CAPÍTULO 4

El lunes pronto llegó y me encontré con mis amigos. La primera clase sería la de expresión corporal y yo estaba pensando seriamente en saltarla.

— Hola amiga, ¿qué tal tu fin de semana? —saludó Juanpa.

— Hubiera sido genial —dije.

— ¿Qué pasó? —preguntaron.

— El PM, pero no hablemos de eso ¿Qué tal el fin de semana de ustedes? Me imagino que lo pasaron en familia.

— Pues sí. Por cierto ¿Por qué cambiaste la contraseña de tu cuenta en flechazodecupido.com? —cuestionó Dhina.

— Pues porque es mi cuenta.

— Bien, ya lo capté —dijo ella.

— ¿Y has encontrado pretendientes? —interrogó mi amiga.

— No, pero ayer mi hermano Dany cambió la foto de mi perfil.

— ¿Por qué? —preguntó Juanpa.

— Pues porque los hombres que se han interesado en mí, no son de mi tipo.

— ¿Y tú como sabes? —interrogó Dhina.

— Lo sé.

— Debemos verlos —dijo Juanpa.

— De ninguna forma, ya tuve suficiente con las burlas de mis hermanos.

— A propósito de tus hermanos, ¿cuándo me los presentarás?

— Dhina, tú ya los conoces.

— Solo porque los he visto en las fotografías que tienes en tus redes sociales. Hemit, tú conoces a mi familia y… ¿Sabes algo? Ya han pasado catorce meses y no sabemos casi nada de ti —expresó Dhina.

— Estaba pensando en invitarlos a mi casa el fin de semana.

— ¿De verdad? —preguntó Dhina entusiasmada.

— Sí, pero con una condición.

— ¿Cuál? —preguntó Juanpa.

— Quiero que me enseñen a cocinar —dije y Juanpa sonrió.

— Pues al parecer no conoceré a tus hermanos porque soy pésimo en la cocina.

— Tranquilo Juanpa, yo sí sé cocinar —dijo Dhina.

— ¿Tú? —pregunté incrédula.

— Sí, mi madre es chef ¿Acaso lo olvidaste?

— Cierto.

— ¿Y por qué quieres aprender a cocinar? —interrogó Juanpa.

— Porque quiero sorprender a los trillizos, ellos creen que no soy capaz de preparar algo comestible.

— Pues yo te haré cocinar un plato exquisito. Al salir de clases iremos a mi casa —comentó Dhina.

— Bien, aprovecharé para revisar mi cuenta en flechazo de Cupido, mi portátil se averió y por eso no he abierto mi cuenta desde ayer.

— ¿Cómo se dañó?

— Pues fue por estar viendo el perfil de Dany, resulta que él también es miembro de esa página.

— ¿Dany es tu hermano de ojos castaños?

— Sí, él y yo tenemos los ojos de papá.

— Amiga, dime, ¿cuál es la comida preferida de Dany?

— ¿Por qué?

— Porque tu hermano de ojos castaños será mi futuro esposo... y pienso conquistarlo por el estómago.

— No te hagas ilusiones. Tú y él son muy diferentes; él es fresco como el viento y tú eres como el fuego ¿Sí me entiendes?

— Amiga cuando el viento sopla el fuego se expande —comentó.

— Quisiera saber de dónde rayos sacas tantas frases —dije.

— Si supieras —la escuché susurrar.

— Mejor vamos a clases, no queremos que la profesora te ponga otro -5 —dijo Juanpa.

Fuimos a la clase y la profesora me miró cuando entré junto a mis amigos y sonrió… y supe lo que significaba esa sonrisa.

La maestra nos hizo formar grupos. Ella escogió a las parejas y mi compañero fue de nuevo el pesado de Carlos.

No podía darme el lujo de obtener otra mala nota,  pero aun así le advertí que no me provocara porque lo lamentaría.

Al finalizar la clase, Carlos y yo obtuvimos +5 y yo me contuve para no formar un escándalo pues la felicidad que tenía, me superaba.

Pero dejaré en claro que, al llegar a casa de Dhina, tiempo después, no pude evitar presumir mi nota, especialmente porque fuimos la única pareja en obtener esa nota. Incluso había superado a Juanpa y a Dhina quienes obtuvieron +4.

— Ya deja de alardear —expresó mi amiga.

— Entiendo que te sientas amenazada por quitarte el puesto de la mejor estudiante mujer de la clase —dije en broma.

Yo sabía que podía lograr ser la mejor, pero Dhina debía estar tranquila pues yo no soy de las que comen libros; yo me conformo con sacar buenas notas.

— Amiga, eso es imposible. Tú odias leer libros.