Amor Propio

Capítulo 4 : No soy un heroe

Capítulo 4 No soy un heroe

Como ya saben, me encuentro en tremendo lío. ¿Y cuando no? Pero esta vez sí es enserio. Llevo cari 1 hora manejando si n saber en dónde mierda estoy ¡Y no olvidemos la mejor parte! Llevo una niña dormida de 6 años en la parte trasera de mi auto. Ah sí, ya se mas sobre ella. Resulta que tiene 6 años, la educan en casa, le fascinan los gatos (yo los odio, pero claro que no selo dije) y al parecer andaba con su hermano mayor. ¿Ven? Los hombres nunca saben hacer nada. ¡Nada!

Le dije a Soley que primero necesitaba comprarle ropa, ya que solo lleva puesto su traje de baño negro de una sola pieza y mangas largas. Y luego de toda la caminata estando empapada lo más seguro es que le dé una pulmonía. ¿Han escuchado el refrán… ¿Lo que no gusta te mandan el doble? Pues déjenme informales que gracias al desgraciado que perdió a la niña de vista; tengo mi guagua llena de arena. Sí, ¡Arena! Esto me pasa solo a mí.

Y luego de pensar que manejaba en el mismo lugar al fin entro a un pequeño pueblito. Lo primero que visualizo es un mini Shopping. No dudo ni un instante en estacionarme. Ya los gastos se han ido sumando, no tan solo necesitamos ropa. Si, porque no pienso ir para todos lados con esta porquería de uniforme. Aunque la realidad es anti-ético y más si tiene el logo de la institución, es casi ilegal. Ahora súmale, la comida, gasolina, porque señoras y señores el combustible no es eterno. El hambre sí, pero la gasolina no. Y encima de eso aún, estoy pensando en cómo rayos voy a bajar a una niña de 6 años dormida. En brazos eso es obvio ¡Pero está en traje de baño y descalza! ¿Acaso eso no es un poco sospechoso? 

Luego de pensarlo mil veces me bajo. Voy a la parte trasera de la camioneta y bajo a Soley sin intención de despertarla después de todo esta descalza tendré que cargarla de todas formas. Ya que llevo una camisa de manga larga debajo del scrub, me lo quito para tapar a la niña. No me gustaría toparme con un vejo verde o cualquier otro pervertido.

Lo gracioso de esto es que por su diminuto tamaño tal vez pensaba que no pesaría tanto, pero ahora les juro que mis pulmones lloran. Intento caminar con Soley en mi hombro y mi cartera en otro, algo difícil para mí, no es como si me pasara la vida rescatando niños. Con pasos seguros miro la variedad de tiendas que hay. Nada humilde para ser un pueblo tan pequeño, pero el dinero no iba hacer el problema, sino que no me gusta darme el lujo de entrar a sitios como este. Prefiero gastarlos en comida. 

Sin más quejas de mi parte entro en la primera tienda que veo más aceptable para niños. Y con ayuda de una empleada me busca lo necesario, ropa interior, un Jean cortos y una camisa rosa sin ningún tipo de diseño, medias y por ultimo unas converse blancas altas, no sé si le gustaran, pero tendrá que conformarse. 

En un baño la despierto y la ayudo a cambiar ya que está un poco dormida.

-¿Te gusta? –Se mira en el espejo con una sonrisa, Aunque ahora su único problema es el cabello, digamos que se ve más decente.


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-¡Sí! –Sonrío – Gracias –Me abraza tan delicadamente como si me fuera a romper.


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Al final termine por comprarme… ¡Nada! Hora entiendo eso de “El que tiene hijos no muere relleno” Aunque  es más que claro que no es mi hija no pude resistirme a su carita de perro mojado cada vez que veía algo que le gustaba. Incluso le compre un conejo de Build- A Bear. ¡Jamás en mi vida he tenido uno de esos! Llegue a la conclusión que la causa de mi quiebra será una niña y peor una desconocida. Pero verla sonreír hace que cualquier precio alto desaparezca. Sus ojos llenos de brillo e inocencia hacen que recuerde que posiblemente este sea el único día que vuelva a sonreír y hare que lo haga en grande. 

Luego de unos mantecados, una manicura, un arreglo en su a tormentoso cabello (solo lo lavamos ninguna alteración física) y una cena romántica en Chuck E. Cheese’s, aquí estamos. Frente a la estación de policías donde tuve que a ver venido desde el comienzo. 

-¿Alessia? –Susurra con voz temblorosa, sé que está asustada, pero créanme no más que yo. Suspiro pesadamente mientras siento como aprieta mi mano levemente. 

No respondo, solo la tomo en mis brazos y la abrazo. Mi imaginación se queda corta antes de imaginar el terror que debe estar sintiendo ahora mismo esta pequeña. Y sus brazos apretándome fuertemente lo confirma. Puedo sentir el ritmo de su corazón desembocado y su respiración algo entre cortada.  Sin responder solo susurrar un “todo estará bien” entré. 


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Primero me encuentro con el guardia de turno y créanme cuando les digo que no se parece en nada a las películas de comedia. Y con eso me refiero a un tipo regordete comiendo donas, apestoso, que la pansa les llega a las rodillas y encima con ropa chica. Jamás este tipazo se compara a uno de esos. ¡Este sí es un guardia! Ojos hermosos, cabello de príncipe, ojos azules claros y su piel de porcelana. ¡Hasta parece sacado de revista! Es obvio que se ejercita y MUY BIEN. Sin mencionar la manga de tatuajes que tiene en su brazo derecho, haciéndolo ver aún más sensual si es que eso existe. 


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Un carraspeo me saca de mis pensamientos. Para cuando pedo percatarme el guardia me observa con burla y una maldita sonrisa perfecta. 

- ¿Cuál es su emergencia? –y ahí fue cuando todas mis esperanzas de mi fantasía cayeron por el precipicio. ¿Qué cuál es el problema? Ok se los diré. ¡Es estándar! ¿Si me entienden verdad? ¡Corre en reversa! ¡O como quieran decirle! Pero para el beneficio de aquellos que aún no entienden ¡Es gay! Que desperdicio. Es pro estas cosas que siento que la vida me odia. - ¿Está bien señorita?


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-Sí, todo bien…bueno no, sino no estuviera aquí. –Por Dios Alessia ¿Cómo es que puedes ser tan bestia? – Le explico, en la tarde de hoy he ido a la playa –El guardia me mira con cara de que no le importa ni una mierda lo que voy a decir, ahg ya lo odio. Si ya lo sé, soy bipolar ¿y qué? –Y me he encontrado con esta pequeña perdida.



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En el texto hay: rencor, superacion, amor

Editado: 19.03.2020

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