Anástasi: El precio de la libertad

Capítulo XXXIII

Ya era un experto en atar mis propias corbatas, y aunque quería negarlo, comenzaba a gustarme esta nueva forma de vestir. Al principio era incómodo y me sentía estúpido; alguien que llamaba la atención fingiendo ser lo que no es. Pero no era así. Yo me había convertido en alguien elegante y sofisticado. Ahora mis acciones respaldaban cada una de mis palabras, y eso me hacía sentirme seguro de mí mismo. Eso me hacía sentirme fuerte y alguien que tenía que relucir ante las adversidades de la porquería llamada sociedad.
Estaba listo, y aunque me dolía el cuerpo por la golpiza que me propinaron los hombres del ahora cadáver de Brahim, me dispuse ir a la fiesta para saludar a mis colegas.


— Todo listo. —Me miré con Will, David y Jack frente a la entrada del hotel de Will, pues amablemente me dejó hospedarme allí después de tanto tiempo.   

— Andando. —Dijo Jack y puso en marcha el mercedes oscuro de Will que tanto les gustaban. 

Cuando era muy joven, estúpido y vendía crack, soñaba que algún día tendría el suficiente, dinero, respeto y amigos como para derrocharlos en mis más vanos deseos. Deseaba atravesar todo Manhattan en un convertible junto con amigos rumbo a uno de esos lujosos clubes nocturnos. Como todos unos tipos exitosos, ninguna chica se negaría ante nuestra imponente presencia. Seríamos respetados y no haría cosa que no pudiéramos mover con dinero.
Me encantaba soñar despierto, pero la realidad estaba demasiado lejos de ser la mitad de lo que fantaseaba. Pero ahora era diferente, pues estaba teniendo éxito ante mi nueva meta. No esperaba que algún día fuera a atravesar Manhattan en auto medio lujoso y con amigos para ir a un lugar elegante para pasar un buen rato. Sin darme cuenta, cumplía un sueño mucho mejor de lo que alguna vez pude imaginar. Un sueño que costó lágrimas, sudor y sangre.

— Hace tiempo que no miro a Sara. —Jack esbozó una sonrisa seductora— Me pregunto si aún huele a fragancia de frambuesa como en aquella noche.

— Acércatele y eres hombre muerto, ¿entendiste? —Will sonrió de manera forzada.

— Oh vamos, viejo. Solo voy a saludarla.

— Pues no lo hagas. No eres su tipo. —Will sonaba como un padre celoso.

— ¿Ya tiene novio? —Preguntó David curioso— Porque si no, debe ser la chica más deseada de Nueva York.

— Tiene un enorme potencial. —Jack volvió a hablar de manera suculenta.

— Y yo te dejaré un enorme agujero en tu cabeza si te le acercas, Jack casanova de porquería. —Will intensifico el volumen de su amenaza.

— Tranquilo, Will. No se te olvide que estoy saliendo con alguien.

— Y la cambiarías en un segundo si Sara te diera la mínima oportunidad. —Will seguía lanzándole miradas asesinas a Jack.

— ¿Entonces tengo una oportunidad? Discúlpenme, haré una llamada.

Solté una carcajada de inmediato, lo cual causó que también fuera objetivo de la mirada de Will.

— Deja que lo intenté. —Dije finalmente para tranquilizar un poco a Will— Sabemos que va a pasar con nuestra Sara. Ella sabe que lo implica ser un caminante del sendero, así que no solo Jack esta descalificado. —Voltee a mirar con un poco de pena a Jack— Lo están todos… y punto final. 

— Relaciones sin compromiso, sí. Entiendo cómo funcionan puesto que son mis favoritas en todos los sentidos. Sera interesante. —Argumentó Jack sonriente.

— Y luego mandaré pedazos de ti a cada uno de tus familiares. —Will sacó una navaja de la manga de su chaleco y luego dejó su hoja afilada al descubierto— Sobre aviso no hay engaño, Jack.

— ¿Oíste eso, David? ¿No dejarás que maten a tu pequeño hijo, verdad? —Jack quiso escudarse con David.

— Pues… si te metes con la hija del jefe… enterraré la parte que me manden con mucho respeto y tristeza.

Todos soltamos a reír y luego prendimos uno de los costosos puros que Will cargaba casi siempre. Después de dar una larga calada, le di fin a lo que alguna vez desee ser cuando era un hombre muerto. Un hombre que quería vivir el sueño de un corazón vacío.

 

***

 

— ¡Michael! Que gusto mirarte. —Sara, luego de mirarme entrar al pequeño salón, me abrazó con muchas fuerzas.

— ¡Sara! El gusto es mío. —Le regresé el gesto amablemente.

— Escuché de tu gran hazaña en el oriente. ¡Wow! Estoy impresionada por tu progreso y feliz por tu regreso. Bienvenido a casa, Mike. Te echábamos de menos por aquí.

En el último año, antes de comenzar la última fase del contrato, había pasado demasiado tiempo solo y lejos de mi ciudad de toda la vida. Pero solo fue parte de un sacrificio que estaba dispuesto a pagar. Todo lo hacía por mi venganza…. y por Elizabeth.

— Yo también estoy contento de mirarlos a todos. —De reojo miré el salón y a casi todos los compañeros que tuve cuando también era estudiante— Y por volver a casa, claro.  



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En el texto hay: accion, suspenso, venganza

Editado: 24.06.2019

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