Capítulo 21

Al despertar de mi largo sueño pude observar el sucio tejado, estaba lleno de telarañas, se nota que había dejado la casa abandonada un tiempo. Me senté al filo de la cama y sentí como el calor del cuarto se impregnaba en mi piel, casi parecía querer comerme viva.

—¡¡Asssh!!, ¡¡Dios mío que calor!! — Dijo Michael.

En eso escuché como la ducha se abría y el agua hacia contacto con el suelo, dejando que el sonido del agua chocar envolviera toda la casa.

—¿Se está bañando a estas horas? — Dije viendo el reloj de mi habitación —Son las 7… por más que dentro de la casa haga calor… eso es de enfermos mentales, ¿Es un desquiciado? — Me pregunté seriamente.

Me levanté de mi cama y lentamente caminé hasta estar en medio de la sala, observé a mi alrededor con una cara de dormida que no tenia precio, para luego preguntarme, “¿Qué se supone que deba a hacer?”, me acerqué a la puerta y observé el cielo, hoy estaba algo nublado, cosa que me sorprendía ya que dentro de la casa hacia demasiado calor

—¿Será por la acumulación de calor que hay por el día?... ¿O será que mi casa mismo es un horno?

En eso interrumpe alguien.

—Oh, ya despertaste, sí que duermes hasta tarde eh— Dijo Michael.

—¿Tarde? — Regresé a ver —Pero si es tempra-

Me le quedé observando.

—¿Uh?

—¿Te acuerdas de lo que acordamos?

—¿Acordar qué?

—……— Observé como la toalla marcaba su bulto —¿Eres un exhibicionista?

—¡¡Claro que no!!

—¡¡Pues no te pasees en toalla maldito degenerado!!

—¡¡¿Haaaaa?!! ¡¿Pero cuál es el problema?!

—¡¡Que estas enfrente de una chica estúpido!!

—Cierto… lo siento— Se da media vuelta —Me iré a cambiar, ya que la niña no ha visto nunca a un hombre en toalla.

—“Eso dolió” — Pensé.

Al cabo de un par de minutos regresó a la sala cambiado, ya estaba mas decente, me miraba fijamente mientras se colocaba bien la camisa.

—Así te ves mejor…— Dije desviando la mirada.

—Supongo— Observa con cara de póker —¿Y bien?

—¿Y bien qué?

—¿Se supone que hagamos algo? o… ¿Cada quien a lo suyo?

—Uhmmm… no lo sé…

—¿No sabes?

—Bueno… solo he convivido momentáneamente con una persona…

—¿Con una sola? — Se queda pensativo —¿Solo tenías a tu madre?, ¿Le sucedió algo?

—……— Me quedé pensativa —Bueno… tuve en algún momento padres… pero… murieron a mi edad de 12 años, fue… días antes de ingresar al colegio.

—Oh…

—Cuando dije que he convivido con una persona… me refería a estos últimos 5 años… la persona de la que hablo es mi maestra… quien fue como una madre para mí, o mejor dicho… es mi madre… al menos así la considero yo.

—¿Y le sucedió algo también a ella?

—Podemos decir que si…— Desvié la mirada rápidamente —Bueno el punto es que no se convivir con alguien, recién te conozco… no considero que seas un mal chico… solo que… no sé qué debería hacer o decir… apenas he experimentado eso así que no sé nada, ¡Ni siquiera sé por qué te lo estoy contando!

—Uhmmmm… si que gritas…. pareces una loca.

—¡Sabia que no debía decirte nada, ¿Sabes qué?, haz lo que te de la gana! — Respondí molesta —¡Me largo a tomar aire fresco!

—Cuídate, supongo.

Me fui de la casa decidida a caminar por la ciudad, mientras hacía esto, me percaté que había lugares que hace mucho tiempo que no los visitaba. Mis ojos se quedaron fijos en un parque al que solía ir de niña… una sonrisa se dibujó en mi rostro, pero a su vez un profundo dolor hincaba mi corazón.

—Supongo que… le echaré un vistazo.

Me acerqué y pude ver más de cerca los juegos de niño, la zona de arena, los columpios, las resbaladeras… la pequeña zona de descanso la cual estaba rodeado de arboles junto a una bellísima fuente de agua.

—Todo sigue igual eh…— Dije acercándome a uno de los columpios —¡Up! — Dije mientras me sentaba.

Me columpié suavemente y dejé que el viento golpeara mi rostro, a su vez este mismo alzaba mi cabello haciendo que al mirar al cielo recordara un poco aquel momento en que con una sonrisa e inocencia disfrutaba del tiempo que pasé aquí. Miré nuevamente al frente y al columpiarme hizo que por un momento pueda observar aquel día donde muchos niños jugaban a mi alrededor, era de tarde, se estaba ocultando el sol y mis padres a lo lejos me alzaban la mano, pidiendo que valla… que ya es tarde, que debo… volver a casa.

—……— Me quedé en silencio observando al frente —Sin duda alguna…— Detuve el columpio —Son demasiados recuerdos… que no quería volver a tenerlos presentes…— Dije suspirando —¡Bien! — Me levanté —Creo que seguiré mi paseo, hay muchas cosas que quisiera comprar…— Me detuve —Cierto… dejé el dinero en casa… mierda… tengo que volver.

Cada que pensaba en volver una corriente recorría mi cuerpo.

—No, no… no tengo porqué estar nerviosa… solo comparto casa con un chico el cual es un año menor a mi… es un niño, piensa en el como un mocoso… un niño malcriado, respondón, insoportable, ¡¡¡AAAAAHHHHHH!!!, ¡¡DEJA DE PENSAR EN ESE NIÑO!!

Interrumpe.

—¿Qué niño?

—¡¡Kyaaaaaaaaahhhh!! — Grité del susto —¡¡¿Qué haces aquí?!!

—Estar en casa es aburrido, además de solitario y aparte de eso… las cosas no se compran solas— Le lanza su monedero —Ten, es un poco del dinero que tenía reunido, compremos algo de comida para la noche.

—¡Oh…! — Me quedé viendo el monedero —Aquí no hay monedas…— Abrí el monedero —……— Seguí observando —……— Continué observando.

—¿Pasa algo?

—¿A qué te referías con un poco?

—Pues… un poco… lo necesario para sobrevivir una noche.

—¡¡¡¡¡¿Una noche?!!!!, ¡¡Con esto como durante un año mamón!!

—¿Eh?... — Observa con pena —¿Acaso comes basura?

—¡Mi comida no es basura!

—Eso es cierto… cocinas bien— Desvía la mirada —Aunque duela admitirlo…

—¿Qué me insinúas?