"La noche que lo cambió todo"
Vidal
Aún puedo sentir como si hubiera pasado hace cinco minutos y aunque esté ciego puedo ver todo claramente, mi familia no era perfecta ni nada que se le parezca, claro que había problemas y todo, pero como la familia unida que éramos, resolvemos todo hablando y siempre encontrábamos la forma de ser felices y vivir al máximo. La relación con mis padres era la mejor, les contaba todo, teníamos mucha confianza entre nosotros.
¿Qué si tenía amigos? desde luego que sí, como todo adolescente en este mundo, salíamos a divertirnos sanamente, mis amigos eran unos loquillos que no se necesitaba de un par de cervezas para disfrutar el momento, simplemente éramos nosotros mismos.
No era el chico popular claro está y tampoco el chico nerd, era solo yo Vidal Stone un chico común.
¿Qué si tengo novia? no, no tengo, no es que no tuviera la oportunidad de tener una linda novia, o quizá no había llegado la indicada y la verdad quería prepararme para tener un buen futuro, me estoy esforzando en ello.
Como ven, mi vida era realmente normal, hasta esa noche...
Esa noche todo cambiaría y nadie lo sabía...
Fuimos a cenar a un restaurante, no festejamos nada en especial, solo era una noche linda para compartir en familia y recordarla para siempre, éramos realmente felices.
Veníamos de regreso para nuestra casa, todo estaba tranquilo, mi padre manejaba, mi madre buscaba alguna emisora con alguna buena canción y yo venía atrás viendo mis redes sociales en mi teléfono, todo fue demasiado rápido, vi a un auto que venía directo a nosotros con mucha velocidad, no me dio tiempo de decirle a mi padre, cuando vi el auto ya le había pegado a la parte donde él iba.
Todo daba vueltas dentro del carro, mis padres estaban ahí y no sabía si estaban inconscientes o si se habían dado algún golpe, cuando el auto paró, me di un fuerte golpe en la cabeza y allí mis ojos se cerraron y no sabía que ya no iba a volver a ver.
Cuando abrí mis ojos de nuevo, veía todo negro, pensé que las luces estaban apagadas, pero ni siquiera podía ver las luces de los aparatos a los que estaba conectado, reconocí el sonido, estaba en un hospital.
Empecé a gritar —Que alguien encienda las luces.
A los minutos escuche la voz de un señor.
—Qué bueno que despertó joven —¿No escucho lo de las luces?
—¿Y usted es? —pregunté.
—Soy el Doctor López —contestó, ¿En serio, me va a seguir hablando en lo oscuro?
—Disculpe la molestia, podría encender las luces —dije firme —No lo miro y no creo que no haiga luz porque los aparatos funcionan.
—Las luces están encendidas, las de la habitación, el sanitario y las del corredor —y ahí sentí que mi mundo se derrumbaba, empecé a sudar de las manos.
—Pues yo no miro nada —dije con mi voz entrecortada.
—Espere un segundo —no sé lo que hizo —Abra los ojos —yo los abrí más de lo normal —¿Puede ver algo?
—No veo nada doctor.
—Haremos algunos exámenes, el golpe que te diste en el accidente pudo haber dañado tu vista.
—¿Eso quiere decir que no volveré a ver? —dije en un hilo de voz.
—No lo sabemos aún, iré a hacer una llamada —se escuchó la puerta cerrarse.
El resto de la historia ya la saben él fue a llamar a mis tíos.
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—Es aquí —dijo mi tía poniendo su mano en mi hombro y lo estrecho.
—¿Pueden darme unos minutos a solas? —pregunté con la voz cortada.
—Por supuesto, llámanos si necesitas algo —contestó mi tío en un hilo de voz.
No sabía realmente dónde estaban, solo me senté ahí y solté un suspiro profundo.
—¿Papás? —pregunté.
—No puede ser, ustedes no pueden estar muertos —dije en un susurro para mí.
—¿Y ahora qué? —tenía lágrimas en los ojos —¿Ahora qué? —dije en un tono frustrado.
—Creo que no puedo seguir, esto es demasiado —me quite los lentes y por instinto levante la mirada al cielo que ahora ya no puedo ver.
—Mamá... Siempre me decías que todo iba a estar bien. Lo decías cuando tenía un momento malo —lo que yo escuchaba eran mis sollozos.
—Ahora necesito escucharlo una vez más... Mamá por favor... ¡Necesito escucharlo de tus labios! —yo estaba llorando desconsolado en las tumbas de mis padres, simplemente ya no podía, no podía sin mis padres.
Mi madre siempre me decía ese tipo de cosas cuando yo era un niño, todo va a estar bien, o el sol brilla después de una tormenta, pero mi madre no me preparó para esto... no me preparó para una vida sin ellos, sin mis padres.
—Sé que voy a estar bien en casa de mis tíos... —hable un poco calmado.
—Pero los voy a extrañar demasiado, eran mi todo, y ahora ya no están —me sequé las lágrimas de mis ojos.
—Trataré de sobrevivir sin ustedes, y viviré una vida por los tres —dije mordiendo mi labio inferior, para no soltar mi llanto de nuevo.
—Los amo demasiado, fueron y siempre serán los mejores padres que pude tener —me puse de pie —Y los vendré a ver de eso no tengan duda.
—¡Dylan! —grité, no sabía en qué dirección estaba.
—¿Sí? —llego a mi lado agitado, creo que lo asuste —¿Qué pasó? Me asustaste y corrí.
—Quiero que hagas algo por mí —me coloque los lentes de nuevo.
—Dime y haré lo que sea —afirmó.
—Quiero que le tomes una foto a la tumba de mis padres —estaba seguro.
—¿Estás seguro? —preguntó incrédulo.
—Si —afirme —La foto es para mí, quiero tenerla y saber que está ahí, la voy a imprimir o algo.
—De acuerdo —pasaron unos segundos y escuche el sonido de la cámara.
—¿Ya? —pregunté.
—Listo... ¿Nos vamos o quieres hacer algo más? —me preguntó.
Editado: 27.02.2024