Amor pirata

Capítulo 14 De vuelta a ser Ana Baldelomar

Llorando amargamente Anne salió de aquella prisión en la que su amado se encontraba, sentía un dolor inexplicable solo quería correr a su cama y llorar en ese instante  su padre la tomo del brazo.

-Muy bien ya viste que cumplí mi palabra ahora tú debes hacerlo comenzaras por ir ahora a comprarte algo lindo, esta tarde recibirás a tu futuro  esposo- dijo severamente Rigoberto mientras le entregaba una pequeña bolsa con monedas.

-Está bien- dijo Anne mientras secaba sus lágrimas, tomo esa bolsita y su padre la dejo sola con su nana quien se encontraba  detrás de ellos  mirando con tristeza a Anne

-Niña trata de disimular tus penas esta tarde,  ese muchacho es inocente- dijo la nana acariciando el brazo de Anne, ella la miro y sin otra alternativa solo asintió

Después de unas horas  el momento más temido por Anne llego, faltaban minutos para que dieran las cinco de la tarde hora en que su prometido llegaría, Anne se miró al espejo traía puesto un hermoso vestido azul marino de mangas largas que había comprado en la mañana tal cual su padre le ordeno,  para evitar preguntas incomodas se quitó las vendas de su brazo derecho, la herida ya había sanado dejándole una pequeña cicatriz debajo del hombro  cerca al pulmón de pronto sintió que se sofocaba, jadeaba sin poder respirar  trato de aflojar el corsé, quería sacarse aquel vestido y salir corriendo.

-Niña ya está aquí- dijo la nana ingresando a la alcoba

-No puedo nana, me siento muy mal, no puedo respirar- dijo Anne con la respiración agitada

-Niña si no bajas sabes muy bien que hará tú padre- la miro angustiada

Anne respiro profundamente y después de exhalar bajo las escaleras, su corazón parecía que se le iba a detener cuando escucho la voz de aquel hombre, eso ya era real, no había marcha atrás, no podía escapar, bajo las gradas respirando hondo en cada paso, con la mirada en el suelo.

-¡Por fin, ahí está!, mujeres siempre tardan en vestirse- riendo comento Rigoberto

-¡Estas bellísima!- dijo una voz de hombre, su voz era suave pero varonil

-Gracias- dijo Anne algo tímida mirando al extraño, era un hombre de aproximadamente 30 años, cara redonda y algo subido de peso, cabello castaño oscuro, una mirada dulce hasta inocente.

-Joaquín  Fuentes, un placer conocerla – dijo mientras besaba el dorso de su mano

-Encantada- dijo ella haciendo una reverencia

-¿Cómo estuvo su viaje?- pregunto, Anne lo miro extrañada

-Le comentaba a Joaquín que acabas de volver de España,  que estuviste en el  internado allá y luego en el convento, pero mi hija no tiene vocación, ¿verdad cariño?- dijo Rigoberto abrazando a su hija

-Bueno, como ya le conto mi padre, estuve todos estos años prácticamente encerrada, no logre conocer España a fondo-  continuo Anne con el engaño, un poco molesta

-¡Qué lástima, yo fui un par de veces, la madre patria es bellísima!-

Anne volcó los ojos, mientras se dirigían al salón enseguida las sirvientas les pasaron tazas té, después de una charla sobre banalidades mientras tomaban té con galletas junto a su padre, Anne y Joaquín se dirigieron al jardín para hablar en privado, Anne pudo notar que ella era un poco más alta que él.

<< ¡Tanta diferencia con Juan, este hombre parece bueno pero no es él, como extraño sus ojos azules, él los tiene marrones, su físico tan distinto, su actitud, me encantaba la rebeldía e ironía de Juan, su risita coqueta!>>

-Pareces ausente- dijo Juan sacándola de sus pensamientos

-¿Disculpe?- dijo Ann sorprendida

-Te estaba hablando y creo que no escuchaste nada, pareces ausente- rio

- Perdóneme- respondió inmediatamente

-¿Le parece si comenzamos a tutearnos, hablar de usted me hace sentir viejo?- rio Joaquín y Anne asintió

-Me dijo mi padre que es, perdón eres ganadero-

-Así es, tengo una hacienda ubicada en un pequeño pueblo llamado San Juan de Dios-

>> ¡Juan, porque ese nombre, el destino quiere torturarme o qué!>>

-Debe ser un lindo lugar- dijo tragando saliva

-Muy distinto aquí  o España pero tiene su encanto,  montañas marrones  y verdes  pastizales, despiertas con el canto de las aves –

- ¿Te gusta mucho el campo, verdad?- interrumpió

- ¡Mas que la ciudad, si, espero no te aburras allá, es muy distinto de aquí o España!-

-¡Cuánto más lejos mejor!- respondió  afligida

-¿Lejos de qué?- pregunto él muy extrañado mientras Anne trataba de evitar llorar

-No me hagas caso- respondió  sonriendo apenas

-Ana, me gustaría pedir formalmente tu mano- dijo mientras se colocaba en una rodilla

La imagen de Juan en la orilla de la playa en las Bahamas en una rodilla con un hermoso anillo en su mano vinieron a su mente,  sus ojos azules mirándola con tanto amor y ella tan emocionada…

-Ana Baldelomar Martínez, ¿aceptas casarte conmigo?-  continuo Joaquín

<< De vuelta a ser Ana Baldelomar, a olvidar mi vida pasada, olvidar a Juan>>

Ana lo miro con profunda tristeza, no podía evitar hacer las comparaciones en su mente, quería llorar y ya no podía retener sus lágrimas.

 




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