Bueno es lamentable decir que un amor así tan lindo, puro y además tan luchador se acabé, pero bueno que vamos a hacer si al final te das cuenta de que estás luchando contra corriente cuando en realidad lo que tienes es que dejarte fluir.
Ya llegaba el final del curso y también el final de tanto tiempo juntos y de vernos todos los días. Siempre dijimos que luchariamos contra la distancia y que en poco tiempo podríamos estar juntitos de nuevo. Así fue decidimos seguir la relación aún yo estando en mi primer año de universidad y el terminando su último año en la escuela. Nos pasábamos la semana sin vernos y casi ni hablábamos por teléfono. Pero buscamos la manera de mantener las ansias de uno por el otro.
Pero ya pasado el tiempo era quizás demasiado para una relación que ya estaba frágil. Donde la confianza pendía de un hilo y cualquier bobería hacia estallar mis celos que aún no sé si era absurdos o con razón. Llegados a este punto era bastante difícil de sobrellevar. Pero quizás el miedo a estar solos o a separarnos y dejar de formar parte de la vida de cada uno era demasiado grande.
Yo puedo hablar por mi, les puedo decir que me aterrorizaba pensar que no lo iba a ver más y que tampoco iba a escuchar su voz. Pero bueno el hecho era que también sabía que si seguíamos juntos nos haríamos daño y eso era algo que ya no podría soportar.
Recuerdo el día que tome la desición, una de las más difíciles que he tomado hasta hoy, es que es muy duro tener que cortar los lazos que te atan a esa persona que tanto amas pq sabes que ya no pueden estar juntos, ya no son buenos para cada uno y ya no existe esa chispa que te volvía loca y te dejaba pensando en el todo el puto tiempo. Extraño esos momentos. Pero ya estamos rotos, ya no nos sentimos igual. Esa noche el llegó y recuerdo que le dije que quería hablar con el y de hecho el me dijo lo mismo. Yo terminé la relación esa noche.
Los días pasaron y esperaba una llamada que nunca llegó, esperaba una visita que jamás se anunció. Lo esperaba a el, es que aún lo quería, aún sentía por el y no me explicaba como era posible que no me extrañará, que no quisiera verme.
Recuerdo cuando luego de unos meses lo volví a ver en una fiesta de la escuela donde todo empezó. El me saludo y fue cuando sentí su indiferencia, su frialdad que ya supe que me había superado. Yo a él aún lo tenía clavado en mi corazón, pero verlo así me dió las fuerzas necesarias.
En el fondo siempre he esperado volver a encontrarnos, hablar y ver si podríamos volver a estar juntos, aunque es algo que veo lejano, tan lejano como la luna, si así de lejano lo veo.
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Editado: 11.11.2021