A toda prisa baje de mi bicicleta, mientras escucho detrás de mi el ruidoso motor la de motocicleta de Javier, el cuál me ha estado siguiendo desde que sali de su casa; aunque no entiendo muy bien el motivo.
Mi corazón late con rapidez y siento como todos mis sentimientos encontrados amenazan con empujarlo con fuerza de su lugar.
Cierro los ojos y imagino todos los escenarios que posiblemente podrán ocurrir cuando meta un pie dentro de mi casa, mi padre sin duda alguna va a castigarme por años.
Abro mis ojos al sentir la gran figura del pelinegro posicionarse a mi lado, chocando levemente mi hombro.
---Tranquila, Nina ---dijo despreocupado. No pude evitar notar que desde que nos conocemos es la segunda vez que pronuncia mi nombre. Siempre suele decirme de maneras completamente tontas, pero a pesar de eso, me hacían temblar viniendo de él.
----A mi padre lo debe estar consumiendo la preocupación---susurre sintiendo como la culpa comienza a apoderarse de mi---. Y tu... debes irte ahora mismo ---dije colocando mis manos en el pecho del pelinegro para intentar dirigirlo hacia su motocicleta.
---Hey, no es para tanto ---comenzó a decir Javier, pero un portazo proveniente de mi casa seguido del grito de mi padre hizo que los dos quedemos paralizados en nuestro lugar.
---¡Nina! ---gire mi cabeza para observarlo, su rostro rojo de la cólera al divisar Javier no tardó en aparecer--- ¿Me puedes explicar donde te metiste? ¡Casi nos matas del susto!
----Fue mi culpa ---prosiguió a decir Javier, se posicionó adelante de mi y miró a mi padre con superioridad---. Estuvo en mi casa.
No podría describir la cara de mi padre en este momento y quise golpear a Javier por haber abierto la boca.
---Estuvo en tu casa ---repitió lentamente mi padre las palabras del pelinegro. Sus ojos irradian odio---. Pues nadie te pregunto a ti. Nina, entra ahora mismo.
---Papá, yo...
---¡Te he dicho que entres! ---gritó haciéndome sobresaltar. Sus puños ahora están tan apretados que podría jurar que esta lastimandose así mismo.
---No le grité ---habló Javier entre dientes---. Ella no tiene nada que ver.
---Tu no me vas a venir a decir que hacer ---mi padre apuntó a Javier con un dedo, la furia irradia su cuerpo---. Quiero que te alejes de ella ¿Entendido?. Si te veo cerca de mi hija juro que...
---Si me ves cerca de ella, ¿qué? ---dijo el pelinegro acercándose a mi padre, retandolo. Su tono cortante apareció--- Tu tampoco vendrás a decirme que hacer.
---Si te vuelves a acercar a ella voy la partirte la puta cara ---escupió mi padre provocando que mi cuerpo este en alerta, sin poder creer lo que está sucediendo---. ¿O acaso crees que le tengo miedo a un drogadicto, delincuente y bueno para nada como tú ? Imbécil ---una sonrisa burlona, provocando aún más enojo en mi padre, apareció en el rostro de Javier.
---Papá ---hable tomando el brazo de mi progenitor, intentando que despegue la mirada de Javier y así suavizar el ambiente. Sus palabras me habían molestado, aun mas a mi que al pelinegro---. Esta bien, ¿si? Vamos adentro, por favor.
---Vamos adentro nada ---dijo mirándome, la desilusión en su mirada provocó que mi corazón se achique---. Yo no voy a permitir que un maleducado venga a desafiarme en mi propia casa y encima venga contigo, Nina. Parece que cuando te hablo no te importa y haces todo lo contrario. ¿Ves como él esta cambiandote?
---O tal vez se cansó de que le estés manejando la vida ---de nuevo la voz del pelinegro lo interrumpió, colmando la paciencia de mi padre.
Ahogue un grito cuando vi de una manera veloz el puño de mi padre chocar contra el rostro del chico con el cuál estuve toda la noche, provocando que se tambalee unos pasos hacia atrás. Observe de reojo como él se dirige rápido hacia mi progenitor para devolverle el golpe, pero sin dudarlo me puse entre medio de ambos.
---¡Basta! ---grité---. Javier, vete por favor.
---¿Es en serio? ---dijo, sus ojos arden de enojo. Un gran morado pareciera comenzarse a formar en su pómulo debido al puñetazo.
---Por favor ---susurre ya sin fuerzas, un gran nudo comenzó a formarse en mi garganta---. Mi padre tiene razón, vete por favor. Nunca debi ir.
---¡Demonios! ---gritó---. Espero algún día dejes de ser tan cobarde y comiences a hacer algo por ti y no por los demás, o se te terminará yendo la vida intentando complacer a tu familia ---mi pecho se contrajo ante sus palabras, provocando una tristeza enorme en mi ser. Por algún motivo lo que él diga, comenzaba a dolerme---. Pero mientras tanto sigue viviendo bajo la sombra de tu estúpido padre, encerrada. Me largo ---siguió hablando, dejando una inquietud en mi ser, sus palabras se clavaron como cuchillos en mi conciencia. Sin saber muy bien como reaccionar o que hacer lo observe subirse a su motocicleta y irse a toda prisa lejos mi casa, lejos de mi.
---Espero recuerdes que sucedió la ultima vez que desobedeciste ---habló mi padre sorprendiéndome. Miles de recuerdos comenzaron a invadir mi mente y lo mire sin creer lo que me dijo. Una lágrima escapo de mis ojos mientras una oleada de culpa y dolor atravesó mi cuerpo. Una vez mas, estaba arruinando todo, y me odie otra vez por eso.
...
---Nina ¿Me escuchas? ---la voz de Ximena me obligó a observarla. Ahora mismo es sábado a la noche y me encuentro con Ximena y sus amigos en el bowling.
Han pasado tres semanas desde que sucedió la escena de Javier y mi padre y desde ese día no lo he visto.
Mi padre me castigo por lo sucedido, pero cuando le comente que Ximena, la cuál había vuelto a aparecer en la universidad, me había invitado a salir con ella y sus amigos no dudo en dejarme ir; lo cuál me sorprendió bastante. Supongo que la culpa de traer el pasado de nuevo lo invadió y quiso remediarlo.
Pero de todas formas no podía quitar sus palabras de mi cabeza: espero que recuerdes lo que sucedió la ultima vez que desobedeciste.