21

Los demonios seguían intentando atacar a Leah y Brook intentando defenderla.

De repente, una luz blanca totalmente cegadora salió del cuerpo de Leah y sin siquiera mover un pelo causó que los demonios que la atacaban salieran disparados hasta lo más lejos del bosque. Charlotte al ver tan impresionante escena se marchó del lugar molesta.

—¿Qué fue eso?—Pregunté a Leah. La luz que desprendía su cuerpo se apago.

—Nada. —Respondió fría para después irse de la casa de Chris.

Me percaté de que Brook se encontraba inconsciente en el suelo, ¿en que momento se había desmayado?

Corrí hacia él y comencé a moverlo, pero al ver que no despertaba pedí a Chris que buscara alcohol para así poder despertarlo. Por mi parte, yo salí de la casa de Chris para intentar pedir ayuda a Leah, sin embargo vi que todos los ángeles en las calles de Dines estaban inconscientes al igual que Brook. Al parecer sólo eramos Chris y yo.

—Algo debe estar sucediendo, Brook no es el único.—Le informe a Chris.

Después de unos minutos intentando despertar a Brook, abrió los ojos poco a poco. Chris me había ayudado a subirlo al sofá, no podía seguir en el suelo.

—Brook, ¿estás bien? —Pregunté.

—Sí.—Respondió llevándose las manos a la cabeza, al parecer tenía un muy fuerte mareo.

Abrí la puerta de la casa de Chris y salí. Necesitaba ver si todos los demás ángeles de igual manera a Brook estaban despertando, y así fue.

—¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué todos los ángeles se desmayaron y despertaron al mismo tiempo?—Pregunté a Brook.

—Debió ser Leah, cada vez que utiliza su poder nos quita la energía a todos los ángeles de Dines.

—Pues nos has sacado un gran susto.—Dijo Chris.

—Sí, por un momento pensé que te había perdido.—Le dije a Brook, él me miró y después sonrió.

—Eso nunca.—Respondió él y después me abrazó.

Su abrazo era cálido y tierno a la vez.