Una noche, después de la emocionante fiesta sorpresa para Lía y mientras la luna brillaba en el cielo estrellado, me encontré caminando solo por las calles tranquilas del pueblo. La conversación con Kanato me había dejado inquieto, estaba agradecido por su ayuda, pero sentí que eso no resolvería el problema.
Mientras caminaba, logre ver una silueta a lo lejos. Era Catalina Faragort, la misteriosa mujer que me había ayudado a comprender más sobre el mundo de los vampiros. Su presencia siempre estaba envuelta en un aire de misterio, y esta noche no era una excepción.
Nos encontramos en una esquina oscura, bajo la tenue luz de una farola. Sus ojos rojos brillaron cuando me miró con una sonrisa.
-Jackson, es un placer verte de nuevo-
-Lo mismo digo, Catalina- respondí con cortesía, pero no pude evitar que mi curiosidad se manifestara en mi voz. - creí que te habías marchado del pueblo-
-Lo hice, pero regresé esta noche-
-¿Puedo saber la razón? -
-Busco a alguien, pero parece que se entero y se dio a la fuga-
-¿Debería preocuparme? - pregunte curioso.
-Lo dudo, no es mala persona-
-¿Entonces porque la buscas? -
-Responsabilidad, yo la cree, es mi deber ver por ella-
-Oh, entiendo- respondí-¿hace cuanto que la buscas?, si puedo saber-
-No lo sé, hace ya unas décadas, siglos mejor dicho- respondió tranquila.
-¡¿Siglos?! - pregunte sorprendido- ¿pues que edad tienes? - ella soltó una ligera risa- lo siento, no quise…no quería…solo…- intenté escusarme, había sido descortés al preguntar su edad.
-Tranquilo chiquillo- respondió divertida y quitada de la pena -es solo que tu pregunta me parece divertida, nadie conoce mi edad exacta, pero tienen una idea, en cambio tu no tienes ni eso; a veces olvido que no sabes nada del mundo al que perteneces-
-Bueno, no es como que tuviera un guía que me ayudé, las unas personas que respondían a mis preguntas intentaron matarme hace años, no tuve a quien más recurrir-
-Ahora la tienes - dijo señalándose a sí misma- y créeme que no encontraras otro en nuestra especie con más sabiduría que la mía; y para responder a tu pregunta, tengo 35 años - la miré extrañado- para los humanos tonto, fui convertida a los 35-
-¿Y tú edad real es…?-
-845- respondió orgullosa causando una gran sorpresa en mi- ¿sorprendido? -
-Algo- dije.
Comenzamos a caminar por las calles oscuras de la ciudad, no hubo mas intercambios de palabras, intentaba asimilar que la mujer a mi lado tenia siglos de existencia, me preguntaba que podía causar en una persona el vivir tantos años, el cómo la afectaba, y el cómo me afectaría a mí; también pensé en el sin fin de conocimiento que podía tener; tal vez ella tendría la respuesta correcta a mi angustia, pero no sabía cómo abordar el tema.
-Si hay algo que quieras preguntar- hablo Catalina sacándome de mis pensamientos- solo hazlo-
-¿A cambio de qué? - pregunte curioso.
-Me agradas muchacho, no hay trato esta vez, solo responderé-
-Tengo algunas preguntas que me gustaría hacer. En particular, sobre mi sed repentina- dije sin perder el tiempo.
Ella asintió lentamente, como si ya hubiera anticipado esta conversación -Entendiendo tus preocupaciones. La sed es uno de los aspectos más fundamentales de la naturaleza vampírica. Pero también es un reflejo de tu conexión con la naturaleza vampírica que te fue otorgada-
- Eso lo sé, pero... ¿por qué esta sed repentina?- pregunté con una mezcla de frustración y confusión.
Catalina se acercó un poco, sus ojos fijos en los míos - La sed es una manifestación de tus instintos más profundos y oscuros. Puede ser desencadenada por emociones intensas, como la ira o el deseo. En tu caso, Jackson, parece haber sido desencadenada por el estrés emocional que te causan tus sentimientos hacia Lía-
Fruncí el ceño, sorprendido de que Catalina pudiera conocer los detalles tan íntimos de mi vida. -¿Cómo sabes eso? -
Ella sonrió enigmáticamente. Los vampiros poseemos una sensibilidad única hacia las emociones y los aromas que estas dejan. No es difícil deducirlo, el solo mencionar la causa un gran revuelo en ti, es obvio que lo que sientes hacia ella es mas que un simple cariño-
-Todos lo notaron antes que yo - respondí con simpleza en mi voz- pero no puedo alejarme de ella, solo me tiene a mí; ¿qué debo hacer? ¿Cómo puedo controlar esta sed? -
Catalina se tomó un momento antes de responder. - El control es fundamental, Jackson. Debes aprender a reconocer las señales de tu sed antes de que se vuelvan abrumadoras. Practica la meditación y la autoconciencia para mantener tus emociones en equilibrio. Y, por supuesto, mantente alejado de situaciones que puedan desencadenar tu sed hasta que hayas fortalecido tu autocontrol-
-Haré lo que sea necesario para controlar esta sed y proteger a las personas que amo- la mire con determinación.
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Editado: 30.08.2023