Amor Eterno #2 - Resurgir

Capítulo 1 - NO PUEDO

Un año después de la partida…

 

Me levanto como cada mañana, desayuno, me ducho y me visto para después salir. Los rayos de sol impactan en mi cara en cuanto salgo a la calle, aunque el frío mañanero de Madrid sigue implantado, helándome de pies a cabeza. Voy hasta la parada del metro en dirección a mi trabajo.

Hace cuatro meses me vine a vivir a Madrid, sí a Madrid el lugar del que había huido, pero las oportunidades llegan y no las puedes desaprovechar. Me encanta mi trabajo, adoro a los niños y no puedo estar más que contenta de que me hayan contratado en un colegio.

Al llegar a la puerta del centro escolar sonrío instintivamente y me dispongo a pasar una maravillosa jornada. Por fin puedo hacer lo que me gusta y por fin las cosas empiezan a ir bien.

Al acabar la jornada me despido de los niños a la salida de clase y cojo el metro para volver a mi casa para comer. Llegando a casa me paro sorprendida, estática, volviendo otra vez a sentir mi corazón acelerarse.

Porque enfrente de mí, ahí estabas, caminando con paso decidido, con unas bolsas en la mano y la otra en el bolsillo, como siempre haces cuando andas.  Te observo en la distancia y… no has cambiado nada. Sigues igual de guapo que siempre. Tú móvil suena y contestas, dibujándose una sonrisa en la cara. Esa sonrisa que me enamoró en su día. Me alegro de que estés feliz.

Cuando te veo desaparecer calle abajo me permito volver a respirar y volver a caminar hasta que llego a casa. Después de comer me tumbo en el sofá con la libreta y el bolígrafo dispuesta a soltar todo lo que tengo en mi cabeza, en mis pensamientos, en mi mente, porque desde que le vi no he podido dejar de pensar en él.

 

3 de diciembre de 2018

Nuevo día y nuevamente acabo escribiendo sobre ti y hoy más que ningún día, hoy después de un año he vuelto a verte, volviendo a resurgir esos sentimientos que creía enterrados. Pero he entendido que no se puede borrar aquello que te dejó marcada a fuego en la piel.

Ya no me quiere, ya no te quiero. Jugamos a eso ¿no? A mentirnos de alguna manera porque así la vida es más fácil, más cómoda.

A veces me asomo a tu perfil de WhatsaApp y a tus fotos de Instagram, para adivinar qué ocurre en los días que ya no comparto contigo, a través de esa diminuta ventana que me abres a tu vida para que observe en la distancia.

Aún me dueles y sé que me recuerdas en esos días en los que te quedas a solas y echas la vista atrás. Estoy en tu pasado. Tú sigues muy presente, pero ya no lucho por ti, aunque intente conservar el frágil que aún nos conecta… No quiero mentirme a mí misma pero desde el momento en el que te he visto mis ganas por seguir luchando han crecido notablemente pero…

Sigo sintiendo un vacío. Me fui y, aunque trato de ocupar mis días para no pensarte, la idea de ti o de cualquier momento que pasamos juntos, salta a mi realidad y vuelves a dolerme de nuevo…

Y entonces me lanzo a internet a buscar cualquier cosa que se relacione contigo; tecleo en el buscador tu nombre para buscar cualquier coincidencia que me dé alguna información sobre ti… y a veces la búsqueda me lleva a múltiples fotos de tu sonrisa, de tu felicidad y una sonrisa boba asoma por mi cara como las que me provocabas antes. Porque simplemente eres tú. A veces me tiro horas y horas mirando tus fotos, mis ganas por volver por seguir luchando.

Ya no me quieres (lo sé). Ya no te quiero (quiero, necesito…creerlo). Sigo enganchada a ti y te dedico cada una de mis líneas, cada una de estas palabras de mi diario. Un diario que jamás leerás. Eres lo mejor y lo peor que me ha pasado. Sé que me recordarás, tu hermano siempre me lo dice pero… yo ya no estoy porque me fui, tenía que irme. Y ya no te veo y ya no te siento, aunque te eche de menos, aunque sepa dónde encontrarte aunque sepa dónde cruzarme contigo y que parezca un encuentro casual… No lo hago porque te quiero de verdad, te quiero y no quiero que sigamos haciéndonos daño.

Estoy tratando de hacer terapia de choque y este es el primer paso para olvidarte: empezaré por decirte adiós, aunque siga engañándome a mí misma porque aún me dueles, amor.

 

Estas últimas palabras las escribo día tras día para intentar convencerme de ello. Pero a día de hoy aun no puedo decirte adiós, no quiero decirte adiós porque te sigo amando.



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En el texto hay: marco asensio, marcoasensio, asensio

Editado: 25.05.2019

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