Amanda.
Han pasado dos semanas y parece como si hubiera sido ayer cuando comencé a trabajar para mi novio. Todavía nadie sabe que somos pareja, solo Grace pero ella no lo comenta. Me la he pasado soñando despierta con él. A veces viene y me visita en mi escritorio para ver como voy con el trabajo, mis compañeras que han sido designadas a ayudar en la formación de este proyecto siempre babean por él, pero él solo tiene ojos para mí. Max ha separado nuentra relación laboral de la personal, estoy bien con eso pero a veces quiero salir corriendo a sus brazos.
Últimamente paso más tiempo en su casa que en el mía. Pero las veces que me quedo en mi departamento le ruego que me deje a Nico. Nuestra relación poco a poco siento que se ha vuelto más formal, más... real. Salgo de mi ensoñación cuando lo veo entrar en la cafetería. Nuestras miradas se cruzan y siento arder mi rostro. Desvío la mirada y me concentro en mi taza de chocolate caliente. Nunca nos sentamos juntos pero siempre en donde nos podamos ver mutamente. Suena mi teléfono y una sonrisa perezosa se extiende en mis labios.
Max.
¿Soy yo o tengo a la novia más bella del mundo?. Estas radiante pioja.
Para Max.
Creo que te equivocas pero... lo que si es seguro es que yo tengo al novio más guapo, inteligente y terco del mundo. Te amo.
- ¿Puedo sentarme?. Parpadeo.
- Por supuesto señor Morrison. Señalo la silla para que se siente. Se ha sentado junto a mi toda esta semana.
- Te he dicho que no me digas señor, me haces sentir viejo yo solo te llevo dos años Amanda.
Suspiro. Lo sé. Suelto una risita nerviosa. Es guapo y lo sabe. Se mueve muy seguro de si mismo y habla con fluidez.
- Lo siento Sergio, todavía se me hace un poco raro llamarte por tu nombre.
- ¿Por qué? ¿No soy un posible amigo?. Me mira con interés esperando mi respuesta.
- Por supuesto es solo que...
- ¡Mandy!. Exclama Tommy mientras viene a darme mi abrazo. Llego en el momento correcto, no quería tener que explicarme frente a Sergio cuando sé que la mirada inquisitiva de Max está sobre nosotros.
- ¿Cómo va todo?. Le pregunto a Tom después que este saluda a Sergio.
- Genial y más porque hoy es viernes y necesito mi sueño reparador del fin de semana pero... hoy saldremos.Su sonrisa radiante y sus ojos suplicantes me da la señal de que eso me incluye a mi también. Comienzo a negar repetidamente antes de que me tome las manos. - Mandy, necesitas salir de vez en cuando nena. Todos van a ir o por lo menos los que conocemos ¡Incluso las chicas de tu piso irán!.
Dudo un momento pero me apresuro a decir.
- Iré pero no me quedaré mucho tiempo. Tom chilla emocionado y me vuelve a abrazar.
- Te mandaré un mensaje con la dirección muñeca. Dice con coquetería.
Me disculpo con ellos y me voy a mi escritorio. Tengo que mandarles la información a los socios de como van marchando las cosas, la semana pasada me reuní con ellos y mostré el potencial de ciertos dispositivos y aplicaciones que ya están siendo elaboradas. Semanalmente me tocará darles un reporte de los avances.
Tengo mis lentes de lectura y estoy tan concentrada que no me doy de cuenta de su presencia hasta que su mano está en mi hombro.
- No te quiero cerca de Morrison. Mi cara de incredulidad y desconcierto es difícil de ocultar. - No me mires así, es por tu bien.
- ¿A que viene eso?. Sigo confundida y su expresión es dura.
- Está interesado, es más que obvio. Pone sus manos en sus bolsillos y sé que tiene los puños apretados.
- No le he dado motivos. Hoy saldré con ellos y verás que todo saldrá bien.
- No irás. Su tono severo hace que sienta un frío en mi espina dorsal. Me levanto de mi silla y lo miro fijamente.
- Iré. Levanto mi mentón y me cruzo de brazos desafiandolo a negarmelo otra vez. Se queda callado y sé que se está conteniendo. Lo conozco. - Tengo cosas que hacer señor Brown así que le pido que por favor se retire.
Sin soltar una sola palabras se va a su oficina, escucho el portazo a lo lejos. Demonios. ¿Quiere controlarme?. No. No lo dejaré. Lo amo pero no significa que no pueda tener amigos por él. Yo no le dije nada cuando salió con sus amigos ¿Por qué él a mi sí?.
- El amor no existe, deja de ser una ilusa Amanda. Madura y comportate. Las palabras de mi madre vienen a mi como puñales. ¿Por qué pienso en esto ahora? Para ese entonces hizo lo que siempre hacía, herirme. Según ella eso me haría fuerte. ¿Qué sabe ella de amor? Si ella controlo toda mi vida. Max... solo se preocupa por mi, él me ama y me quiere proteger, eso es todo.
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Voy directo a mi departamento para darme un baño y cambiarme para esta noche. No puedo creer que Max no dijera ni pio cuando pasé por su oficina a despedirme. Le di un beso pero él no me correspondió. La tristeza abraza mi cuerpo y lo que quiero es quedarme leyendo. Pero me niego a hacer lo que siempre hago, encerrarme. Hoy saldré y la pasaré bien.