Capítulo 6: Tu otra vez
Cuando dije que todo su encanto se había esfumado lo dije enserio. No puedo creer que el encantador chico misterioso fuera el patán que olvidó a Soley en la playa. ¿Pueden creerlo? ¡Claro! Ustedes me leen se lo debían a ver imaginado, pero yo ¡no! Y no lo voy a tolerar.
Flashback
Me pongo de pie y solo puedo escupir con furia una sola palabra
Lo observo de nuevo y esta vez él voltea a verme, pero en vez de mirarme con enojo solo me sonríe de lado. ¿Por qué hace eso? ¿Por qué no esta molesto? Su actitud me aturde por lo que desvío la mirada y me molesto conmigo misma, no se por que el tiene ese efecto en mí, pero debo deshacerme de él sea como sea. No volveré hacer la idiota de antes, eso se acabó.
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Al finalizar mi última clase salgo disparada del salón, solo quiero tirarme en la cama. No puedo esperar para poner mi tensa espalda, sobre ella. No me culpen es que no es nada fácil estar casi 4 horas sentada en una silla dura. Me dirijo casi corriendo a mi guagua cuando de repente lo veo. Está en su moto negra y elegante, son su típica chaqueta de cuero negra. ¿Pero qué mierda hace? Veo como se acerca a mi guagua y coloca algo el cristal para irse sin más. Me acerco cautelosa mente y veo que solo es una nota que dice “Lo siento, si me lo permites prometo explicarte”
Disdian
No me conocen por ser popular, ni por haber ganado un premio o una prestigiosa beca. Me conocen por que soy “misterioso” silencioso, porque no tengo problemas, porque simplemente soy yo. Pero la realidad es que nadie me conoce. No tengo ningún misterio, ni secreto solo soy reservado cuando quiero. Desde que llegué a este lugar solo me he enfocado en mis estudios, como administrador de empresas con concentración en salud. Pero aún recuerdo ese día que llegué y me senté en el mismo sitio, con la única diferencia que había un par de ojos interrogantes observando cada movimiento.
Por un monto pensé que era Morgan de nuevo, pero no era así, cuando baje mi libro para buscar esa mirada penetrante que tanto me hostigaba me lleve una gran sorpresa. Se trataba de la mirada más escalofriante que haya visto en una chica. Parecía que todo estaba a su merced, todo bajo control, incluso cada latido, cada respiración.
Con el pasar de los días me fui dando cuenta que su mirada sombría nunca cambiaria, podía reírse (que hermosa sonrisa), podía mover su melena castaña con altivez, pero era su mirada vacía lo que me atraía lo que ella no podía evitar. Aunque pareciera un psicópata quise saber quien era, así que pregunté su nombre a la secretaria que no dudo en contestar en cuanto puse mi voz modo “casanovas”. Pero no tenía nada, ninguna dirección, ninguna escuela primaria, solo tenía el recuerdo de unos ojos inolvidables y un nombre. Alessia.
Y aquí estoy en la misma mesa de siempre con mis piernas cruzadas sobre la mesa. Hoy tengo una camisa negra de manga larga, con mi pantalón de rotos negros, y mis converse negras. ¿Se nota? Amo el negro. Tengo un ángulo perfecto para observar cada gesto y movimiento, para percibir cuando me mira con odio, luego de enterarse de mi identidad.
Flashback
Sonrío de lado al verla molesta, frunce su nariz haciéndola ver dulce de cierto modo, aunque ella se crea muy ruda.
No entendía nada hasta que recordé aquel día de la playa.
No estoy molesto, lo merezco sobre todo por haberle confiado a Soley a la arpía de Verónica. Nunca debí confiar en ella. Me sentí super mal aquel día, sentí que me faltaba el aire, como se me escapaba la vida en par de segundos cuando noté su ausencia. Y el rostro de decepción y enojo de mi padre hacia mi persona. Solo Soley me alivio con sus caricias, su inocente dulzura y con su presencia. El saber que estaba bien, que estaba segura y guardada por un ángel.