Amores Robados

Capitulo 8

La vida le sonreía, las cosas estaban tomando el curso que ella había deseado, el día anterior fue fantástico, Alejandro había esta atento y muy cariñoso, le había hecho el amor como nunca, casi como si fuera otra persona, se detuvo un momento ¿seria Leonardo? No, imposible, ella se habría dado cuenta de inmediato, a ella no la podían engañar, el se lo había prometido.

El objeto de sus amores y pensamientos estaba en la cafetería de la escuela, se acercó a el sonriendo

  • Hola guapo, ¿me invitas?
  • Hola, te puedo invitar a muchas cosas preciosa
  • Que rico, pero lo que yo quiero no me lo puedes dar aquí. Quiero que se repita lo de ayer, estuviste espectacular

Alejandro sintió que su corazón se aceleraba ¿Qué estaba pasando?

  • ¿Te gusto?
  • Jamás había sentido tus besos tan intensos, la forma en que me hiciste el amor me encanto, si así van a ser nuestras reconciliaciones, bienvenidas las dicusiones. ¿Nos vemos esta noche nuevamente?

El chico sintió que una mano invisible estaba cerrando su garganta, no podía creer que Leonardo se hubiera atrevido a tener sexo con Paola, tenia que aclarar ese punto inmediatamente con su gemelo

  • Esta noche no preciosa, tengo que ir donde Sofía, mañana hablamos
  • Esta bien mi amor – le dio un ligero beso en los labios

Lo dejo solo, no podía presionarlo, debía dejar que todo siguiera fluyendo, por su parte, Alejandro no veía la hora de estar a solas con Leonardo, en el resto de la jornada de la escuela no pudo hacerlo, así que espero hasta llegar a la casa, inmediatamente entraron a su habitación lo encaro

  • Explícame que paso entre tu y Paola anoche
  • Nada ¿Por qué?
  • ¿Nada? Te acostaste con Paola aquí en mi cama ¿y osas decirme que no paso nada?
  • ¿De que te quejas Alejandro? ¿No fue idea tuya que yo me hiciera pasar por ti? Pues ahora sufre las consecuencias
  • Pudiste haber evitado acostarte con Paola ¿Por qué no lo hiciste?
  • Porque no me dio la gana, tengo derecho a divertirme también ¿Por qué todo tiene que ser para ti?

Alejandro sintió que la sangre le hervía, tomo del cuello de la camisa a su hermano

  • Eres un estúpido – su madre entro en el instante
  • ¿Qué pasa aquí? Alejandro suelta a Leito – grito la mujer mayor, Alejandro le hizo caso
  • Estoy aburrido de tener un hermano gemelo – grito y se retiro de la habitación (SE VA)
  • No más que yo – le grito Leonardo arreglando su camisa de forma enérgica
  • ¿Me puedes explicar que esta pasando aquí? – pregunto Fernanda disgustada
  • Nada importante mamá, un arrebato de Alejandro
  • ¿Y se puede saber por que?
  • Yo que se, pregúntaselo a el
  • Ustedes nunca se pelean, debe ser algo muy grave, pero ya me di cuenta que no me vas a decir nada, ire con Alejandro

Fernando salió furiosa a buscar a su otro hijo, lo encontró en el garaje con uno de sus autos

  • ¿Por qué discutiste con Leito?
  • Nada importante
  • “Nada importante” Eso mismo me dijo Leonardo, ¿es que se han puesto de acuerdo para mantenerme al margen de sus problemas?
  • Nunca te has interesado por nuestros problemas, ¿Por qué te quejas ahora?
  • Quiero saber lo que le pasa a mis hijos
  • Nunca te hemos necesitado para arreglar nuestros líos, y mucho menos ahora que somos grandes
  • Aunque sean ancianos, yo soy su madre ¿Por qué no confían en mi?
  • Por que nunca has dejado que confiemos en ti, hemos crecido solos, pro que tu y mi papa pasan de viaje en viaje, y los pocos días que te quedas vives juagando cartas con tus amigas del club
  • Pero ahora estoy aquí dispuesta a escucharlos
  • Por favor mama, no pierdas tu tiempo, es muy tarde

Se fue, no quería estar en el mismo sitio que su madre, en ese momento solo deseaba estar solo, su cabeza daba vueltas, se sentía traicionado, decepcionado, su vida era una mierda y el era el único culpable.

Los siguientes días evito a su hermano, se cambio de habitación, iba y regresaba solo a la escuela, hablaba con Sofia lo necesario, al igual que con Paola, lo hacia para que no estuvieran cuestionándole por su actitud, si preguntaban algo les salía con el cuento que estaba concentrado en los deberes de la escuela, que quería sacar buenos promedios de notas para la universidad o cualquier tontería que se le viniera a la cabeza.

Una semana había transcurrido y sentía que le faltaba una parte de si, siempre había sido unido con su hermano, pues era la ley de la naturaleza, se habían creado al mismo tiempo, podía ser una bendición o una maldición tener otro yo, otra persona igual a ti, pero en este momento lo sentía como una maldición, que ironía que todo su juego se le hubiese venido encima, como quien escupe para arriba.

Ese día estaba en su nueva habitación, su madre ya le había cuestionado diez mil veces por el cambio y como las nueve mil novecientas noventa y nueve veces anteriores, la había dejado con un palmo de narices, no le contesto nada y la trato despectivamente, odiaba que su madre se las diera de la super mama tardíamente, cuando era un hombre ya, como si pudiera olvidar todos los años atrás cuando verdaderamente la necesito y ella nunca estaba para el ni para su hermano, no la odiaba, pero realmente no la sentía como su madre.




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