-Rex-
Estación central de la policía en Seattle, Washington State.
—No.
—¿Estás intentando jugar conmigo? —inquiere ofuscada, aquella mujer rubia de ojos azulinos.
—No.
Evito ser expresivo y con toda la seriedad que mi cordura permite, giro el rostro ignorando cualquier intento de contacto visual intimidante. Esta policía sí que tiene cojones, llevamos más de una hora y ella continúa observando mis movimientos sin pestañear, a la espera de que cometa un error o que ceda ante la presión que ejerce su imponente carácter.
—Podemos seguir todo el día aquí, Rory. La verdad que no tengo ningún problema —suelta con una forzada calma, buscando el modo de mantenerme concentrado en la conversación.
—Rex, me gusta más —corrijo—. Y yo creo que no —esta vez hago contacto visual y sonrío con autosuficiencia.
Ella se levanta dando un fuerte golpe sobre la mesa con ambas manos, inclinándose hasta quedar a unos breves centímetros de mi rostro y susurra con ira contenida.
—Te juro que, si esto no fuera un interrogatorio grabado, tu rostro estaría sobre esta misma mesa siendo estropeado mientras te saco toda la maldita información a golpes.
Sus ojos lucen igual de cansados que los míos. Llevamos en el mismo juego de, "tú haces las preguntas y yo me guardo las respuestas" por varias horas. Sonrió con coquetería y alzo una ceja.
— Si te acercas un poco más podría considerar susurrar un par de cosas al oído, muñeca —no puedo evitar echarme a reír ante su expresión fulminante, es divertido tomarle el pelo.
La policía —de apellido Parker—, pierde la paciencia y decide mover la mesa con brusquedad empujándola a un lado y se abre paso hasta quedar frente a mí. Me agarra del cuello de la camiseta acercando su rostro de un modo intimidante y brusco.
Y vaya que es buena en lo suyo, porque estaba comenzando a espantarme la idea de que su puño dejara algún ojo morado.
En este pequeño cuarto totalmente cerrado con un vidrio polarizado en una de las cuatro paredes, y dos sillas con una pequeña mesa en el medio, había encontrado algo más aterrador que andar horas en soledad encerrado; quedarme horas encerrado con Parker.
Respiro profundo y traigo a mi mente el plan que acordamos antes de separarnos, con un profundo pesar ante la sola idea de que fui yo el que encajaba perfecto en este papel. Entiendo que soy el más simpático entre los tres —Ethan, muy seco y con actitud arrogante. Marrom, muy dominante y según lo que entiendo, dos mujeres en una habitación, solo podría terminar en pelea de gatas—, así que sí; eso me dejó sin opciones.
Vamos Rex, puedes hacerlo. Ya casi completas la primera parte del plan, si fallas te quedarás metido en una asquerosa celda, tu ropa se llenará de mugre y contraerás una enfermedad de transmisión sexual por culpa de un matón reprimido.
—Wo, wo, wo —intento apaciguar a la fiera— era broma poli, no me tomes enserio. Soy pésimo con las personas que se toman todo tan literal.
Esta escanea mis ojos aguantándose las ganas que tiene de estamparme su puño —de hecho, yo en su lugar también querría hacer lo mismo, no la puedo culpar— y mantiene rígido su agarre en mi cuello.
Levanto mi rostro y observo fijamente sus ojos aparentando calma, mis facciones se relajan al igual que todo mi cuerpo e intento persuadir con mi actitud la suya.
Veo cómo funciona a medida que ella suelta su agarre lentamente, supongo que es algún tipo de psicología, ya que Ethan dijo que me sacaría de un problema como este.
Fase 1 completada, desestabiliza a tu blanco.
Inicia la Fase 2, manipula a tu blanco.
"No intentes defenderte con excusas, no entres en desesperación ni mucho menos hables o digas algo más estúpido que lo anterior".
Comprendo, el silencio es mi mejor aliado en esta clase de situaciones críticas.
"El enfado y la ira vuelven a los demás inaccesibles, no razonan por medio de la lógica y mucho menos te escucharán. Su emoción momentánea nublará su juicio y todo lo que digas para suavizar el ambiente lo sentirá como si le quitarás importancia a su molestia".
Repito, Ethan sabía que, si quería llegar a un futuro acuerdo con mi blanco, entonces debía permanecer calmado.
"Primero debes lograr que se desestabilice haciendo algo que cree confusión, eso distraerá su atención y le quitará el sentido a lo que antes consideraba importante, intenta hacerlo en silencio. Una vez que consigas su atención y se calme, debes aprovechar el momento de confusión para implantar la idea. Sé sutil, una frase si es posible, algo que cause su interés y haga que sea imposible negarse. Para ello habrás tenido mucho tiempo y sabrás lo que realmente está buscando".
—El enemigo de tu enemigo es tu mejor amigo —susurro sin cortar el contacto visual, atrayendo su atención y curiosidad.
—¿Qué diablos...? —niega para sí parpadeando en un intento de comprender lo que sucede—. No juegues conmigo, te mandaré a una maldita celda si no quieres cooperar.
—Los ojos de tus enemigos están en todas partes... —finjo nerviosismo mirando de un lado a otro hasta encontrar lo que busco, la cámara de la habitación. Señalo con la cabeza a lo que me refiero y bajo la mirada.
Ella suelta mi camiseta y yo permanezco en silencio. Parker suspira con cansancio, al parecer entendió mi punto.
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Editado: 10.06.2020