Todo iba perfecto, ambos nos queríamos demasiado, él me llevo a conocer un hermoso parque de juegos antiguos. Todo era perfecto en ese instante, reíamos y jugábamos como niños, hasta que él de repente comenzó a sudar, se le veía tenso como si le fuera a dar un ataque al corazón.
Me preocupe demasiado, él tenia las pupilas dilatadas y sudaba anormalmente.
Le dije que fuéramos a un médico para ver lo que tenia, insistí tanto que tuvimos la primera pelea, fue suave pero para mí necesaria, nos enojamos y cada uno para su casa.
Yo no sabía que lo que iba a ser me iba a perjudicar tanto a mí como a él.
Al siguiente día, él me fue a buscar a la casa, se veía mal, tenia más ojeras de lo normal, se veía cansado pero aun así me sonrió, me sonrió débil luego saco un girasol detrás de él, me lo extendió y dijo “Perdóname, no fue mi intensión arruinar tu día” las lagrimas se me asomaron ¿Por qué? Él sabe que mi flor favorita son los giráosles ya que a mis padres le gustaban mucho.
Me lance sobre él, abrazándolo con fuerza, él soltó un leve quejido de dolor pero aun así rodeo los brazos por mi cintura, enterrando su cara en mi cuello.
Olía raro, su aroma no era el del perfume exquisito como el de siempre, era como un olor… no lo sé.
De todas maneras no le tome importancia y lo invite a pasar…
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Editado: 01.12.2020