"Ángel de la Guarda"

25: “Apártate”

Lucía despertó nostálgica con el sueño que tuvo, recordar a Sebastian le traía un poco de alegría y a la vez tristeza. A pesar de que ella sea un poco sarcástica y pueda parecer incluso malvada, por dentro se siente sola y lo único que quiere es saber el por qué Sebastian no estuvo a su lado ese día.

—Debe ser una broma, ¿verdad? —Sol la había llamado para que vaya a trabajar en el turno de noche.

—Órdenes de la jefa, ya sabes como es ella —Lucía debía ver a Javier por quien sabe cuántos días, pero esta vez ella estaría preparada—además recalco que te aumentará un poco más el sueldo por ayudarlo.

—¡Uf! Esta bien... 

 

●●●●

Samuel se levantó un poco más temprano que de costumbre y fue a la universidad para recoger algunos papeles de la clase, los fines de semana le gustaba hacer las impresiones para leerlas en su casa con más tranquilidad. Si lo pensamos bien, él se esta adaptando mucho mejor al mundo de los humanos y eso era un alivio. Después de un rato se dirigió a la biblioteca y allí observó un rostro muy preocupado.

—¡Ey! ¿Qué tienes? ¿Paso algo? —Lucía volteó a mirarlo y se acercó para hablar en voz baja.

—La jefa me pidió que me quedará en el restaurante en dos turnos —ella desvió su mirada por un momento y respiro hondo para calmarse—para seguir enseñándole a Javier sobre su trabajo, después de lo que me hizo anoche...esto arruinó mi día.

 —Eso explica todo —respondió molesto y tomó sus manos para tranquilizarla —hablaré con ella para que puedas zafarte de eso.

—No lo hagas, agradezco tu preocupación, pero debo resolverlo sola ¿si? —dijo ella apresuradamente, él se mostró confundido por esa respuesta.

—No todos tus problemas debes afrontarlo tú sola, para eso están los amigos.

—Es que siento que me tienes lástima y eso no me agrada, así que te agradezco de nuevo pero mejor déjame resolverlo a mi manera, cualquier cosa te hablo ¿esta bien? —eso no lo dejo convencido del todo, pero tuvo que aceptar

—De acuerdo, pero ten cuidado —de su bolsillo Lucía sacó un pequeño frasco donde decía "gas pimienta" y con una sonrisa le respondió.

—Siempre.

●●●●

Después de una jornada de investigación los cuatro personajes se dirigían al patio de comida y allí se encontraron con una persona peculiar.

—Bombón te ves muy bien hoy —esa frase hizo que Samuel tiemble de miedo y su rostro se pusiera tan pálido como un papel.

—Hola Victoria ¿Cómo has estado? —ella sonrió de manera sensual y estaba dispuesta a no dejarlo ir, pero Sofía se interpuso.

—Si nos disculpas debemos ir a comer muy aprisa así que...vamos chicos.

—No acepto un "no" como respuesta —ella se levantó y agarró del brazo a Samuel y no lo soltó —él vendrá conmigo y punto ¿esta bien?

—Victoria, debemos hablar sobre el proyecto que mando el profesor —dijo Samuel tratando de zafarse, pero Victoria no lo soltaba —si deseas puedo almorzar contigo después.

—¿Acaso no escuchaste? Dije que no acepto un "no" como respuesta.

—¡Basta! —todos voltearon a ver quien era la persona quien había alzado la voz, y era Lucía —¿sabías que lo que haces es acoso? Si te dijo que lo sueltes, debe entender o ¿eres ignorante?

—¡¿Qué acabas de decir estúpida antisocial?! Te voy a...

—¿Pasa algo señoritas? —todos se habían acercado a observar la discusión y había llamado la atención de uno de las maestras, y casualmente era la profesora más temida de la universidad por su carácter.

—No, aquí no pasa nada —respondió Víctor de manera apresurada y sonreía muy nervioso temiendo lo peor—es todo un malentendido, vamos chicos que debemos hablar del proyecto.

—Si, es solo una pequeña discusión —respondió Lucía sonriendo mientras tomaba del brazo a Samuel lentamente, este movimiento causó dos reacciones: Victoria puso un rostro de furia y los demás empezaron los rumores de una posible relación entre ellos.

—¿Los demás que hacen? Vayan a sus respectivas clases por favor —todos obedecieron y se retiraron. A pesar de ser adultos legalmente aún se comportaban como niños, eso era la única cosa que molestaba a los profesores. Samuel estaba muy nervioso y miraba atrás todo el tiempo, luego miro a Lucía muy agradecido.

—Gracias Lucía...

—De nada —después de un rato de indagación, ella suspiro y se recostó en la silla —ahora me estoy arrepintiendo de lo que hice, Victoria ahora no me dejará en paz.

—Pero la intención es lo que cuenta, y si se atreve a hacerte algo te voy a defender —dijo Sofía sacando la lengua tiernamente y los demás rieron.

—Aunque nunca te había visto de esa manera Lucía, es como si...

—Hubiera pasado por lo mismo —respondió ella seria —si tienes razón, y es algo horrible que no puedo describir.

—Chicos, no quiero ser un aburrido pero es mejor distraernos avanzando este proyecto —todos miraron a Víctor serios y él se mostró confundido —¿qué?

—Nada Víctor, tienes razón mejor avancemos.


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Después de largas horas, todos se retiraron a sus hogares menos Lucía y Samuel porque debían ir al trabajo. Al llegar ya estaban Sol y Javier atendiendo el restaurante, los fines de semana son agitados y por eso no había tiempo de socializar.

—Chicos me impresionan —decía la jefa mientras miraba todo desde la cocina —hablando de eso, Samuel por favor ayúdame a traer esas cajas del camión.

—Enseguida —mientras él se iba a sacar las cajas, Javier aprovecho y se acercó a Lucía y le habló en susurros.

—Estas muy linda hoy —ella volteó y lo golpeo en la cara—¡Auch sh*t! ¿¡Que te pasa!?

—A la próxima no respondo, y por favor apártate ¿si?

—Solo te estaba halagando ¿eso es malo?

—Es malo si viene de la persona que me acosó toda la calle en medio de la noche —él para captar su atención se arrodilló en medio del restaurante y empezó a alzar la voz.




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