Ángeles Entre Nosotros (libro 1)

13

El amanecer se llegó, mi maleta ya estaba lista, al igual que yo. Tuve que decirle a mi madre que Brook era un vendedor, a lo que ella no lo creyó del todo.

—¿Dices que Candace te volvió a pedir que fueras a su casa? —dijo mi madre.

—Si, sus padres salieron y ella no quiere quedarse sola en casa.

Así es, volví a utilizar a la bendita Candace que no veía hace meses. Supongo que era mi única salida.

—Está bien, ¿llamarás si necesitas algo? —dijo dándome un beso en la frente.

—Lo haré. —dije mientras salía por la puerta.

Para mí suerte, Brook ya estaba afuera en su coche esperando a que yo saliera. Tenía puestas sus gafas oscuras mientras esperaba por mí fuera del auto. Abrió la puerta del copiloto y yo subí.

—Hola de nuevo. —dijo Brook antes de pisar el acelerador.

El camino fue igual de largo que la vez la pasada, así que esta vez decidí dormir un rato.
Al llegar me di cuenta que Dines no había perdido su belleza, seguía siendo bello y mágico.

—Yo creo que Leah puede ayudarnos. —dije bajando del auto de Brook.

—Tal vez, tal vez no. Leah es totalmente impredecible. —respondió.

—¿Por qué no intentamos?

Ambos nos dirigimos al consejo, no sabía cómo reaccionaría Leah al verme. Tal como lo dijo Brook, Leah es totalmente impredecible.

—¿Por qué la trajiste de nuevo? —le preguntó Leah a Brook.

—Necesitamos tu ayuda. Charlotte nos ha hecho un hechizo que la pone en peligro aún más de lo que ya lo estaba antes. —respondió Brook.

—Esa maldita bruja.... Nunca ha querido que otras personas sean felices—-Leah tomó aire intentando relajarse—. ¿Por qué no toman asiento?

Brook y yo nos sentamos en un sofá que se encontraba en el lugar. Leah se acercó hacia nosotros y tomó una de mis manos y una de las de Brook. Cerró los ojos mientras sostenía nuestras manos fuertemente, después de unos cuantos segundos así, frunció el ceño aún con los ojos cerrados. Luego los abrió, soltó nuestras manos y nos miró extrañada. Yo comencé a ponerme nerviosa.

—¿Hay algo entre ustedes dos?—preguntó—. Porque de alguna manera están conectados.

—Debe ser por el hechizo. —dijo Brook de una manera fría y rápida mientras intentaba ocultar su nerviosismo.

¿Por qué estaba tan nervioso? Él y yo sabíamos claramente que no era sólo por el hechizo. ¿Acaso se olvidó del beso?

—Brook, ¿recuerdas que está prohibido que los ángeles se enamoren de los humanos, no? —preguntó Leah mirándolo fijamente a los ojos.

Oh no...



#147 en Paranormal
#1251 en Fantasía

En el texto hay: angeles, amor, paranormal

Editado: 21.10.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.