Anastasia y el mundo de ella

Capítulo 34

    Para cuando llego a casa está amaneciendo, por lo que casi no duermo nada, mi madrina no tarda mucho en despertarme para ir a casa de mis primos.

    Me baño volando y me apronto igual de rápido, por lo que menos de media hora después de despertarme estamos saliendo.

    Para mi sorpresa vamos en el coche de mi madrina y ella maneja.

    El viaje es divertido, mi madrina pone la música y canción por medio la sube a todo volumen, argumentando que es su canción favorita. Como nuestros gustos musicales son muy similares también disfruto.

    Yves conoce muy bien cuáles son las canciones que ella disfruta más, por lo que es él quien estira la mano primero en la mayoría de las ocasiones, aunque en algunos casos ella es quien grita pidiendo que suba el volumen.

    Me divierte mucho verles interactuar en algo tan simple, especialmente porque lo hacen con mucha naturalidad.

    Al llegar me pongo tensa, tocamos el timbre y cuando mi prima abre la puerta soy a la primera que ve, por lo que me abraza con fuerza y luego entro sin mirar atrás, no quiero tener que dar explicaciones.

    Por desgracia no consigo llegar muy lejos, detrás de mi prima está Ina, quien también me saluda con un abrazo.

    —¿Ema? —No puedo evitar notar la sorpresa en la voz de Selena.

    —No, mi nombre es Yves, soy el hermano mayor de Ema.

    Me quedo paralizada escuchando el diálogo y aunque no me doy vuelta puedo sentir la mirada de todos en mi espalda.

    —Pua —Selena se lo ha tomado para lo joda—. Las primas saliendo con los hermanos, eso sí que es un culebrón ¿Cómo se dicen? ¿Na le dices a Yves cuñado o primo? ¿Y tú Guidaí como le dices a Ema?

    El silencio se hace incómodo, pasa más de un minuto antes de que decida dar la cara, aunque sin voltear.

    —Para decirle a Yves cuñado primero debería ser la novia de alguno de sus hermanos, permiso, necesito ir al baño.

    No espero la respuesta de nadie, simplemente me retiro, tratando de dominar la vergüenza y la tristeza, nunca me había hecho las preguntas que acaba de formular mi prima, tal vez sea porque Ema me dejó minutos después de que me enteré de la no muerte de Yves.

    Quiero quedarme encerrada en el baño, permitirme llorar hasta que mis ojos se sequen y luego volver a empezar, no obstante, sé que no es una opción, además no debo avergonzarme por lo que pasó, estoy con mi familia, ellos podrán aceptarlo y ayudarme a sentirme mejor.

    Cuando salgo están todos en la sala, el silencio es super incómodo.

    —¿De qué me perdí? —Finjo la mejor sonrisa de la que soy capaz y me siento junto a Ina.

    —Estábamos comentando que Laura llegará en cualquier momento —El tono de Sele ya no es alegre, ahora suena triste, incluso me ve con lástima.

    —No me mires así —La furia incinera todos mis otros sentimientos ¡No me estoy muriendo! Sólo perdí al único chico que querré de verdad en toda mi vida, nadie muere por eso, espero.

    —Lo siento —Las mejillas de mi prima se encienden, no baja la mirada, aun así, parece avergonzada—, no siento lástima, sólo me imagino el gran dolor por el que estás atravesando.

    Su mirada se dirige a Ina, sé que sólo con mirarse pueden comunicarse, la conexión es perfecta entre ambas.

    La rabia sigue consumiéndome, ahora por celos, de verdad quiero evitarlo, no obstante, no puedo, me supera.

    —Nosotros ya sabemos la historia, así que mientras la vuelven a contar para los que recién se nos unen ¿Me podrías ayudar con algo Na?

    Mi furiosa mirada se dirige a Arnold, él abre mucho los ojos, no sorprendido, sino como diciendo "Mueve el culo y no preguntes".

    Al darme cuenta de lo que intenta hacer cierro los ojos, tratando de calmarme, vuelvo a poner una sonrisa falsa y miro a mi primo.

    —Claro.

    Le sigo a su habitación, hasta que entramos no emite palabra alguna, por lo que no puedo evitar sentirme culpable, sinceramente, no sé muy bien por qué, sólo sé que mi corazón es un revoltijo de emociones.

    Cuando entramos a la habitación mi primo cierra la puerta, se acerca a mí y me abraza.

    Nuevamente siento como si me fallaran las piernas, como si mi mundo estuviera a punto de derrumbarse, aunque a la vez siento paz y protección, es como si estando en brazos de Arnold pudiera permitirme caer, sabiendo que él evitará que lo haga o me ayudará a levantarme.

    —Tranquila, Bilú nos contó todo, llora si es lo que necesitas.

    A pesar de todo sonrío, me divierte que llamen a mi madrina por su segundo nombre.

    —Sé que no es el caso, pero quiero que sepas que estoy orgulloso de lo que hiciste, aunque no te premiaron por eso, hiciste lo correcto —Ar me obliga a mirarle a los ojos—, él es quien perdió y quien lo lamentará el resto de su vida.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.