56: “¿Éxito o fracaso? (Parte III)”

—¡No es justo lo que intentan hacer! —exclamó uno de los comensales que estaba furioso y se puso delante de la señora Jesica —leí las publicaciones en internet sobre usted y quien gobierna este estado, usted promocionó que habría un centro comercial moderno, pero, ¿acaso sabe realmente lo que necesitamos?

—Apoyo esa idea, ¿ustedes creen que necesitamos eso? A las personas como nosotros nos gusta disfrutar de lugares como este, que nos trae recuerdos de nuestra infancia —respondió una señora que también salió adelante a impedir el paso.

—Además este lugar es emblemático, y según las normas no pueden destruirlo, ¡no lo vamos a permitir! —todos empezaron a armar una cadena humana y comenzaron a caminar hacia adelante, los conductores de las máquinas al ver a la multitud, se asustaron y comenzaron a retroceder. Todos gritaban a viva voz que no iban a permitir que derrumben el restaurante, Lucía al ver esa reacción decidió limpiarse las lágrimas y también se unió a la cadena humana. Samuel al verla participar, se puso a su lado y con una sonrisa la apoyó. Poco a poco las personas se iban uniendo y la señora Jesica empezó a desesperarse, sin embargo, de una camioneta blanca salió el padre de Victoria y con guardaespaldas empezó a dispersar a las personas.

—Este lugar no cumple con las leyes y por eso tomé esta decisión, si tienen acusaciones deben presentar pruebas ¿no? —respondió el señor Wilson con una sonrisa maliciosa, la señora Jesica volvió a mostrar arrogancia y volvió a dar la orden de que empezaran la demolición, pero ella al voltear vio que su esposo estaba con documentos en manos y acompañado de los altos funcionarios y de la prensa.

—Tiene razón, y por eso traje a las autoridades correspondientes que investigaron cada una de sus acciones —dijo el señor Puka seriamente mientras se acercaba a su esposa y ella lo miraba muy asustada, además el señor Wilson miró con un poco de desconcierto a uno de los funcionarios.

—Señor Willson, de acuerdo con las pruebas que hemos encontrado, sus proyectos y obras presentan un claro desbalance con respecto al presupuesto que usted planteó y con el dinero que se ha gastado. Va a tener que explicar eso frente a un juez.

—Además, la autorización para demoler un lugar emblemático debe presentarse bajo una orden judicial y es claro que los documentos que ha presentado son nulos, deberá acompañarnos y todo lo que usted diga a partir de ahora puede usarse en su contra —el padre de Victoria al verse acorralado, no tuvo otra opción que ir con ellos a la camioneta, la prensa solo se dedicaba a tomar fotografías a todo el mundo, la señora Jesica al ver el caos que se había suscitado, decidió retirarse sin que alguien la notara, pero su esposo la tomó del brazo e impidió su fuga.

—Querida, tú tampoco vas a salvarte de esto —los funcionarios aparecieron detrás de ella y le mostraron documentos y presupuestos con su firma y algunos movimientos bancarios, ella simplemente estaba atónita de lo que veía —además te investigaron y encontraron que tu campaña fue financiada por una empresa que casualmente es la que va a construir el nuevo centro comercial.

—También deberá acompañarnos señora Puka, todo lo que diga o haga puede usarse en su contra —asustada tomó la mano de su esposo y con la mirada le rogó que tuviera piedad de ella.

—No vas a permitir que a tu esposa le hagan esto, ¿verdad querido?

—Cometiste el grave error de meterte con mi hija, ahora vas a pagar las consecuencias —respondió el señor Puka muy furioso y le dio la espalda para ignorarla, las personas aplaudieron contentos y pronto la situación se calmó y se retomó la idea de llevar a cabo “Día del mejor cliente” en el local del señor Wayna. Mientras tanto, Sofía había llegado muy cansada al restaurante y al ver las máquinas retirarse y la multitud, supo que algo había pasado.

—¿Qué ha pasado aquí? —preguntó ella desconcertada, Lucía y Sol voltearon y la vieron con el vestido casi maltratado y su maquillaje estaba cuarteado.

—¡Sofía! —exclamaron y fueron a su encuentro y la abrazaron —¿qué haces aquí?

—Yo solo… —respondió con la voz quebrada, Lucía notó que su temperatura era muy fría y le dio su casaca para que se abrigara.

—Ven Sofía, te prepararé algo para que comas —dijo Sol y fueron a la cocina y le dieron una silla para que se sentara, Lucía le dio una taza de café y guantes para que pudiera calentarse un poco.

—¿Qué te pasó Sofía? ¿Por qué estás tan maltratada? —Sofía más calmada les contó todos lo que había pasado, desde la propuesta de su madrastra y de cómo la estaba pasando sola, hasta el momento de que su padrastro conversó con ella sobre su situación y que le dijo que no se casara y que buscara a la persona que si ama.

—Busque a Víctor en todos lados, en su casa, en sus lugares favoritos, incluso fui a mi casa y le pregunté a Lolita si lo había visto y nada; mis pies me empezaron a doler por los tacos y porque había estado caminando sin parar y estaba por regresar a la mansión, pero vi las máquinas y a la multitud que estaba armando una cadena —decía Sofía intentando no llorar, Sol le dio un abrazo para consolarla y Lucía le dio un pequeño cupcake bañado con chocolate que recién había preparado.

—Ten, para que tengas algo en el estómago.

—Gracias —respondió comiendo de a pocos, Sol le sirvió otra taza de café caliente y luego se fue a ayudar a la señora Marcela a atender a los clientes —yo estaba dispuesta a ayudar a la dueña, no podía permitir que se haga una injusticia.

—Creo que tu madre te mintió Sofía —dijo Lucía seriamente y Sofía se paró y caminó hacía Lucía.

—¿De qué hablas?

—Ella vino con las máquinas dispuesta a destruir todo a su paso, si el señor Puka no hubiera venido con las autoridades, creo que este lugar ya no hubiera existido —Sofía se había quedado en estado de shock y buscó una silla para sentarse, Lucía no dijo otra palabra más y solo se quedó haciéndole compañía, luego se escuchó la puerta del restaurante abriéndose y se sintió pasos apresurados.