Salí corriendo de aquel lugar lleno de caos, el eclipse había terminado hace unos minutos y la luz volvió a iluminar los alrededores, yo me había alejado lo suficiente como escuchar algún ruido, pero el corazón me seguía latiendo a mil por hora, había corrido por varios minutos, pero no era eso lo que causaba mi arritmia, era el hecho de haber dejado atrás tanto, haber dejado mis creencias, mis recuerdos, mi pueblo…mi vida.
Detuve mi carrera cuando sentí que mis pulmones no daban más, podía escuchar ahora el sonido del agua, estaba cerca del río Harys, solo necesitaba unos momentos para recuperar el aliento. Seguí caminando, pero con más cautela, el bosque estaba húmedo y las ramas crujían a mi paso, en cuestión de minutos estaba frente al río, el agua corría provocando un sonido que me relajaba; mire a todos lados antes de salir por completo del bosque, cuando hube comprobado que no había nadie alrededor salí de entre los árboles, camine hasta llegar a un gran montículo de rocas, me recosté en un lado de ella usando como respaldo la más grande, suspire mirando al cielo y sentí alivio, ese lugar era el indicado para calmar mis nervios, fue ahí donde pasábamos tiempo a solas con Henry, fue ahí donde el me confeso su amor, fue ahí donde di mi primer beso, fue ahí donde me pidió matrimonio… y fue ahí, donde llore con amargura, fui ahí donde deje todo atrás.
No sé en qué momento me quede dormida, había estado junto al río por horas, esperando a que Henry llegara, pero cada hora era más insoportable que la anterior, más de una vez pensé en marcharme del lugar y dar por sentado que él no vendría, pero siempre que lo intentaba un ruido, un siempre sonido entre la maleza me daba esperanzas, terminaba por sentarme y seguir esperando, espere y espere hasta que el sueño y cansancio me vencieron y me perdí en la oscuridad. Abrí los ojos cuando entre sueños escuché que alguien, una vos me llamaba, alguien me movía con sutileza.
–Emily – decía una voz lejana – Emily despierta – abrí los ojos con pesadez y entonces lo vi, Henry esta frente a mí, me abrazo con fuerza cuando desperté – gracias al cielo Emily, me estabas asustando – su voz sonaba inquieta.
–¿Henry? – pregunte incrédula mientras lo aleja de mi – ¿eres tú Henry? –
–Claro que soy yo tonta– sonrió ligeramente y volvió a abrazarme– perdón Emily, perdón, perdón, – comenzó a disculparse sin parar.
–Espera Henry – volví a alejarlo, y lo miré confundida – ¿Por qué te disculpas? –
–Porque…soy el peor prometido que puede existir – bajo su mirada tomando mis manos entre las suyas y apretándolas con sutileza.
No pude evitar sonreír – Después de todo lo que hemos pasado, ¿eso es lo único en lo que piensas? – dejé escapar una ligera risa, el solo hecho de tenerlo a mi lado hacía que todo pareciera sencillo y más fácil de llevar.
–Lo siento – repitió con voz a pagada pero sin mirarme a los ojos, soltó una de sus mano y rebusco en la bolsa de cuera que colgaba de su cintura, saco un sobre arrugado, manchado y a medio sellar– siento ser un mal prometido, siento no ser un hombre capaz de protegerte, siento no haber estado contigo el día que perdiste todo, siento haberte ocultado la verdad de tus padre y de mi trabajo, siento haberte golpeado esa noche en las catacumbas, siento ser un cobarde…y siento causarte este dolor – me entrego el sobre colocándolo entre mis manos, se levantó y me di la espalda.
–¿Qué es esto Henry? –
–Tu padre…– guardo silencio y después de unos cortos segundo continúo hablando, aun sin darme la cara– Tu padre me escribió es carta para ti, antes de…antes de morir–
Culpa, dolor, tristeza¸ podía percibir esas emociones en su voz. Mire el sobre entre mis manos. Mi padre, mi padre había escrito eso para mí, aun después de cambiar, el me recordó…al igual que mi madre.
Aunque deseaba con el alma poder conocer las últimas palabras que mi padre escribió para mí, eso podía esperar; había lago más importante, Henry. Respire hondo dejando de lado el sobre, me levante y camine hacia Henry, quien sigue de espaldas mirando el rio, no noto que está detrás suyo hasta que hable y dio leve respingo, mas no se volvió hacia mí.
–me pides perdón por ser un mal prometido, pero siempre fuiste tu quien recordaba las fechas importantes, me pides perdón por no estar conmigo cuando lo perdí todo, pero me diste hombre para llorar, me acompañas en mi duelo y me escuchaste más veces de las que cualquiera hubiera deseado, me pide perdón por no ser capaz de protegerme y ser un cobarde, pero me sacaste de ese lugar, corriste un gran riesgo solo porque creías en mí y me ambas, me pides perdón por no decirme la verdad, pero solo querías protegerme – avance más hacia el hasta estar a su lado, el seguía sin mirarme, pero podía ver consternación en su rostro, sujete su mano y mire el rio junto a él – No tengo nada que disculparte – lo mire y sonreí – excepto por ese golpe que me diste – dije alegre, más el solo se limitó soltar un fugas sonrisa – me pediste perdón también por causarme dolor, debo suponer que leer lo que mi padre a escrito no será muy grato, del ser caso no quiero leerla –
–Emily …– se volvió a mirarme, pero hable antes de que el pudiera continuar.
–No quiero leerla sin antes saber que paso, no entiendo nada de lo que ha pasado, y por más que intenté buscar respuestas parece ser que el único que pude dármelas era tu–
–Bien – cedió –te diré que paso Suterdlot – cuando nos separamos en las catacumbas, yo me dirigí con los guardias, use excusas para que la mayoría abandonara sus puestos, lo más difícil fue convencer a los dos soldados de la entrada, no me lleva muy bien con ellos, pero al final cedieron, les dije que se les solicitaba en las murallas pues los centinelas habían abandonado sus puestos y algo iba mal, creí haberme logrado de todos así que regrese dentro para ir a buscarlas, camine unos metro y me desvíe, quería asegurarme que no había nadie que las estrobara. Me encontré con otros guardias que rondaban los pasillos, platique con ellos un momento, y los convencí de dar la vuela asegurando que ya había pasado por los pasillos y todo estaba bien, di medial vuelta cuando ellos se perdieron en los pasillos y regrese a encontrarlas, las esperaría en la entrada, pero cuando doble hacia la salida ustedes ya estaban ahí, estaba oscuro, alguien había cerrado la puerta principal y tu luchas por abrir la cerradura, cuando lo lograste la luz entro y entonces lo vi, un guardia estaba junto a ustedes se escondió perfectamente en el rincón del amplio pasillo, quise advertirles pero para entonces... –
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Editado: 30.08.2023