El amor es un crimen que no puede realizarse sin cómplice.-Charles Baudelaire-
DAMINOS
-Necesitamos bajar ya mismo, se supone que nos vamos a encontrar con todos para planear lo que haremos- Asiento un poco aturdida por lo que mi hermano me ha contado, por lo que representa este castillo y sus ahora habitantes -¿Estás lista? No quiero que te sientas obligada a hacer algo que no quieras, de hecho yo preferiría que no te acercaras a todo este embrollo
-Sabes que eso no es posible hermano, tú y yo estamos juntos en esto, además si en algo puedo ayudar no dudes en que lo haré- Me abrazó fuerte
-Estás siendo muy valiente y muy madura, estoy orgulloso de ser tu hermano-Besó la coronilla de mi cabeza y finalmente me soltó-Pues vamos mi guerrera.
Reconozco que tengo miedo e inseguridad, pero con la explicación de mi hermano estoy mucho más que segura sobre lo que tengo que hacer, desde el principio estoy inmersa en esto.
Al llegar al comedor me encuentro con caras desconocidas por lo que me aferro un poco más a mi hermano, quien solo frunce un poco el ceño y me conforta con una caricia suave. Me siento al lado de mi hermano quien a su vez lo hace al lado de Alana, así que a mi franco derecho tengo a mi hermano y al izquierdo a Bernard quien no me ha dirigido la mirada siquiera ¿Y ahora qué le hice? Sin embargo me sorprende ver a los niños de Stefany y Fausto en esta reunión, no creo que sea buena idea de que unos niños tan pequeños estén aquí; como que los miro muy fijamente porque el niño al que reconozco como Mateo me hace mala cara.
-No somos tan pequeños
-¿Qué?- La incredulidad en mi pregunta
-Lo que está pensando señorita, no es la primera vez que estamos en una reunión como esta-Contestó malhumorado
-¿Cómo sabes lo que estaba pensando?- La mirada de todos me hizo dar cuenta de lo idiota de mi pregunta, pero vamos, apenas estoy asimilando el hecho de que existen mundos y habilidades y todo eso, así que con un suspiro dejé pasar el tema -Olvídalo pequeñín- Me miró mal pero en cambio su hermano me regaló una sonrisa hermosa.
-Bueno, empecemos-Dijo un Alana serio, lo encontraría atractivo, porque lo es y ver la cara de mi hermano es prueba suficiente, pero está con él así que sólo me permito admirarlo un segundo, aunque recuerdo todas las cosas que vivimos: el primer encuentro, el sueño, el baño ¡Dios que Bartén no se entere!- Todos sabemos lo que está en juego aquí así que no juzgaré ni tomaré represalias contra aquel que decida no seguirme a la guerra, soy consciente de lo que pido así que por favor levante la mano quien no quiera hacerlo.
Miré a todos pero al parecer nadie pensaba abandonar a su líder, después de unos minutos de silencio tenso la voz de Bernard me sorprendió porque se escuchó muy fuerte.
-¿Qué esperas para hacerlo?
-¿Disculpa?
-Qué esperas para ser madura por una vez y alejarte de esto
-No le hables así- Ese fue mi hermano y sonó no muy contento, sin embargo Bernard no dejaba de mirarme a los ojos cuando le respondió
-No te metas, esto es entre tu hermana y yo, si tu no quieres que ella viva muchos años más yo sí, así que callate.
-Tranquilo hermano, yo me encargo- Me gané una ceja alzada por parte de Bernard y un gruñido por parte de Bartén -Es mi decisión, mi vida, tú no tienes nada que ver
-¿No tengo nada que ver? ¿Estás loca? No vas a ir a la guerra, no hay discusión- Me dio risa, de verdad que me reí como nunca -¿Qué es tan gracioso?-Dijo entre dientes.
-Tú, por supuesto- Controlé la risa -No me puedes prohibir nada
-Oh, claro que puedo- Amenazante y... sexy, muy muy sexy
-Yo estoy de acuerdo con el Señor Towsdent-
¿Qué?
-Yo también, no creo que sea buena idea Dami
Y esos, señores y señoras, fueron Fausto y Stefany en su respectivo orden, por su parte Bernard creyó ganar la discusión porque tenía una sonrisa arrogante en su rostro.
-Bueno, la cuestión es la siguiente, nadie va a hacerme cambiar de opinión, así que no perdamos más el tiempo.
-¿Hablas conmigo un momento antes por favor?- Bernard suavizó su tono, su rostro preocupado, me mató verlo así, sin embargo...
-No Bernard, he tomado una decisión, de verdad- Asintió y no pronunció una palabra más sobre el tema.
-Bien- carraspeó Alana- Escucho ideas
-Necesitamos más apoyo, solo nosotros no podemos contra dos ejércitos- Ese fue Daniel, el otro gemelo, al principio me sorprendí pero recordé las palabras de Mateo, esta no es su primera guerra.-Mi hermano y yo podemos reclutar en el mundo no natural, en una semana tendríamos un gran ejercito señor
-Bien, pero creo que no sería suficiente
-Los humanos también serían una buena opción, al fin y al cabo su mundo no está a salvo con esas hadas haciendo de las suyas
-Habría que entrenarlos también Daniela, no tenemos tiempo ni forma, los humanos son débiles, los estaríamos llevando a la muerte- Al fin Bernard participó de la conversación pero no sin antes lanzar un mensaje subliminal, yo sólo rodé mis ojos.