Ángeles Negros

Cap 3: Chico problema

 

---Bueno tal vez fue que se evaporo...estamos en verano y no dudo que el calor nos haya hecho la fechoría---exclamo en ese su tonito de burla cuando no me cree. No quise contradecirla pese a que sabía que eso era prácticamente imposible. Intentamos usar el celular, pero el mío estaba descargado y el de Lean no conseguía señal.

---Bien...solo nos quedan dos opciones---dijo mofándose---Te desnudas y pedimos jalón o pedimos jalón---apunto.

---¡Muy graciosa!---le espete con una sonrisa fingida---Tendremos que caminar---asegure.

Y Lean empezó a hacer berrinche, no le gustaba hacer deportes, su único deporte era comer y bailar, en cambio a mí me encantaba ejercitarme. Haciendo un drama estaba cuando de repente escuchamos el rugir de lo que parecía el motor de una moto, se acercaba, su ocupante se detuvo al lado de mi ventana y se bajó el casco, era Bryant. Paro al reconocer mi camioneta, se ofreció a echarle un ojo al motor, pensó que tal vez solo era un mal contacto, pero después de un par de minutos su dictamen fue: "Fuga de combustible", la manguera debía de tener un agujero. Me sonó a sabotaje, porque en qué momento pudo haber pasado eso, no quise darle rienda suelta a mi imaginación, Lean decía que desde la muerte de mi papa había quedado algo paranoica, así que me dispuse a arrastrar por toda la carretera camino a casa. Pero antes de que pudiera agradecerle el diagnostico a nuestro motorado amigo.

---¡Hey! no se preocupen, yo las puedo llevar---sugirió con una gran sonrisa, mientras yo volteaba a ver su pesada y monstruosa Harley.

---No gracias, prefiero caminar---dije con una sonrisa cordial pero contundente. A lo que él respondió con una serie de razones como: "No era muy seguro andar caminando en esta calle"..."Es desolado el camino" y "Si les pasa algo"..."Claro, como si su moto no fuera un ataúd rodante" pensé.

---No te preocupes no nos pasara nada---asegure, mientras que Lean ponía los ojos como platos y se disponía a hacer otro berrinche.

---¡No!...insisto---dijo con determinación de caballero.

---Gracias---volví a decir con condescendencia---Pero como podrás observar, no es muy adecuado que vayamos tres en tu moto---use de escusa.

---Eso es muy cierto---admitió---Pero...---hizo una pausa mientras sonreía. Otra moto se aproximaba y se paró junto a Bryant, se quitó el casco y los lentes negros. ¡Dios! lo que me faltaba era Taylor.

---¿Qué pasa?---pregunto muy serio sin voltearme a ver. Bryant le hizo una seña con la cabeza y se alejaron un poco de nosotras para hablar, situación que aproveche para hacer entrar en razón a Lean. No me agradaba la idea de montarme en una de esas cosas, me parcia que las estadísticas de accidentes me daban la razón, son peligrosas, pero Lean insistía que no se iría caminando. Discutiendo estábamos cuando Bryant grito.

---¡Hey!...cierra el coche...mandaremos a Harry por ella...no se preocupen...¡muñecas!---para luego agregar---Tu vienes conmigo---le dijo a Lean, quien salió despavorida a subirse a la moto de Bryant. Una vez montada, me volteo a ver y me saco la lengua, mientras él arrancaba a toda velocidad. Me quede indignada viendo cómo se alejaban por el camino. ¡Demonios! no lo podía creer, me había dejado sola con el niño creído, quien yací sentado en su moto. Después de un segundo una pregunta me saco de mi shock.

---¿Y bien?...¿Qué esperas?---me pregunto en seco. Voltee a verle, la verdad no me atraía la idea de subirme en una de esas cosas y mucho menos con él. No lo conocía, pero todo mi instinto me decía que había algo en él que no era bueno.

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---Si gracia...pero...pero prefiero...caminar---sin querer tartamudee mientras intentaba dar una excusa, pero este sin decir una palabra, inclino su moto, se bajó de ella y camino hacia mí. Mientras yo analizaba con ojo crítico su caminado de macho alfa, se bajó las gafas, se inclinó un poco hacia mí y mirándome fijamente a los ojos exclamo.

---Este camino no es seguro---por un momento no pude contestarle, me quede ida observando el extraño color de sus ojos, tenían un tono poco común. Resolviendo esa anomalía oftálmica estaba cuando antes de que pudiera reaccionar tomo las llaves de mi mano y cerro el carro. Busque mil escusas que sonaran convincentes y de la manera más educada posible, para no ofenderle.

---Te lo agradezco...pero...no te molestes...me gusta caminar... yyyy...no me gustan las motos---dije finalmente. Pero él simplemente ignoro mi comentario, se subió a la moto y me voltio a ver.

---¡Sube!---me ordeno y con una sonrisa forzada agrego---Pronto lloverá y no querrás esa blusa ceñida a tu cuerpo...créeme---dijo mientras un trueno resonaba como dándole toda la razón. ¡Demonios! dije entre mí, maldecía mi suerte, primero el carro y ahora llovía en pleno verano, solo a mí me podía pasar algo así. De la nada, habían parecido un par de nubes negras, lo que me faltaba pensé. Pero acepte que tenía razón, aunque corriera lo más rápido que mis piernas me daban, la lluvia me alcanzaría y parecería una chica de camiseta mojada. Ese es el precio que se paga cuando se vive cerca de las montañas, así que sin más remedio y de mala gana, me acerque a él.

---Ponte el casco---dijo estirando el brazo para dármelo---Pon un pie en cada estribo, agárrate de mis hombros e impúlsate para subir---agrego y se voltio dándome la espalda, mientras detenía con fuerza la moto. Tuve que hacerlo, puse un pie en un estribo, me impulse al tiempo que me sujetaba de sus hombros, pase una pierna sobre del asiento, como quien monta un caballo y me senté.




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