Extra I
BENJAMÍN MILLER STARK
Siempre he pensado que el amor solo significa una cosa… debilidad, mi madre siempre dijo que todo ser humano tenía una debilidad y mi padre decía que si tenias una debilidad debes acabar con ella, eso hizo él, acabó con su debilidad, dejando huérfano a un niño de nueve años.
Muchas veces intente acabar con la mía, pero simplemente no pude, el solo pensar una vida entera sin ella era una tortura de tan solo imaginarlo, luego llego la mayor felicidad de mi mayor debilidad, Emily, fue la niña de mami y papi hasta que llego Mike, eramos felices, pero luego llego la tempestad… Alexandra.
Una niña que a la corta edad de tres años no terminaba de impresionarnos, con su llegada llegaron muchos más enemigos y con ellos la muerte, Emily era una bella combinación de Cora y mía, tan delicada y elegante pero tan letal al tiempo, luego está Mike sin duda alguna sacó el carácter de su madre y la belleza de su padre y por último esta Alexandra, una mujer que usa su belleza a su favor y su inteligencia para acabar con sus enemigos, claro además de sufrir trastornos psicológicos lo que la hacía cinco o incluso diez veces más peligrosa.
Mi intención nunca fue convertirla en una máquina asesina, ni mucho menos lastimarla hasta tal punto de que convirtiera todo ese dolor en un arma… un arma muy letal, todo lo que hice fue para protegerla y que no cometiera los mismos errores que sus hermanos.
A veces lo que creemos correcto puede llegar hacer mas daño que lo incorrecto, solo no quería perder a alguien más.
-¿Benjamín estás aquí? -Su dulce y hermosa voz hace que mi corazón se acelere como la primera vez
-Si ¿Qué quieres? -Digo dándole la espalda
-Ushhh que pereza, estás de mal humor… ohh verdad tu siempre estas de mal humor -Una sonrisa se posa en mis labios, por que se que ella no puede verme.
-Cora no he dormido nada, he intentado buscar el paradero de tu hija y…
-También es tu hija ¿Por que la tratas así? la tratas peor desde que asesinastes a…
-No te atrevas -Me volteo y la encaró
-¿O que?
Cora siempre fue tan entrometida, tan valiente o tan estúpida, su curiosidad fue la que la metió en todo este lío, es la única que se ha atrevido a retarme, fue una de las cosas que me atrajeron de ella.
-Solo vete… traeré a Alexandra lo prometo, ahora vete
Ella niega y sale dejándome solo, mi vista va hacia la carpeta que se halla encima del escritorio, abrí la carpeta y la cara de la persona que más odio es lo que veo.
-Dominick Presley Wade… todo esto es tu maldita culpa.
Cierro la carpeta y la tiró, miró la botella de Vodka que se halla en una pequeña licorera en la esquina, no dudo en sujetar y tomar el Vodka como si fuera agua.
Todo va de mal en peor, la desaparición de Alexandra, el atentado del FBI hacia el cuartel, la pérdida de mercancía y ahora mi posible divorcio con Cora, sin contar los posibles ataques que recibamos en un futuro por nuestra falta de armas o mercancía.
-¡Mierda! -Estrelló la botella de Vodka en el suelo
Me paso las manos por el pelo, estoy pasando por lo que pase aquel 1 de septiembre, y 9 de noviembre, aunque nunca lo diga en voz alta aprecio a mi familia… a Mike y a Alexandra, pero amo y adoro a Cora, muchos lo llaman obsesión, otros una adicción, al final de cuentas sea lo que sea lo que sienta por ella siempre va a terminar igual… conmigo, con Benjamín Miller Stark.
-¿Papá, verdad que puedo ser quien yo quiera? -Pregunta la hermosa niña a su padre
-Emily si tu quieres ser la princesa de un cuentos de hadas lo serás, si quieres ser una guerrera que salve a un príncipe lo seras, incluso si quieres ser la reina malvada lo serás, porque todo lo que tu quieras ser en esta vida lo puedes hacer, nada ni nadie te puede decir lo contrario.
-Bien, pues yo quiero ser Emily Miller Bruce la jefe de las Águilas, la más respetada y temible organización criminal, quiero ser francotiradora, quiero ser respetada y venerada por el mundo entero, pero sobre todo quiero enamorarme, quiero tener una hija y la cual se va a llamar…
-Creo que mejor lo dejamos en que sera la proxima líder, estas muy joven para pensar en casarte -Responde rápidamente el padre a su pequeña
-¿Leah Miller Bruce?… -La pequeña parece pensar, para luego sonreír complacida- si ese sera su nombre, así se llamara tu futura nieta.
Me acerco a la ventana de la mansión en la que nos encontramos, está a las afueras de Las Vegas, es una mansión que ni Las Águilas sabían de su existencia, veo a mas de un niño y adolecente siendo entrenados, a otros los veo subidos en un ring improvisado, luego lo veo a él… a Mike.
-No… no puedo papá tengo miedo -Susurró temblando de miedo el niño de tan solo seis años.
-Campeón quiero que sepas que pase lo que pase voy a estar aquí… pero debes hacerlo debes saltar, si no lo haces ahora no lo harás nunca
-¿Lo prometes?
-Lo prometo… por ti, por tu madre y por tus hermanas, prometo siempre estar contigo pase lo que pase
El niño no dudó en saltar al acantilado mientras su padre sonreía con orgullo al saber que su hijo había vencido uno de sus mayores miedos… el miedo por las alturas.
Los pequeños recuerdos de los momentos que no fui una bestia con mis hijos me atormentan, me alejo de la ventana y me siento en la silla, no puedo evitar suspirar y apoyar mis codos en el escritorio.
-Quiero ir a jugar con Emily y sus amigas… por favor -Suplica por segunda vez la niña de ojos avellana
-No… tu eres diferente a tu hermana, no puedes estar con ella y sus amigas -Responde el hombre frente a ella, poniendo municiones a la pequeña arma que le mandó a diseñar el dia anterior
-Pero yo quiero…
-No puedes obtener todo lo que quieres en esta vida… no mientras estes conmigo, ahora separa tus piernas, quita el seguro, apunta y dispara -Dice entregando el arma a la niña
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Editado: 09.04.2022