Anahí

Capítulo 4

“¿Consigues escuchar ese sonido?”

Palabras sin sonido, explosiones, balas que cubren toda un área con un único motivo, asesinar, ¿Cuándo abriste tus ojos que viste?, ¿Qué sentiste?, quizás nada, eras apenas un bebé que solo recuerda haber visto la luz del sol y de la luna junto a las personas que te salvaron de vivir en una autentica jaula, eres libre… ¿Pero por cuánto tiempo?, después de todo no te puedes deshacer de las cadenas del destino… tus manos, siempre estarán manchadas de sangre.

—¡No soy ninguna asesina! — Grité fuertemente despertando de manera brusca.

Observé a mi alrededor y tal parecía que todo fue un sueño, me encontraba en mi hogar, en mi cama de siempre, no había nada fuera de lugar, todo estaba bien.

—Fue un sueño…— Dije intentando calmar mi respiración agitada —Fue un sueño… nada más— Observé mis manos temblorosas —Un sueño.

A los pocos segundos de conseguir calmarme sonó mi alarma, la apagué y observé que junto a mi celular se encontraba una nota, la cual decía:

“Espero te encuentres bien y que hayas dormido como un tronco, te veías tan linda durmiendo que no quise levantarte, así que seguramente a lo que despiertes ya me habré ido. Te dejé preparado el desayuno y junto a este mismo te dejé algo de dinero para la semana, ya te he dicho que no quiero que trabajes tanto, pero creo que aun asistes a esa tienda en la que trabajas los fines de semana, ¡Haz uso de lo que te doy por Dios!, pareciera que nunca gastas el dinero que te doy todas las semanas, la refrigeradora está igual de vacía que siempre, creo que voy a tener que comenzar a hacerte las compras yo misma, pero bueno, te dejé programada la alarma para que llegues temprano a tus clases, cuídate mucho y ve con cuidado, te quiero un montón, con amor, tu maestra Mónica”

—Que lio…— Sonreí —Si hago uso del dinero, de eso no tienes que preocuparte… mejor preocúpate de comenzar a decir que eres mi madre, tonta.

Dejé la carta guardada en mi cajón, me desnudé, tomé un baño rápido para luego de eso cambiarme y comer el delicioso desayuno que mi madre me había dejado. Una vez hecho esto lavé mi plato, tomé el dinero de la mesa junto a mis cosas del cole para al fin, poder partir.

Abrí la puerta de la casa, estaba muy emocionada por irme ya que quería hablar un poco con Damián quien ahora se considera mi amigo, pero justo en el momento que crucé la puerta sentí un pequeño escalofrió, tal como si alguien me observara. Regresé la mirada y vi a alguien ahí de pie, observándome tristemente, aunque no alcanzaba a ver su rostro, solamente sus lágrimas.

Recordé algo…

Todo este tiempo siempre estuve despidiéndome de quien era mi difunta madre y padre, ya que siempre los extrañaba mucho. En todo ese tiempo muy de vez en cuando me visitaba mi maestra Mónica, pero fue recientemente el año pasado que comencé a verla mas frecuentemente en mi casa, sin embargo, ella no podía eliminar por completo el sentimiento que tenia por aquella persona que me adoptó. No fue hasta que el día de ayer me di cuenta de toda la compañía y el gran apoyo emocional que fue mi maestra para mí, admití que era como mi madre y por un segundo… me olvidé de ella.

—Lo… siento… yo…

Estuve a punto de retroceder y de despedirme adecuadamente, pero eso… seria como desechar todo aquello que ayer hablé con mi maestra.

—Lo siento mamá… ya no puedo seguir así— Continué desde el otro lado de la puerta —Quizás estes triste de que por estas horas me haya olvidado de ti, pero ¡¡No es así!!… simplemente estoy feliz de por fin comenzar a creer que puedo avanzar hacia una nueva vida, creo que puedo seguir adelante sin sentirme triste cada mañana, sin tener que forzar una sonrisa que ni siquiera yo me la creo— Observé fijamente al interior de la casa —Gracias por todos los recuerdos que me diste y por todos los consejos que me diste… gracias… por decirme que no soy ninguna asesina… te amo mucho mamá, sin embargo… debo avanzar— Sonreí —Espero llegar a ser alguien, del cual te sientas orgullosa.

 

“Adiós”

 

Anahí se había ido, pero aquella sombra que se manifestó ante ella aun observaba aquella puerta, una puerta que ahora estaba vacía, sin embargo, estaba cubierta de luz… la sombra sonrió y con lágrimas de felicidad, se desvaneció por completo dejando que Anahí, comenzará a vivir una vida de verdad.

 

Un par de horas más tarde llegaría al colegio, mis ánimos estaban por lo mas alto, incluso la mirada repulsiva de todos aquellos que me observaban con desprecio se me hacia disfrutable. Caminé por el patio lentamente con una sonrisa en dirección a mi salón de clases, hasta que me topé con una Luna sumamente enojada.

—¿Qué habrá ocurrido? — Dije en voz baja para mi misma.

Me acerqué para ver que era lo que estaba ocurriendo, hasta que en eso pude observar como Luna le gritaba fuertemente a Damián, aun desconocía el contexto de todo, pero se la veía muy furiosa.

—¡¿Y por qué mierda no le dijiste tus sentimientos eh?!, ¡Eres un auténtico cobarde!, ¡Así nunca ella sabrá sobre lo que sientes!

—¡Cállate!, ¡No quiero escuchar eso de la mona que siempre me golpea y me deja inconsciente!

—¡Cobarde, cobarde! — Le saca la lengua.

Aunque no parecía que estuvieran discutiendo muy seriamente, pero lo mas interesante de todo sin duda fue enterarme de que a Damián le gusta alguien.

—Así que te gusta alguien eh— Dije colocándome alado de Damián.

—¡¿Ehhh?! — Grita sorprendido —¡¿Tú cuando llegaste?!

—Hace un momento, ¿Por?

En eso interrumpe Luna.

—¡Escúchame Anahí!, ¡Si este mono no te lo ha dicho aun yo le diré por él! ¡Él está ena-

En eso Damián colocó su mano en la boca de Luna, lo cual hizo que se pusiera completamente roja, pero antes de que ella dijera algo, Damián activó su habilidad y le dijo, “Te iras a su puesto y olvidaras por completo lo que ibas a decir”.



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En el texto hay: estudiantes, magia, muertes y drama

Editado: 04.07.2023

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