Mierda.
Tyler y yo volteamos al mismo tiempo buscando al dueño de ese carraspeo, cabe aclarar que Nate sigue encima de mi.
-Chicos, ¿podrían hacer eso en una habitación a solas?- El dueño de la voz era Logan, nos miraba con una sonrisa cómplice.
-Ja ja muy gracioso Logan- Nate comienza a levantarse- solo revisaba a Alex, tenía una basurita- ¿enserio? ¿Una basurita? Qué excusa tan más estúpida.
-¿En su garganta?- pregunta incrédulamente Logan.
-¿Cuánto viste exactamente?- ahora la que habla soy yo.
-Ví desde que este chico te comía como por qué- se agarra la barbilla pensativo- ¿unos 5 minutos?
-Oh por Dios- palmeó mi frente- qué vergüenza.
-Logan, no es algo que te interese, pero por favor no le cuentes esto a los demás- Nate señala a los chicos dormilones que están el los sofás.
-¿Y que ganó yo a cambio?- pregunta Logan burlonamente.
-Te prestare toda mi colección de Halo y FIFA- ¿enserio? ¿Videojuegos? Estoy segura de que no aceptará.
-Hecho- ¿¡Qué!?- ademas de esos Adidas negros que acabas de comprar.
-¡Logan! Son mis favoritos, a parte tu no los cuidas- dice Nate rodando los ojos.
-Si eso es lo que quieres- responde Logan alzándose de hombros- ¡Chicos!- Grita.
Los chicos comienzan a moverse y yo me levanto rápido de donde estoy cuando Logan hace el intento de gritar de nuevo, le tapo la boca con mi mano.
-Si la solución son unos malditos tenis te los compro Logan, pero no seas tarado- digo molesta pero en un susurro.
Él intenta hablar pero no puede, por qué obviamente tengo mi mano en su boca, así que la quito para que pueda decir lo que tiene que decir.
-El problema pequeña Alex, es que están agotados, el- señala a Nate- tiene el último par.
-Nate...- le digo con ojos de cachorro.
-¡Bien!- dice molesto- tu- señala a Logan- más te vale mantenerte callado- Logan asiente satisfecho-y tu- Me señala- hay que hablar- dice mientras me toma de la mano y me lleva hacia el piso de arriba, de hecho dos, ya que nuestras habitaciones están en el tercero.
Nate me arrastra hasta su habitación a grandes zancadas, creo que enserio le duele perder esos tenis.
Al llegar a su habitación, entramos y me señala la cama para que me siente, lo que hago, mientras es cierra la puerta con seguro.
-¿Qué pasa?- Pregunto curiosa.
-Acabó de perder unos Adidas- dice triste; su cara me resulta realmente graciosa por lo que comienzo a reírme- ¿De que te ríes?- pregunta con su ceño fruncido.
-Por tu cara de tristeza, son solo unos Adidas, no el fin del mundo- digo rodando los ojos.
-Esos Adidas son edición especial, y costaron mucho dinero Alex- dice enfadado.
-Tranquilo, yo puedo conseguirte otro par- digo mirando mis uñas.
-Imposible, están agotados- dice cabizbajo.
-No es imposible- digo levantándome hacia donde él está- mi padre trabaja en la compañía, tiene un puesto muy alto en la cede de Canadá, fácilmente conseguiría otro par, solo tendrías que esperar a que llegaran por paquetería pero, al parecer valdrá la pena la espera- digo con una sonrisa.
-¿En serio?- pregunta asombrado, a lo que yo asiento, él me mira con una sonrisa y se acerca a mi. Me rodea con sus brazos en un cálido abrazo- Gracias, gracias, gracias- dice en mi oído- Eres la mejor- dice y se separa de mi, quedándonos a centímetros de distancia, sus manos ahora se encuentran en mi cintura e intercala su mirada entre mis ojos y labios, se acerca para besarme, pero pongo un dedo en sus labios para evitar que me bese.
-¿Qué pasa?- pregunta confundido.
-Nate, nos conocemos desde hace un par de días, y yo no soy de esas que se besan con los chicos sin ser nada o conociéndolos con tan poco tiempo, llámame chapada a la antigua, o como quieras, pero si quieres algo conmigo tenemos que conocernos y formalizar las cosas, no me arrepiento por ese beso, claro que no, fue muy buen beso, y si queremos más, debemos conocernos, tampoco es que sea una santa o algo parecido, he tenido algunos novios y parejas pero eso no quiere decir que me ande besando con cualquiera sin ser nada.
Termino mi discurso aún con el dedo en sus labios, pero mirando hacia abajo, toma mi barbilla con una mano para que lo mire, tiene una bella sonrisa en sus labios, retiro mi dedo, el me esta mirando tiernamente.
-Tienes razón, y me alegra que me hayas dicho todo eso, sabes respetarte como mujer, y es difícil encontrar a alguien que lo haga, no me molesta Alex, si quieres que te corteje y salgamos a citas para conocernos, lo haré, por qué aunque me muera por besarte, y saltarme todos esos pasos, no lo haré, nos conoceremos y todo valdrá la pena, por qué quiero hacerte feliz.
Sus palabras me sorprendieron, no esperaba que este chico, el idiota que conocí hace unos días en el aeropuerto fuera tan lindo y me entendiera de ese modo.
-Gracias Nate- Lo abrace- la verdad no me esperaba que me respondieras eso- el río.
-Fui un idiota en el aeropuerto, lo se, pero no soy esa clase de chico Alex, ¿creías que me enojaría, y te diría mojigata o algo por el estilo?- asentí- Si fuera tu, hubiera creído lo mismo.