Amor, Magia y Otros delirios.

Prólogo

 

 

Una silueta caminaba a paso veloz por las oscuras y peligrosas calles, cargando al pequeño bulto en sus brazos y echando un vistazo sobre su hombro cada veinte metros con paranoia.

Ella sabía bien que, a pesar de no verlo, eso las estaba asechando a unos metros porque lo sentía, sentía su intensa mirada clavada en su espalda y casi podía oírlo arrastrase.

— ¿Que tan lejos planeas ir? —Oyó el susurro en el viento.

La pobre joven apretó los dientes con miedo, tan solo tenía 18 años y un arma completamente inútil contra su adversario. No se molestó en responder, simplemente comenzó a acelero el paso, si bien estaba aterrada ella sabía a donde ir.

—Elena…—Murmuraron detrás suyo —Regrésamela.

Cerró los ojos fuertemente y trato de calmar su respiración, sabía que no podía tocarla mientras no voltease a verlo, pero como cualquier ser humano la sensación de ardor e impaciencia por ver era mayor.

Por unos segundos se sintió caminar en un túnel negro y sin fin, el aire escaseaba al igual que su coraje, era aquel ente maligno el que la comenzaba a cegar. Esta no era la primera vez que le hacía pasar por eso, su meta era que ella perdiera la noción de sus sentidos hasta el punto de despistarla pero con el paso de los meses ella había conseguido dominar aquel vil truco.

Con los ojos cerrados recordó el camino que había memorizado hace ya una semana atrás, desde el primer momento que supo que tendría una oportunidad de escapar junto con la pequeña criatura que ahora se hallaba en sus brazos.

—Sabes que estarás perdida sin mi —Grito desde algún rincón oscuro, lleno de ira por la osadía de la mujer —¡Caminas hacia tumba!

Ella comenzó a correr, consciente de proteger a la criatura de sus brazos, casi podía ver el muelle y oír el rugido del mar cuando sintió una viscosidad rozar su tobillo que casi la hace chocar contra el suelo.

Un llanto agudo surgió de la pequeña niña que tenía entre sus brazos por culpa de aquel tropezón precipitado y por más que la tratase de calmar mientras retomaba su camino ya era imposible, la bebé comenzaba a subir el tono de su voz afligiendo aún más a la mujer.

—Devuélvela, Elena —Oyó casi como suplica. Pero sabía bien los trucos que solía utilizar aquel desgraciado en su contra— Sabes tú no podrás con ella.

Sus ojos divisaron el barco que la salvaría de aquel ser de una vez por todas, y a un lado de este pudo ver al hombre que la ayudaría. Saco las pocas fuerzas que le quedaban y se lanzó hacia aquel sujeto que la esperaba con inquietud.

«Catriel» Pensó aliviada al verlo.

—¡Corre! —Lo escuchó gritar — ¡Elena, apresúrate!

Los pulmones le quemaban al igual que su garganta mientras luchaba por llegar a la superficie del bote, ambos sabían que una vez que se hallasen sobre el mar estarían libres.

Unos golpes fuertes captaron su atención detrás de ella y, por instinto,  volteo y logró ver el rostro desfigurado por la ira de su carcelero a unos pocos metros.  Aún seguía débil y cubierto de su sangre, como ella lo había dejado hacia tan solo una hora atrás.

Sus manos casi conseguían tocarla, si llegaba a tropezar nuevamente ese sería definitivamente su fin.

—No puedes escapar tan fácil de mi —Dijo con la voz cargada de odio —Ni tú, ni nadie.

Al fin sus dedos capturaron la parte posterior de su capucha y tiraron fuertemente de ella, si no hubiera sido por la otra mano que tiro en dirección opuesta con fuerza entonces el escape hubiera sido frustrado. Su salvador tiro nuevamente de ella hacia el barco, casi arrastrándola junto con él a aquella superficie que se balanceaba al compás de las olas.

Sobre aquella estructura de madera, Catriel arrojó la tabilla con la que habíamos subido al bote y corrió a los controles.

Al fin se encontraban a salvo.

A metros del muelle, en la tierra, podía ver la silueta de su perseguidor mirándola con desprecio. Si no fuera por aquella maldición que lo condenaba a permanecer en tierra, ya se hallaría muerta.

Abrazó a la niña que no había cesado de llorar mientras, en una silenciosa despedida, se alejaba de la vista de aquel al que una vez llamo “Amor”.



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En el texto hay: sobrenatural, brujeria, místico

Editado: 15.02.2018

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