Anastasia y el mundo de él

Epílogo

    Me despierto en la mañana temprano, es lo que más odio de las visitas de mis hermanos, siempre hacen mucho ruido al levantarse. No me molesto en imitarlos porque parecen mujeres, cada uno está al menos media hora en el baño, eso es los días que no se bañan. Por lo que si decido levantarme ahora debo cruzar palabras con ellos y además esperar cerca de una hora para poder entrar al baño ¡Para eso me quedo en mi linda cama!

    Cuando noto que el ruido viene sólo de abajo decido al fin abandonar mi cómodo refugio de colchas, tomo las cosas para bañarme y salgo.

    Lo primero que veo es una preciosa melena pelirroja que pasa frente a mi puerta, se va de regreso a su habitación. Me detengo viéndola, cuando desaparece tras su puerta corro al baño, no quiero que baje y pase mucho tiempo sola con los pesados de mis hermanos, sé que la adoran, sin embargo, algunas veces se pasan de pesados.

    Al bajar me sorprende encontrarlos a todos en la sala en vez de que estén en la cocina. Se encuentran todos repartidos en los sillones y sobre la mesita que está en medio hay carpetas y papeles desparramados.

    —Al fin bajaste hermanito —Santi se levanta del asiento que ocupa junto a mí Soldadita y se sienta en el posa brazos junto a Cara—. Tenemos que hablar de algo importante, muy importante.

    Me siento, al hacerlo noto como la mano de Nasty tiembla sobre su regazo, la tomo para calmarla, ella me mira, se ve pálida, casi parece enferma.

    —¿Se puede saber qué pasa? —Me sorprende la nota de enojo que hay en mi voz ¿Qué hicieron para que esté tan alterada? Cuando la vi hace unos minutos estaba bien, incluso tarareaba.

   —Como le explicábamos recién a ella, hemos estado averiguando qué le pasó a nuestro hermano y terminamos descubriendo qué sucedió con sus padres —Noto cómo su mano tiembla más cuando los nombran, intenta zafarse de mi agarre, pero se lo evito, en su lugar la acaricio, si intenta ocultar sus nervios será más evidente—. Sabíamos que Yves estaba tras una bruja y su aprendiz, que éstas atacaron a una familia inocente y no sabíamos por qué todo explotó.

    —Sin embargo, eso es con lo que partimos de aquí hace años —Gonza es quien toma la posta para explicar—. Seguimos sin saber muchas cosas, de lo que sçi estamos seguros es que la aprendiz escapó, dedujimos que ella traicionó a su maestra y por eso todo acabó mal. Eso nos lleva a estar aquí todos reunidos, no sólo por el cumpleaños de nuestra hermanita, sino también para seguir la huella de esa maldita bruja y descubrir qué pasó con nuestro hermano y los padres de la pelirroja.

    —Ósea que tendré que soportarlos aquí en la casa por un buen tiempo —Mi tono es de molestia, no los quiero aquí recordándonos lo que perdimos por las brujas, aunque sí quiero vengar a mi hermano y ayudar en todo lo que pueda a ese par de mensos, aunque lo haré por Yves únicamente.

    Más ahora que sé que ella también mató a los padres de Nasty, no puedo permitir que esa maldita siga arruinando vidas y sobre todo, que dañe a mí Soldadita y se quede impune.

    —Nosotros sabemos que te mueres por pasar tiempo con nosotros. Lamentablemente para ti, no viviremos aquí, sí —Pongo los ojos en blanco, me fastidia cuando Gonza comienza con su monologo—, lo sé, estás decepcionado, sólo no llores ¿Sí? Mejor se útil y ve por yogurt.

    —¿Llorar por ustedes? Ni de broma ¿Llevan como una hora levantados y no fueron capaces de ir por sus yogures? No pienso ir ahora, no soy su esclavo.

    —Vamos Ema, no protestes que todos queremos desayunar —Mamá se levanta del sofá, está alterada, este tema siempre nos altera a todos, por eso hago lo que me pide sin rechistar más.

    Odio hacer mandados a esta hora, está todo cerrado, no abrirán hasta dentro de una hora, fácil y el super más cerca está a diez cuadras.

    Generalmente no hago estos mandados, porque en casa tomamos café, pero mis hermanos no lo hacen, Santi le echa como un quilo de azúcar para que le guste y Gonza pasa tres horas batiéndolo pero finalmente no lo toma, aunque si hace un gran escándalo al batir, golpea fuerte la cuchara contra las paredes de la taza, lo sé, son idiotas.

    El día es precioso, está soleado y un poco fresco, algo anormal en ésta época del año, aun así se siente que el sol comienza a hacer fuerza para calentar el día. Si bien se siente que lo intenta, no lo hace con suficiente fuerza aún, le faltan unos meses para que esa fuerza se sienta y unos más para que la fuerza se pase.

    Lo más cómico de pasear a esta hora es que se ve cómo la mayoría de la gente comienza a moverse, se puede ver algunas calles atascadas de coches y otras totalmente vacías, se nota la tensión en el ambiente y cómo la gente está apurada por llegar rápido a su trabajo o a dónde sea que vayan.

    El super me es familiar, casi que venía a diario, lo hacía porque la muchacha que atiende por la tarde me parecía muy bonita y me divertía coqueteando con ella. Ahora sólo vengo por casualidad cuando necesito algo y generalmente no es por la tarde, no es que la esquive, simplemente ya no me interesa, especialmente porque en las tardes estoy con mí Soldadita.




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