Me siento como un zombie...
Debí dormir o mejor, no venir a la secundaria hoy.
- ¿De qué quieres hablar? - le pregunto a Christian.
- De todo lo que ha pasado desde el sábado - dice sin titubear, mientras caminamos fuera del salón.
Quisiera decirle que no, que no necesito explicaciones o hablar con él, pero sería mentirme, si me gustaría saber el porqué su rechazo, porque así lo sentí el lunes, con el mensaje que me envió y de alguna u otra forma, siento que tengo que desahogarme con respecto a la discusión con mis padres.
- Mmmm. Ok -respondo.
Salimos al patio y nos sentamos en unas gradas de piedra. Y él interrumpe el silencio.
- Lamento irme así, ¿Vale? - comienza -y también lo del mensaje ¿Ok? ¿Que si lamento haberte besado? No, bueno, eso no lo lamento - hace una breve pausa y su expresión pasa a preocupación - ¿Cómo estás? - su pregunta me descoloca.
Se me seca la boca por su confesión y por su pregunta- ¿Cómo estoy? Estoy bien - digo con voz temblorosa.
- No. No lo estás - sentencia - no respondiste mis mensajes el resto del fin de semana y hasta ayer, hasta hoy que llamaste.
Es cierto que me envió algunos mensajes, los cuál decidí ignorar.
-¿Por qué te importa que esté bien? - suelto y giro el rostro en su dirección, él me está viendo directo a los ojos.
- Porque me importas. Y porque llamaste en la madrugada y, joder, tú no sueles ni enviar un mensaje a esa hora, al menos no a mí - sus ojos brillan en una suplica silenciosa - entonces responde - ordena.
Entonces todo se acumula en mi interior, el beso, los mensajes.., sí los leí, pero no quise responder, también se suma la pelea con mis padres, la insinuación de Derek y la muerte de Nick, la culpa que llevo dentro no se compara con nada.
Suaviza el tono - Dímelo, saca todo eso de tu pecho que te atormenta y ensombrece tu alegría, tus locuras - coloca su mano sobre la mía.
Me quiebro, todos los muros que he creado se van despedazando. La culpa vuelve a mí y los recuerdos junto a mi hermano.
Muchas veces uno intenta ser fuerte o similar serlo, pero no dura mucho ¿Cierto?.
- Te voy a contar algo - asiente, miro hacia otro lado - antes que nada, yo tuve la culpa, porque... Porque por mí, salimos esa noche - digo con la voz rota.
Coloca una mano sobre la mía, que están en mi regazo - Sea, lo que sea que haya pasado, estoy seguro que no fue culpa tuya - su voz dulce y grave.
Bajo la mirada y miro nuestras manos - Cállate, ya no quiero escuchar más mierda sobre eso, tuve la culpa y punto- prosigo - hace seis años..., Falleció Nick - el nudo en mi garganta agrandándose - mi hermano mayor. Yo.. yo lo amaba con locura y él a mí - empiezo a llorar y Christian estira su brazo derecho y lo coloca sobre mis hombros, me lleva hacia su pecho.
- Shhh, está bien - dice. Posa su mano sobre mi cabeza y empieza acariciar mi cabello.
- Yo..yo... - respiro profundo antes de seguir hablando - yo, ese día estábamos en casa, sentados juntos en el sofá, frente al televisor, veíamos una película y preparamos palomitas, acompañado con gaseosa, Cheetos y helado - hago una pausa, rememorando ese momento, lo tranquilos que estábamos disfrutando de una película infantil- este último se acabó y yo quería más - sonreí mientras recordaba los gestos cálidos de mi hermano, una sonrisa triste - y lo convencí de ir a por más helado y.... - no pude seguir articulando palabras así que sorbo varias veces por la nariz, pero es inútil, rompo en llanto nuevamente.
- Ya, shhh, todo está bien loquita - susurra Chris, mientras me acurrucaba más en su pecho si era posible.
- Además - digo ya más calmada - tuve una pelea con mis padres anoche - cambio de tema, en realidad no mucho, porque uno implica a lo otro, en una parte - y bueno, no pude dormir casi nada y por eso te llamé de madrugada - me separó un poco de él y me secó los ojos con sus dedos pulgares.
- Comprendo - sonríe.
- Y no era ni intención, no sé, despertarte - me encojo de hombros.
- Bueno si me despertaste, pero no estaba dormido - me guiña un ojo y yo río.
- Vaya, no sabía que podías estar despierto sin dormir - digo tocando la punta de su nariz y cuando bajo la mano, nos miramos fijamente, perdido el uno en el otro, como si nuestros ojos estuvieran teniendo una conversación.
- ¡Vaya, vaya vaya! - dice la irritante voz de Jones, mientras se coloca frente a nosotros.
- Lucas - dice Chris a Jones - ¿Qué tal todo, hermano? - dice con ironía.
- Bien, no me quejo, ¿Podemos hablar? - dice mientras me mira con recelo.
Supongo que desde el sábado no habían hablado y se deben una disculpa, tengo entendido que son buenos amigos.
- Ve - le digo a Christian, que me miraba como si estuviera pidiendo mi aprobación - gracias por escucharme - sonrío.
- Vale ¡Entonces tú hablas! - dice Jones de manera dramática, como si acabara de percatarse de mi existencia.
- Déjala en paz Lucas - aseveró el gesto Christian.
- Ok, ok, no he dicho nada - levanta las manos en el aire y finge inocencia - llorona - susurra.
- ¿Quieres dejarme en paz de una buena vez? - suelto - no estoy de ánimos para soportar tus gilipolleces, menos tu presencia - me levanto con ayuda de Chris que estira la mano en mi dirección y la tomo, mientras le clava dagas a Jones con los ojos, paso el dorso de mi mano por debajo de mi nariz para limpiar algún rastro de moco.
- Nos vemos luego Isa - dice Christian y acerca su rostro unos centímetros para depositar un suave beso en mi mejilla. Lucas se queda estático, a la espectativa, no sé.
- Adiós - digo para ambos mientras Chris suelta mi mano y lo veo alejarse con Jones.
Suspiro y caigo en cuenta....
¡ACABO DE HABLAR DE MI HERMANO!
La tristeza y melancolía se transforma en alegría, así que sonrió y chillo por dentro, porque, por primera vez me atreví hablar de mi hermano y fue por voluntad propia, no por la presión de alguien, diciéndome, obligándome prácticamente a hablar.
#23958 en Novela romántica
#4032 en Chick lit
#6086 en Thriller
#3331 en Misterio
Editado: 22.04.2022