Llego a casa después de una mañana absolutamente horrible y teniendo en cuenta que no he dormido nada, todo se ha vuelto el doble de horrible. Dejo las cosas en el salón y voy en dirección a la habitación. Al llegar me encuentro con Marco durmiendo. Normal… si llega a las ocho y media de la mañana… Bajo al salón y decido poner la televisión ya que no me apetece cocinar, probablemente llame para que me traigan algo.
Así es, el escándalo del Real Madrid – dice una voz en la televisión que capta toda mi atención y presto atención a lo que dicen – uno de los jugadores lleva una semanita muy movida y es que se le ha visto salir de varias discotecas de la capital a altas horas de la madrugada. Y por lo que dicen los asistentes no ha estado solo en ninguna ocasión. Se le ha visto con varias chicas diferentes muy cerca y en tonos muy cariñosos – sigue diciendo el presentador del programa mientras mi corazón comienza a encogerse pero mi cabeza no quiere creer - ¿Qué pensará la novia de Marco Asensio al ver estás fotos de anoche?... – dice el presentador con más cosas a las que yo ya no presto atención al ver las fotos.
Se le ve claramente que es él el que está en las discotecas y en una de ellas se le ve con una chica, abrazados bailando, se ve borrosa pero sé que es él. Lo reconocería en cualquier parte. Un nudo se instala en mi garganta. El mando de la tele se desliza por mis manos cayendo al suelo. Me giro lentamente al oír las pisadas de Marco. Me aguanto como puedo las lágrimas, apago la tele cogiendo el mando del suelo y le enfrento. Marco me mira preocupado al ver mi estado.
- ¿Dónde coño estabas anoche? – le vuelvo a preguntar cómo esta mañana.
- Salí de fiesta con unos amigos – me dice – se nos fue la hora de las manos – me dice acercándose a mí.
- ¿Y no podías coger una de las putas llamadas que te hice? – le pregunto enfadada mientras me levanto del sofá – estuve preocupada por ti todo la noche – sigo diciendo mientras me acerco a él.
- Lo siento ¿vale? No era mi intención – me responde.
- ¿Lo siento? – le grito - ¿qué lo sientes? ¿Qué coño te pasa Marco? Vuelves todos los días a altas horas de la mañana y encima sales sin decirme a dónde vas ni cuándo volverás. ¿Sabes? Veo que te importa una mierda tu trabajo pero los demás trabajamos y tenemos que madrugar – le reprocho – llevo una puta semana sin poder pegar ojo. ¿tú lo ves normal? – vuelvo a decirle.
- Tú y tú trabajo, solo sabes hablar de ello – me reprocha.
- ¿Qué? Mira quién fue hablar. ¿Pero sabes qué? – le digo – me da igual – llevo una semana sintiéndome como una puta mierda, pero claro como el señorito no ha sacado unos minutos de su preciado tiempo, ni siquiera se ha dado cuenta – le grito enfadada.
- No me grites por favor, me duele la cabeza – me dice tocándose la cabeza con sus manos.
- Me importa una mierda, Marco. Haberlo pensado antes – contraataco - ¿con quién estuviste ayer? – vuelvo a preguntarle.
- Ya te lo he dicho – me dice – con unos amigos – me repite.
- No me mientas Marco – le digo ahora aguantándome las lágrimas – te crees que soy estúpida, te crees que no me iba a enterar – le vuelvo a decir – ¿o piensas que ellos también mienten? – le pregunto encendiendo la televisión.
Marco mira espantado las imágenes de él que se suceden una y otra vez. Leyendo el titular de abajo: “Marco Asensio se lo pasa bien con una chica que no es su novia”. O el siguiente que aparece: “Marco Asensio le pone los cuernos a su novia”. Se pone nervioso y niega con la cabeza y se gira para mirarme, pillándome limpiando una lágrima que había surcado por mi cara.
- No – dice mientras se acerca a mí preocupado – no es lo que tú piensas – me dice agarrando mis brazos.
- Ya, claro – respondo como puedo mientras ya no puedo evitar llorar.
- María – me dice alzándome la mirada – mírame – me pide y le miro a los ojos mientras sigo llorando – jamás, me oyes, jamás te sería infiel. No están más que diciendo mentiras, yo no te he engañado. Solo es una amiga. ¿Me oyes? Jamás te haría eso – me dice intentando convencerme.
- ¿Por qué debería de creerte Marco? Llevas desapareciendo toda la semana – le digo llorando.
- Porque te amo – me responde mirándome a los ojos – te amo y te juro, te juro por mi madre que no te he engañado – me dice y no sé por qué pero siento que me está diciendo la verdad.
- ¿Entonces? – pregunto y me mira sin entender lo que quiero preguntar - ¿por qué estás haciendo todo esto? ¿por qué sales todas las noches? – pregunto por intentar entenderlo.
- Yo… - intenta decir pero se calla.
- Da igual déjalo – le suelto y me alejo de él.
- María – me llama y me giro para mirarle - ¿estamos bien? - me pregunta acojonado de pensar que mi respuesta sea negativa.