Amor Prohibido

- 3- Asquerosas ranas-

 Frustrada así me sentía, había pasado una jodida semana y Simon solo me mandaba tarjetas rojas, algo le sucedía y claro no podía acercarme a él y preguntarle que sucedía porque se supone que él y yo ya nos vemos, tampoco era su novia para hacerle una escenita de celos tipo: ¿Por qué no me contestas los mensajes? En este caso: ¿Por qué solo me envías tarjetas rojas?

Concentrarme en clase me era difícil, incluso casi hago el ridículo frente a todos en una exposición.

Carajo, como odio ser humana en estos momentos.

Esa tarde, Thederson corría hacia mí a toda velocidad como loco, se llevó por en medio a dos chicos brujos, cerré la puerta de mi casillero y lo miré esperando a que recuperara el aliento.

- ¿Qué paso? ¿Quién se murió?

- ¡Hay una nueva alumna en el instituto!

¿A mitad de año?

- ¿Y es humana? - pregunté, un halo de luz de esperanza cruzó mi vida, ya no sería la única, sentí como mis ojos se agrandaban iluminados.

- No, es vampiresa- ¡vaya mierda! sin duda alguna, estoy más salada que el culo del elenco de la sirenita- Pero eso no es lo que me trae hasta aquí como cohete, es... redoble de tambores- golpeteo el casillero continuo al mío- ¡Es sobre Simon y ella!

Alcé una ceja confundida, él rodeo los ojos. ¿Qué tenía que ver Simón con la nueva? ¿Acaso era una prima lejana? ¿Una acosadora?

- ¡Santas chancletas del pescador, sí que eres lenta! - exclamó- Simon esta con ella María, tu guapo caballero de armadura dorada tiene novia y el muy capullo no te dijo absolutamente nada. Se llama Olivia McMahon, y al parecer la chica es de plata, además, mi informante de chismes la vio y la perra usa los últimos tacones que Gucci sacó a la venta. ¡La envidio!

Me perdí de todo lo que me dijo, solo escuche novia de Simon, lo demás fue puro blah blah, me sentía de la mierda ¿Enserio pensaba que tenía oportunidad con él? ya entiendo por qué las tarjetas rojas y por qué antes no se fijaba en ninguna chica y las rechazaba a todas... ¿En verdad soy así de idiota?

- ¿María?

- ¿Sí, Ted? - volví en mi

- ¿Vas a golpearme? - dio dos pasos hacia atrás volviéndose intangible.

- No- respondí confundida.

- Entonces ¿por qué me miras con esa cara de sociópata con los puños cerrados?

Abrí las manos, no me había dado cuenta de que las había cerrado en puño, respiré hondo.

-Vamos a clases Ted- sonreí según yo, como normalmente sonrío, Ted frunció el ceño.

- No, ni loco iré contigo con esa cara de psicópata de bosque. Uhn, uhn- negó con su cabeza e índice como las chicas negras hacen en las películas.

Comencé a reír como desquiciada, tanto fue así, que el grupo de animadoras del equipo se me quedaron viendo y comenzaron a susurrarse cosas. Pero ya que más da, estaba enserio harta de que me vieran la cara de idiota solo por ser la única humana en esta mierda y de estar patéticamente enamorada de un chico inalcanzable en todos los sentidos, el más evidente: Vampiro- humana. Esta era la vida real carajo. Seré fuerte, independiente, capaz muy capaz de...

- Psst, María ¿Qué coño estás haciendo? ¿Por qué la pose ridícula...tan así te afectó? - Caí en cuenta y tenía una pose un tanto ridícula con ambos puños en la cadera.

- ¡A LA MIERDA! - Grité sobresaltando a Ted y a un chico sátiro que se hallaba en ese momento en el casillero de al lado- desde ahora verás a una nueva María, Thederson Daniel Hutch- me giré hacia el chico- lindos ojos de carnero, chico sátiro.

El muchacho alzo una ceja y perturbado se alejó de mí, Ted me reclamó su atención tomando mi cara y girándola hacia él para que lo mirara.

- Uno- alzo su índice- Mi nombre no es Daniel, es Elías. Dos: No era un sátiro María, era un Fauno y tres: ¡Qué mierda pasa contigo, por Ghanesa! - Soltó mi cara.

- Pasa calabaza, que ya estoy harta de ser la pendeja, la "humanita idiota que utilizan a su antojo" la carne fresca...literal. Una nueva María renacerá, Thederson, ya lo verás...

Mi mejor amigo comenzó a aplaudirme y a vitorear: "¡María concejal"

- ¡Vivan los derechos humanos! - gritó

Entre risas comenté que se callara que nos iban a rayar de locos.

- ¿Y qué importa? lo acabas de decir... ¡A la mierda!

Caminamos hacia nuestra respectiva aula y con tristeza fingida nos separamos a mitad del pasillo ya que, el veía Historia mitológica a esa hora y yo Biología. Entré al salón y para mi maldita desgracia solo había un asiento vacío y era al lado de un Diatlov, al lado de la temeraria, la chica problema, Siomar.




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