Alexandra Miller Bruce
Sonrió para mis adentros el hecho de tener que fingir ser la novia de Maximiliano, cambia todos mis planes, para bien, voy a poder estar más cerca de los infiltrados, podré contactarme con la organización e informar de mi estado actual, lo malo de todo es que voy a estar vigilada día y noche.
-Esto es fácil, tienes que fingir ser mi novia por unos cuantos días luego volverás a la bodega.
Yo solo puedo sonreir y suspirar, pobre idiota si cree que esto funciona asi.
-¿Es que acaso no has entendido cómo funciona esto verdad Maximiliano? Ya no eres el macho alfa aquí, mira te lo pongo así, si quisiera escapar lo haría en este preciso momento, tengo a mi disposición el arma que sueles carga a diario en tu cintura y el arma que se encuentra debajo de esta mesa… eres tú quien me necesita no yo a ti.
-Y si yo quisiera en este preciso momento estarías muerta -Él se inclina y me tomó del mentón.
-¿Y qué te impide hacerlo… osito? -Me suelto de agarre y suelto una carcajada.
-Abril… Ella me impide matarte -Dice serio, mientras que yo solo puedo tratar de regular mi respiración para no saltar sobre él y asesinarlo a sangre fría.
-¿La rosita fresita? ¿En serio? hasta un bebe tiene mejor gusto que tu, dios podrías matarme pero no lo haces por esa… poca cosa -Suelto con un ironía.
-¿Celosa?
-Nunca… ni de ti ni de nadie, es solo que es irónico que no me mates por ella, pero creo que la verdadera razón por la que no me matas es por el hecho de que me necesitas para deshacerte de ella… a ver.
Lo miro y veo por encima de él a rosita fresita sonriendo junto a Hedwig, veo a Aiden quien tiene una cara de ´´Cállate niña´´, luego veo a Anastasia quien trata de no hacer mala cara, también está Sofía, mi hermosa e inocente alumna tiene una mirada que habla por sí sola y por último está Liz quien intenta zafarse del agarre de Arturo, quien tiene una cara de bobo enamorado.
-Ni tu ni nadie, excepto tu madre soportan a la rosita fresita, dios mis ojos arden con solo ver su ropa, todo en ella grita Rosado, mi más grande sentido pésame supongo que no estuvistes con ella porque la amabas.
-Si… bueno ella no era así antes.
Y se le fue lo dominante… lo bueno no dura mucho.
En qué estoy pensando.
-Haremos un trato yo te ayudo a deshacerse de la rosita fresita y tu me dejas ir luego de todo esta farsa ¿Trato?
-Es que yo no me quiero deshacer de Abril… yo solo quiero que mi madre deje de insistir en que me case con ella.
-Es lo mismo… solo que no te deshaces solo de la rosita fresita si no también de tu madre, mira tu consigues hacer lo que sea que quieras hacer con toda esta farsa y yo simplemente logró volver con lo que de verdad me importa, Las Águilas, mi novio, futuro esposo y…
-Y padre de los hijos que no piensas parir, si, si pareces disco rayado repitiendo siempre lo mismo.
-¿Celoso? - Digo divertida ante su repentino cambio de humor.
-¿Yo? - Suelta un risita - Jamás, no debo por que estar celoso de tan poca cosa… además de que tu lo odias.
-A ti también te odio - Digo intentando no perder la paciencia
-Pero me deseás, cosa que no haces con Baker - El se acerca a mi oído y todos mis sentidos se activan - Tranquila… el sentimiento es mutuo
Me tenso y el de aleja triunfante, camina lejos de mi y se reúne con los demás, mientras que mi estúpidas hormonas aún tratan de procesar todo lo que pasó hace unos segundos.
Cuando salgo de mi transe, me acerco a los demás, miró a Liz que se halla para nada cómoda al lado de Arturo, Sofía está viendo a lo lejos a… Jack, es uno de los infiltrados, él también le da una que otra mirada coqueta, luego está Aiden quien sólo ve a su esposa como si fuera lo más hermoso del mundo.
Ruedo los ojos sin poder evitarlo.
Hedwig habla animadamente con la rosita fresita, quien está más concentrada en verle el imperfecto, hermoso, estúpido, adictivo rostro a Maximiliano.
-¿Alexandra vienes con la señora Russell y conmigo de compras? - Pregunta la Rosita fresita quitando su vista de Maximiliano.
-Odio ir de compras… Prefiero torturar y matar, ¿Te gustaría jugar conmigo? - Sonrió angelicalmente
-Yo… yo, bueno yo no… yo no sé ¿Qué quieres jugar?
Pregunta torpemente.
-Es muy fácil rosita fresita, tú eres la presa… y yo soy la cazadora, tu huyes y yo te encuentro, tu súplicas y yo me divierto.
-Alexandra ya basta no la asustes - Dice Maximiliano sobándose la sien.
-Pero si solo me estoy divirtiendo… yo solo quiero jugar, nadie quiere jugar conmigo ¿A que tu juegas conmigo rosita fresita?
Hago pucheros y mi voz suena tan angelical, creo que llegue a sonar como un psicópata cualquiera buscando un poco de diversión.
Liz está conteniendo la risa y la verdad es que no se porque.
-¿Entonces qué dices rosita fresita? ¿Te gustaría jugar conmigo?
-Si… si quiero jugar contigo - Susurra con voz temblorosa
Yo doy aplausos como niña chiquita que acaba de conseguir un nuevo juguete, y técnicamente así lo he hecho.
-Bien, tienes 60 segundos para esconderte por qué si te encuentro… - Me acerco hasta ella y pego mis labios a su oído - Te mató y no tendré piedad alguna, pero primero me divertiré y no te gustaría saber como rosita fresita .
Ella asiente y yo solo sonrió complacida, es obvio que no la voy a matar, no sería muy inteligente de mi parte asesinarla en territorio enemigo cuando en cualquier momento una bala me puede atravesarse.
-Bien, ahora… corre.
Ella no pierde tiempo y sale corriendo, cuando la pierdo de vista suelto una carcajada, Hedwig me mira inexpresiva al igual que los demás, excepto Liz quien trata de no sonreír.
-Por todos los que he asesinado, esa ha sido una de las mejores reacciones que he visto en la vida, ¿La vieron correr? Lo hacía como si su vida dependiera de ella.
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Editado: 09.04.2022