenía control absoluto en la forma o naturaleza de aquellos cuerpos flotantes, dado que esto dependía de lo animada o enfocada que estuviera en su labor. Sin embargo, el divagar o incluso no pensar mucho sobre los resultados de lo creaba hacia más espectacular el resultado de sus creaciones. Las diferencias ayudaban a que estas pudieran desarrollarse y cambiar con el tiempo. También el crear y llenar el vacío de su oscuro y frio entorno le era algo tan necesario. Era la razón de su existencia y una parte fundamental complementaria a las tareas de sus hermanas.
Miro sus palmas las cuales sostenían una luz verdosa, la cual alejo con un pequeño empuje, dejando que encontrara su propio lugar entre los otros cientos de luces que flotaban a su alrededor. Estaba hecho, no era necesario que se quedase por más tiempo.
Observando por última vez aquella sus creaciones. Era hora de retirase, sin embargo, una luz que no encajaba con el resto, atrajo su atención. Al ser tan curiosa Venus se acercó, descubriendo que aquello era una pequeña criatura a comparación de su tamaño colosal. De una apariencia ajena a lo que ella conocía.
Aquel ser no se movía en absoluto, solo se dejaba llevar a donde quisiese el destino.
Entonces Venus pensó. “Él no debe ser del tipo que sobrevive fuera de su mundo”.
Queriendo verle más de cerca. Ella redujo su tamaño, envolviendo su cuerpo totalmente con su luz creadora, asumiendo una altura similar al de aquel ser. Ahora ya podía hacer su cometido.
Extendió su mano a lo que posiblemente era el rostro. Frio, esa era la impresión que describía la piel dura y liza del ser. Venus arrastro nuevamente la mano a un costado tratando de saber más sobre su anatomía. Una capa blanca se acumuló en su dorso de su mano, sorprendiéndose en el proceso y quedándose sin palabras. Aparentemente lo que ella creía que era su piel solamente se trató de un recubrimiento que le protegía.
Venus se aproximó a un mas querido conocer su rostro real tras la capa translúcida. Cual calmo y pacifico se hallaba su gesto. Era hipnotizaste, creando algo dentro de ella, desconocido, pero a la vez necesario. Lo presentía y eso era peligroso. Pero ella no deseaba desapretarse.
Boom, boom.
El sonido provenía de dentro del cuerpo del ser.
“Está vivo” Se dijo Venus asombrarse nuevamente.
No obstante, ella no debía interferir, tampoco tenía el deber de salvar de la muerte a la criatura. No era su tarea. A menos, que lo conservase como un objeto de entretención. Como la había hecho fugases ocasiones. Solo de esa manera él tendría una oportunidad.
Con ello en mente, Venus beso el cristal, dando nacimiento a flores que le suministrarían a aquella criatura una atmosfera adecuada para su supervivencia.