Amor Imposible

Cuentanoslo

No era lo que había planeado, pero voy a admitir que me encantaba. Sus manos pasaban una y otra vez por toda la extensión y su dureza, caliente y suave, tocaba la mía, excitándome como nunca, obligandome a apretar fuerte mis párpados y a suspirar obscenidades  que esperaba no fuera a oír.

Ambos gemimos y movimos nuestras caderas simulando pequeñas embestidas, estábamos al límite del placer.
Segundos después nos vinimos casi a la vez, acallando un orgasmico grito en la boca del otro al besarnos, dejando salir toda nuestra esencia mojamdonos los abdomenes y él un poco sus manos también.

Luego nos acomodamos uno junto al otro y dejamos que nuestras respiraciones volvieran a la normalidad. Si bien no había sido sexo normal o como yo lo había imaginado habíamos gastado todas nuestras energías ya sea por los nervios que experimentamos ante lo nuevo como aquel glorioso orgasmo que nos regalamos mutuamente.
— Estuvo increíble Nahuel — dije cuando recuperé el aliento un poco.

Él hizo una sonrisa algo triste, la cual no me generó demasiada tranquilidad y tras unos segundos de silencio me dió un casto beso en la frente para luego soltar:

— Iré a darme una ducha rápida y luego prepararé la cena ¿Te parece? —  su pecho aún subía y bajaba levemente, y yo asentí inseguro. Pensé que estaría más animado luego de que hicimos pero al contrario, lo veía más "apagado" de lo normal.

Entonces revolvió un poco mi cabello y se levantó dirigiéndose hacia el baño en suite que posee, dejándome solo y confundido en medio de su cama. Qué se haya ido así sin decir nada respecto a todo esto no era muy buena señal, pero al menos no estaba gritándome, juzgandome o reprendiendome por las indebidas decisiones que le hago tomar a causa de mis sentimientos. 

Aunque en el fondo no sé qué prefiero:si sus peleas en las cuales demuestra sus miedos, y dice lo que piensa o éste doloroso silencio tras haber intimado como lo hicimos.

Él no se molestó en cerrar la puerta tan solo abrió el grifo y se metió debajo de la ducha. Y entonces lo oí, había comenzado a llorar. Me incorporé sentandome sobre la cama, aferrandome a los pliegues de las cobijas deshechas. De seguro creía que no podía darme cuenta de ello por el ruido la lluvia al caer, pero sí que lo hacía y me partió el alma como nunca.

— Yo no quiero que sufras Nahuel...solo deseo que digas que me amas — musité lastimero evitando llorar también.

Luego me levanté y tragandome las lágrimas, tomé parte de mi ropa y salí se la habitación para dirigirme a la mía, dándole la privacidad que de seguro necesitará considerando lo sucedido. Sé que lo mejor es darle tiempo y esperar que esto no sea algo unilateral...donde sea yo el único que esté dispuesto a darlo todo por una relación así.

Unos cuantos días pasaron desde aquella noche, y no hubo un solo momento en que no haya vuelto a recrear en mi mente lo glorioso y perfecto que fue haber estado en una situación tan intima con él. Dios, fue por mucho un de las mejores experiencias de mi vida.

Su cuerpo, sus gemidos y sus ojos brillando de excitación es algo realmente inolvidable y son muchas las veces que terminó masturbándome pensando en todo ello, en él en su conjunto. La cuestión ahora es ¿A él le pasará algo parecido?

¿Qué recordará de ese momento? ¿Le.habria gustado tanto como a mí? En todo este tiempo jamás ha mencionado nada acerca de ese hecho, como si no hubiese pasado nada, lo cual me hace sentir un poco mal, pero supongo que es por la pena que siente al momento de tocar ese tema en particular.

Así que las cosas estuvieron algo raras entre nosotros, con situaciones bastante incómodas cuando estábamos a solas, pero quitando eso, todo estuvo más que bien sin peleas ni nada. Y por ahora con esto me basta, no quiero apurarlo en este asunto.

Ahora me encuentro saliendo del consultorio de mi psicólogo. Traté de convencer a Nahuel de no ir más, pero dijo que de todas formas continuase asistiendo que me ayuda con muchos otros temas. Claro, como si supiera qué temas suelo tocar con ese hombre, pero bueno no quería pelear así que me callé y no insistí más.

Aún así hoy no me puso de malas ir, todo lo contrario, le comenté que mi vida había mejorado mucho y que por fin parecía haberse encarrilado bastante, ante lo cual él trato de averiguar la razón de todo ello.

Por nada en el mundo pondría a mi padrastro en evidencia, además es justamente por este amor que comencé a hacer terapia, sólo que se suponía que me ayudaría a dejar de amarlo y no a enamorarme más de él. Mucho menos, que terminemos revolcandonos pero bueno, las cosas son así ahora.

Ni bien puse un pie fuera del edificio me llegó un mensaje de Maxi diciéndome que estaría en la plaza que queda a unas cuadras de mi casa junto a Ivan, otro compañero de mi escuela, por si quería sumarme con ellos. Obvio, dije que sí, un rato de diversión con amigos siempre viene bien. Además debo aprovechar la situación para distraerme un poco de todo este asunto de mi padrastro, darle respiró a mis emociones. No demore mucho en llegar, por suerte no había tránsito.

Al primero que reconocí fue a Ivan, su cabello rubio y su tono alto al hablar burlándose, pero no con maldad, de una compañera hicieron que lo viera casi al instante. Me acerqué a ellos y los saludé, ante lo cual Ivan me hizo rápidamente lugar junto a él y Maxi respondió mi saludo con una luminosa sonrisa como siempre.

En fin, así comenzamos nuestra tarde, comentando cosas del colegio y acerca de miles de pendejadas que hacemos a diario. La verdad que con ellos los minutos pasan rápido y me encanta.

— Oye ¿Y qué pasó con el plan tuyo ese de ser el dominante? — dijo repentinamente Maxi rompiendo el hielo con respecto a ese tema, Ivan no dijo nada pero yo me sonroje hasta las orejas.
— A-ahora no puedo hablar de eso, en otro momento te cuento ¿De acuerdo? — mentira, era obvio que jamás tocaría ese tema.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.