Ya han pasado 2 meses, quiero decir dos meses de progreso, la chica o mejor dicho. Sira está empezando a confiar en mí y eso es un avance ya que solo me quedan 4 meses, Daniel no ha estado muy amistoso últimamente. Ya me ha enviado muchos mensajes recordándome que si no le doy a la chica antes de la fecha, mi vida se pagaría.
Estaba en la ciudad moviendo unos papeles para estudiar odontología, no es algo que pensaba hacer pero Sira, ella me animo a renovar mis estudios; nunca es tarde para estudiar o eso es lo que me dice ya que ella a pesar de sus 18 años sabe mucho sin tener una clase de título, todo nada mas que leyendo libros que hay en su casa.
Al llegar a mi casa y abrir la puerta me consigo con uno de los mensajes de Daniel, todo estaba destrozado o solo la sala. Cada vez se vuelve más ingenioso para traerme sus amenazas.
Salí molesto de mi casa, iba directo a fumar un rato pero mi teléfono vibro por un mensaje.
<< Estoy en la plaza comiendo helado ¿ Vienes ? >>
Era Sira, no podía desaprovechar esa oportunidad porque sería la primera vez que interactuaria con ella. Acelere mi paso y la vi en un banco con una coleta con su cabello rizado, un short azul y una camisa blanca, comiendo un helado, la luz que se colaba entre las hojas y la iluminaban hacia que se viera extremadamente hermosa. Mi corazón se aceleró, mi estómago se comprimio. ¿ Por que me sentía así, si ella es mi víctima ? Ella se veia tan serena como si el tiempo la esperara.
- Hola - dije parado a su lado
- Hola , pensé que no vendrías; siéntate - Dijo sonriente haciendo espacio para mí
- Bueno estaba cerca, así que vine -
- Si, ¿ Quieres helado ? - Me ofreció de su helado mirándome con esos ojos marrones tan comunes pero con un brillo especial
- No gracias, come tu - Dije sonriente
- Ok más para mí, ¿ Y tú fama que tal ? - Me hizo una pregunta que no esperaba
- Con que ya sabes, mira te explico... - ella me interrumpió
- No tienes que explicar nada, no soy quien para juzgar. Con tal de que no me demuestres algo de lo que se, no me alejare - Me volvió a sonreír tan linda
- Oye yo, yo pensaba que no me hablarías más; gracias - Dije casi titubeando
- No es nada, a mi no me gustaría que me juzgarán - Me posó su mano en mi hombro, fue tan cálido
- Oh! Ya se acabó el helado debo irme - Se coloco de pie muy rápido y yo también, me di cuenta que es muy bajita; apenas me llega a los hombros
- ¿ Ese es el tiempo que te dieron, tan poco? - pregunté , por alguna razón no quería que se fuera
- Pues si, sabes cómo es ser una niña de casa, el tiempo es limitado - Me sonrió como despedida y se fue; tan alegre e inocente, tan inocente que mi alma se remueve de ganas de guardarla en una cajita... Pero no, mejor evito encariñarme con mi víctima.