Al recuperar la conciencia nuevamente, y darme cuenta de mi condición actual, con tristeza estuve a punto de soltar en llanto. Había vuelto a mi cuerpo, mismo que se volvió pesado y ya no tenía la condición de un joven. Ya no sentía éxtasis por estar en aquel lugar lleno de frescura y vida.
El arrepentimiento no se hizo esperar, pues si yo estaba allí, quería decir mis acciones no me hicieron desaparecer. Me preguntaba si Elizabeth estaba bien, pues al actuar de manera egoísta y sin sentido común, me arriesgué a que fuera desechada del jardín de Gaya.
Que estúpido fui. Pero en aquel entonces el impulso por ser egoísta me superaba con creces. ¿Qué me pasó? ¿Hawkins estuvo detrás de todo aquello?
Ahora el remordimiento era el que me atormentaba.
Comenzaba a recuperar mi vista y mi sentido del oído; sentía como alguien me hablaba y tocaba mis mejillas.
— ¡Reacciona, idiota! —Pude escuchar y mirar con dificultad a Will que me estaba abofeteándome con malicia.
Ahora si comenzaba a resentir las bofetadas.
— Detente. —Le ordené sin fuerzas.
— Ahora si has vuelto. —Pude notar una sonrisa maliciosa en su rostro.
— ¿Dónde está Hawkins? —Pregunté y luego tosí como un anciano enfermo.
— No hables, ¿quieres? —Will me tomó del cuello de la camisa y me levantó con violencia.
Estaba muy débil, tanto que no podía sostenerme por mis propias fuerzas. Will me levantó como si fuera un saco de papas de encima del escritorio y me re acomodó con violencia en uno de los asientos.
— Debes estar hambriento. —Dijo Will— Traje bocadillos.
El cansancio era tan tenaz como nunca antes lo había sentido, que aunque no realicé ningún esfuerzo físico, tenía una hambre intensa— Bebe un poco. —Will me acercó un vaso con agua fría.
Con mucho esfuerzo sorbí la bebida a través de un popote hasta casi atragantarme.
— Con cuidado. —Me advirtió Will a regañadientes.
— Dame más. —Ordené desesperado entre jadeos.
Will torció la comisura de sus labios en una mueca divertida, luego rellenó el vaso y volvió a poner el popote en mi boca.
Bebí con fuerza y rapidez una vez más.
Mi vista se había recuperado casi por completo mientras bebía.
Frente a mí, tumbado en el escritorio, estaba Hawkins. No tenía su sombrero, y mientras lo observaba con atención, no se movía en lo absoluto, ni siquiera ese leve movimiento en el pecho que es causado al respirar.
Terminé de beber y pedí un poco más con un ademan. Will volvió a rellenar mi vaso.
— ¿Por qué no ha vuelto?
— No lo sé. —Will torció el gesto— Dímelo tú. Se supone que estaban juntos.
No contesté nada mientras trataba de asimilar todo lo ocurrido. El sombrero, las llamas, los senderos, los árboles secos. Mi cabeza quería estallar.
— ¿Y su sombrero? —Comenzaba a poner los pies en la tierra mientras ganaba fuerza y más orientación.
— Supongo que fueron al jardín de Gaya, ¿cierto?
Asentí con mi cabeza lentamente.
— Gaya no le permite entrar con el sombrero al jardín, así que ahora debe de estar recuperándolo. —Una sonrisa socarrona apareció en el rostro de Will. Por lo visto le daba gracia esa situación.
— ¿Por qué siempre trae el sombrero con él? Además, ¿cómo es posible que no esté físicamente aquí? —Pregunté y me reacomodé en mi asiento.
— Nadie lo sabe. —Contestó desinteresado.
— ¡Por favor! —Exclamé incrédulo— Eres su maldita mano derecha, tienes que saberlo.
— Lo sabrás en su momento. —Una voz se hizo escuchar en la habitación.
Era Hawkins. Se puso de pie de inmediato, y en su mano izquierda, traía su fedora y se lo acomodó en su cabeza.
— ¿Qué fue todo eso?... yo... —Pregunté sorprendido y tratando de excusarme.
— No hables. —Me irrumpió Hawkins molesto— Descansa un momento y luego pregúntame lo que quieras.
— ¿Por qué tardaste tanto? —Preguntó Will mientras acercaba una charola con sándwiches al escritorio.
— Tuve una charla acalorada con Gaya. Estuvo cerca de vetarme para siempre del jardín, eso sin mencionar que no quería devolverme mi sombrero.
Will carcajeó y comenzó a negar con la cabeza.
— ¡Déjame adivinar! —Exclamó divertido y me miró mientras le quitaba la servilleta a un sándwich— Johnson metió la pata.
— En efecto. —Respondió Hawkins algo molesto y caminó hacia el ventanal— Trató de tocar a un inmortal, Gaya lo miró como amenaza y nos expulsó del jardín.
Mike casi pierde su existencia en el acto.
Editado: 24.06.2019