Volvíamos a casa de Brook, pero a mitad del camino él se detuvo. Con su brazo me empujó levemente detrás de él mientras observaba para todos lados.
—¿Qué ocurre? —pregunté.
—Shhhh —fue su única respuesta.
Caminó unos pasos hacia adelante y después saco su espada.
—Ve y escondete detrás de aquel árbol. —dijo señalando a un gran arbusto. Su voz era seria y demandante, así que no tuve otra alternativa más que hacerle caso.
Cuando finalmente me escondí pude ver que dos hombres se acercaban a Brook.
—¿Qué quieren? —preguntó él.
—Danos a la humana.
—Ya le dije a Charlotte que no. —respondió Brook cruzado de brazos.
—¿Por qué no hacemos un intercambio?—habló uno de los hombres— Tú nos das a la humana y Charlotte te devuelve tus alas.
Temía que Brook aceptara, después de todo él sólo quería recuperar sus alas. Lo observaba desde mi escondite, Brook parecía estar considerando la oferta y el miedo comenzó a expandirse en mí.
—Trato hecho. —respondió Brook y le estrechó la mano a uno de los hombres.
Cuando creí que Brook me había defraudado, vi como le encajó su espada al hombre y después al otro, causando que estos cayeran al suelo.
—Eso nunca. —susurró Brook.
Salí de mi escondite y corrí hacia él.
—Creí que de verdad ibas a aceptar. —dije abrazándolo.
—Y yo creí que me conocías bien. Nunca dejaré que te hagan daño.
Sus palabras me hacían sentirme segura, al igual que sus abrazos.
—Mañana por la mañana iré al consejo,YO SOLO. —dijo remarcando lo último.
—De acuerdo.
Después llegamos a casa y fuimos a dormir.