Brook y yo salimos de la biblioteca, pero yo seguía igual de asustada. Esa mujer dijo que Brook me sacara de Dines antes de que me mataran. Tenía miles de dudas en mi cabeza pero tenía miedo de preguntar algo indebido.
—¿Quién era ella?
—¿Esa bruja?—-bufó—Esa bruja es Charlotte, es la reina de los demonios, así que ten cuidado.
¿Reina de los demonios? Eso explicaba su maléfico aspecto.
—¿Voy a morir? —pregunté.
—No lo permitiré.
—Ella dijo que me llevaría al consejo, ¿qué es eso?
—El consejo es el lugar donde se reúnen todas las figuras autoritarias para tomar decisiones sobre qué es lo mejor para Dines.
—Oh, ¿y por qué no vamos ahí y preguntamos por qué te quitaron tus alas y listo nos vamos y ya? —dije y él volvió a reír.
—¿Tienes miedo?—dijo con una bella sonrisa torcida.
—Tal vez, ¿cuál es el problema?
—Nunca he estado asustado. Esos son sólo sentimientos para humanos.
Seguimos caminando por la calle hasta que llegamos a una gran casa.
—Bienvenida a mi casa. —dijo abriendo la puerta.
La casa era bella y espaciosa, los que nos permitió estar cómodos. Cayó la noche y Brook dijo que él dormiría en la habitación donde dormían sus padres, mientras yo dormiría en la suya. También dijo que por la mañana iríamos al consejo para preguntar sobre sus alas.
A la mañana siguiente, Brook y yo íbamos para allá. Entramos y pude ver que era grande por dentro y por fuera.
Comenzamos a subir unas grandes escaleras, realmente eran muchos escalones.
Finalmente Brook abrió otra gran puerta dejandome pasar primero. Pude ver a una mujer que se encontraba de espaldas a nosotros viendo fijamente hacia una gran ventana desde donde se podía ver perfectamente gran parte de Dines. Su cabello era muy largo y totalmente blanco combinando con su vestido, también blanco.
—¿Por qué la trajiste? —dijo aún de espaldas, era si como si hubiera sentido mi presencia.
—Queremos saber por qué me han quitado las alas. —habló Brook.
—No tengo por que responder. —dijo dándose la vuelta para vernos.
La manera en que la mujer hablaba era pacífica y lentamente. Hicimos contacto visual, me quede observando a sus ojos grises. De pronto comencé a sentir que caía en un sueño muy profundo, pero la voz de Brook me sacó del trance.
—No caigas, Cassia.
—Si no quieres que caiga entonces llevatela de aquí. —dijo la mujer.
Brook no dudó ni un segundo y sin abogar nada, me sacó de ahí.
—¿Qué ocurre? ¿Acaso no quieres saber la razón por la que te quitaron las alas? —grité.
—No de esta forma. Escucha, Leah es la reina de los ángeles, por lo tanto tiene poderes. Puede controlar con la mirada, sobre todo a los humanos. Será mejor que venga mañana yo solo.
—Pff de acuerdo.—dije de mala gana.
En cierta parte me molestaba que Brook fuera tan sobre protector, pero en el fondo sabía que lo hacia por mi bien.