Isa.
Le conté a la chica azabache los sucesos con Chris, dijo que era muy mal amiga por ocultarle, según ella; "los jugosos detalles".
¿Puedes creerlo? Me indigné, pero no sé lo dije, pues Roxanne tenía razón ....o no?
†*†*†*†*†
- Hey, espera- me llamó un rubio a mis espaldas.
- Hey - me detengo a esperarlo.
-¿Hacemos el trabajo en equipo de física? - propuso.
Mi cara se iluminó.
- ¿¡Bromeas!? - me lanzó hacia él, dándole un abrazo en agradecimiento-, Es lo mejor que me ha pasado en semanas - no tenía idea de cómo iba a realizar el dichoso trabajo de esa materia, particularmente odiosa -. Créeme que lo es.
- Ok, ok - sonrió pícaramente- sabes que también podrías darme las gracias con ¿Un beso en la mejilla?
Me sonrojé.
- Si gustas... - asintió frenéticamente, sin dejar de sonreír.
Me acerque más a Woods y cuando mis labios estaban a punto de impactar en su mejilla, alguien carraspeó.
Seguro es el hastioso de Jones. Pensé.
Pero no era él, era Ferman. Chris cambio su semblante juguetón a uno extremadamente serio. Me reí para mis adentros. Era realmente divertido ver cómo Chris se ponía a la defensiva con un chico como Ferman.
Ferman es bisexual, o eso tengo entendido.
Tienes competencia.
Cállate.
Ok, te lo dije.
- Hasta mañana, chicos - miró a Chris y sus mejillas adquirieron un tono carmesí - Hola Chris. Adiós Chris - dicho eso se dió media vuelta y se marchó rápidamente.
- Qué sujeto tan raro - comentó Chris a mi lado.
- Debo irme, nos vemos en mi casa a las 2:15 pm ¿Ok? - asintió. Le di un beso en el cachete a la velocidad de un rayo.
- Nos vemos, hermosa - sonrió, haciendo que se marcará un sexy y provocador hoyuelo en la parte derecha de su mejilla
Qué socarrona.
(●♡∀♡)(●♡∀♡)(●♡∀♡)(●♡∀♡)
- ¡Hola mamá, ya llegué! - grito mientras ingreso a mi casa, luego de la jornada escolar.
Silencio.
- ¿Mamá? - de nuevo un silencio ensordesedor - ¿Hola?.
Nada.
Una sensación desagradable se instala en mi pecho, haciendo que mi corazón bombee velozmente.
No, no, no. Pensé.
De nuevo el miedo recorriendo mi cuerpo. Recordándome el accidente junto a mi hermano.
Mi respiración comenzaba a fallar.
No tengas un ataque de pánico Isabella, no ahora.
Respira. Todo estará bien.
Dejé caer mi mochila al piso y corrí escaleras arriba. Mi mamá estaba tendida en el piso con un golpe sangrando en la frente.
Me acerco a ella rápidamente, angustiada, a punto de hiperventilar.
Mis pulmones arden, exigiendo la falta de oxígeno, pero no puedo calmarme.
- Mamá - sollozo - despierta mamá.
«- ¿Por qué no ha venido a verme, mami?
Ella sollozó con fuerza. También yo, sin comprender la situación del todo. No me gustaba verla llorar.
- Porque.. él se fué al cielo ¿Lo entiendes verdad? - me explicó. Me acariciaba el cabello como un cachorrito.
- ¿Y va a regresar del cielo algún día, mami? - pregunté de nuevo.
Estábamos en el hospital, yo estaba en una camilla, con una destroza en uno de mis brazos, mi mami está sentada a mi lado.
- No cariño. Ahora es un ángel -. Sonrió con los ojos acuosos.
Mi papá no quería verme. Lo sentí.
-¿Dónde está papá, mami? - me miró con duda de que respónderme en sus ojos azules.
- Tú papá está... Fuera, está vigilando que tú hermanito suba al cielo, mi amor - respondió. »
Mi teléfono suena, sacándome de mi ensimismamiento, es Chris Woods quien llama. Respondo.
- Chris llama una ambulancia.... ¡Llámala! - me escocian los ojos por el llanto - por favor ¡Llámala!.... - solloce, estaba comenzando a temblar, tengo miedo de perder a mi mamá, y mi papá, cómo siempre; no estaba en casa - m-mi mamá... Es-está en el p-piso. Por fa-favor llama.
Estaba sudando, temblando y mi corazón bombeaba más fuerte.
- ¿Nena estás bien? ¿Qué pasó? - preguntó preocupado - ya voy a llamar a la ambulancia, espérame en la línea ¿Sí?
No pude responder, lo único que hacía era repetir mi mantra:
Respira...
Estará todo bien...
Tú estás bien...
Ella también lo estará...
Respira...
Logré controlar mi respiración, cuando tocaron a la puerta, me levanté un poco entumecida, bajé velozmente las escaleras y abrí la puerta. De inmediato ingresaron paramédicos.
-Esta arriba, primer puerta a la izquierda - subieron, perdiendose de mi campo de visión.
- ¿Estás bien? Hey, mírame - su voz sonaba calmada.
Lo miré, me miró, y, de nuevo, empecé a llorar frente a él.
Se acercó a mí. Me abrazó, consolandome.
Sentí una calidez agradable, reconfortante, tranquilizadora y muy abrasadora.
- Ella.. yo... Estaba... - tenía la nariz tapada de moco y no articulaba nada coherente. Me dedique solo a llorar.
- Shhh. Ya, está bien, estará bien -. Me acariciaba el cabello como un cachorro.
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Editado: 22.04.2022